La última escapada de Tamara Falcó e Íñigo Onieva a Berlín ha sido breve, pero muy intensa. Más allá de la participación del empresario hostelero en la maratón de la ciudad, el matrimonio aprovechó su estancia para visitar los lugares más emblemáticos y probar la gastronomía alemana.
A estos planes se unieron sus buenos amigos Luisa Bergel y Cristian Flórez, quien también se animó a participar en la carrera. Las dos parejas recorrieron el Monumento a los Judíos Asesinados de Europa y el mítico Checkpoint Charlie, el más famoso de los pasos fronterizos que había en la capital alemana durante la Guerra Fría. También visitaron el Berlín alternativo para contemplar los más de 100 murales del East Side Gallery.
El grupo de amigos hizo varias paradas para recargar energía. Comieron en el Hotel Adlon, de cinco estrellas y con increíbles vistas a la Puerta de Branderburgo. Este hotel será eternamente recordado por las imágenes que protagonizó Michael Jackson hace 22 años saludando a sus fans desde el balcón con su hijo Prince Michael II, de sólo nueve meses, balanceándolo por fuera de la barandilla. Para cenar, eligieron el restaurante Borchardt en el que todos pidieron el famoso Wiener Schnitzel, un filete fino de ternera que se pasa por harina de trigo, huevo batido y pan rallado, y después se fríe en mantequilla clarificada.
La marquesa de Griñón y su marido se alojaron en una lujosa habitación del Soho House Berlín, ubicado en el barrio de Mitte, donde se encuentran los principales lugares de interés de la ciudad. La pareja ocupó el dormitorio más grande del hotel, de 100 metros cuadrados, con interiores inspirados en la década de 1970, una sala de estar, un comedor y un baño independiente. Dormir en ella cuesta alrededor de 1.200 euros la noche.
Este hotel es conocido por sus obras de arte, entre las que se encuentra el tiburón de Damien Hirst en un tablero expuesto en el vestíbulo, creado in situ con una lata de aerosol cuando el Soho House Berlín todavía estaba envuelto en vallas publicitarias. Tamara e Íñigo también disfrutaron de la increíble azotea con piscina del alojamiento, desde la que pudieron contemplar la Torre de la Televisión de Berlín, el edificio más alto de Alemania con una altura de 368 metros, y pasaron una romántica velada en el restaurante italiano Cecconi's Berlin, ubicado a la entrada del hotel.
El empresario hostelero, de 35 años, fue uno de los 58.000 participantes que corrieron la maratón de Berlín, que este año celebraba su 50 aniversario y finalizó con la victoria del atleta etíope Milkesa Mengesha. Para superar este reto, se puso en forma con Iván Álvarez, uno de los mejores triatletas españoles en media y larga distancia, y cuidó su alimentación con el nutricionista Alfonso Carabel, especializado en nutrición deportiva adaptada a las necesidades competitivas y fisiológicas del atleta.
"Mi primera maratón, pero no la última", aseguró Íñigo tras la carrera. "Esto es solo el comienzo de un viaje hacia este deporte adictivo basado en empujar los límites personales y competir contra ti mismo. El poder del cuerpo es increíble, pero la mente es ilimitada", añadió emocionado junto a una foto en la que besaba apasionadamente a su mujer, a la que dio las gracias "por empujarme y apoyarme en todas mis empresas". Además, aprovechó la ocasión para anunciar sus próximas citas deportivas: el Ironman 70.3 Campeche en marzo 2025 y la maratón de Londres u mes después, en abril.