Son miles las personas que caminan a diario por Nueva York, pero el destino quiso que Garbiñe Muguruza se cruzara con Arthur Borges cuando se disponía a pasear por Central Park para desconectar mientras se preparaba durante el US Open. Él, que trabajaba en el mundo de la moda y el lujo, la reconoció y le deseó suerte para la competición. Aquellas palabras lo cambiaron todo. Como si de una película se tratara, se enamoraron en medio del caos de la Gran Manzana por una absoluta casualidad. Desde aquel flechazo han pasado tres años, y aunque su relación se ha ido afianzando en diferentes puntos del mapa, han elegido España para su boda, que será este sábado 5 de octubre.
Tras una ceremonia íntima en Ginebra (donde tienen fijada su residencia), la pareja ha elegido la finca La Concepción de Marbella para brindar por su amor ya que la localidad malagueña está estrechamente vinculada a su historia de amor. Es el lugar en el que Arthur sorprendió a Garbiñe pidiéndole que se casara con él durante la primavera de 2023. La ganadora de dos Grand Slam contó en ¡HOLA! que estaban en Marbella por asuntos de trabajo cuando se produjo ese momento "romántico e inesperado". "Me lo pidió en el hotel Marbella Club, que es uno de mis favoritos. Me preparó una mesita debajo de un árbol y dije: “¿Qué es esto?”. Como que me parecía raro, pero pensaba en cualquier otra cosa y, cuando me lo propuso, me puse a llorar, no sabía cómo reaccionar. Le dije que sí entre lágrimas de emoción y todo fue muy romántico", nos desveló.
Los novios son internacionales. El padre de Garbiñe es español, su madre venezolana y ella nació en Caracas, donde vivió hasta los seis años, cuando se trasladó a Barcelona. Por su parte, Arthur nació en Canarias y es mitad español, mitad finlandés. Es por eso que la mayor parte de los invitados llegan de diferentes puntos del mapa y han organizado para ellos un fin de semana de celebraciones, con preboda y postboda. Tener una estancia larga les permitirá además disfrutar de experiencias como ir a un tablao flamenco, desconectar en la playa, salir a comer tapas... Y es que los anfitriones quieren que sus familiares y amigos disfruten al máximo de Andalucía.
El gran día es el sábado y La Concepción, que Garbiñe define como "una zona espectacular, como una especie de jardín botánico". Con ayuda de un equipo de wedding planner, se han encargado de cuidar hasta el más mínimo detalle, un proceso en el que la deportista se ha mostrado muy relajada porque "comparado con la competición, esto es superfácil". Además, desde el principio supo cómo sería su boda: "Tengo bastante claro lo que me gusta, los tonos, las flores… No me gustan las cosas superdecoradas, ni superpesadas, sino algo más fresco. Y como el sitio es muy bonito, confío un poco en mi visión", nos contaba.
El único punto que ha inquietado a la deportista durante los preparativos es la fiesta, porque es una apasionada de la música y quiere suenen en directo baladas a música latina, salsa, merengue... "Soy muy bailonga y tengo muchos gustos. Habrá DJ, pero también quiero una banda espectacular en directo y no es tan fácil encontrarla. Encontrar buena música es un poco el challenge", explicaba en ¡HOLA! Garbiñe, que en abril anunció su retirada de la competición.
A la hora de elegir su look nupcial, que es el secreto mejor guardado, también ha tenido las ideas claras. La ganadora de dos Grand Slam ha confiado en Pronovias, firma que ha creado sus vestidos de novia. Para la ceremonia quería algo elegante y sofisticado, porque no le gustan ni las transparencias ni nada provocativo. Para la segunda parte de la celebración, nos avanzó que le gustaría llevar una pieza más cómoda, más corta y con más brillo, al más puro estilo Gatsby.
La apasionante historia de La Concepción
Para convertirse en marido y mujer, la pareja ha apostado por La Concepción, finca de 65 hectáreas que guarda una apasionante historia y se sitúa a escasos metros del río Verde. En 1837, estas instalaciones albergaban una de las primeras fundiciones construidas en España e incluían además una zona con casas en las que vivían los trabajadores. Cuando cerró la fábrica, todo quedó abandonado y sus siguientes propietarios transformaron este 'pueblo fantasma' en el que es actualmente uno de los place to be de la Costa del Sol.
Palmeras centenarias, plantaciones de aguacates, chirimoyas, naranjos y un mar de almendros habitan los impresionantes jardines de 10.000 m2, que son Bien de Interés Cultural y fueron creados por Amalia Heredia y Jorge Loring. Su inspiración surgió en la luna de miel que hicieron durante seis meses por el Viejo Continente y de los diferentes países que visitaron mandaron traer plantas y flores. Contrataron al jardinero francés Jacint Chamousset para crear este oasis que poco a poco fue ampliándose con cycas, bambúes, araucarias, y ficus. Según Diario Sur, algunas palmeras llegaron en barco desde América mientras que el resto de especies provienen de Europa.
Los impresionantes jardines se dividen en diferentes zonas alrededor de la casa principal, en la que se conservan las ruinas de la fundición y cuyo portal fue la entrada de una iglesia construida hace dos siglos en la que estaba la Virgen de La Concepción. La vegetación tropical será el privilegiado telón de fondo del día más importante para Garbiñe y Arthur. Es la misma finca que eligieron Feliciano López y Sandra Gago para su boda, hace ahora cinco años.
La finca en la que la pareja va a tener su día soñado tiene una capacidad para 500 personas, está a escasos cinco minutos del centro de Marbella y ofrece diferentes espacios, todos con presencia natural: desde los Altos hornos con vistas a Sierra Blanca a la zona de piscina que suele ser elegida para el cóctel, pasando por los jardines principales presididos por una fuente y un centenario nogal americano. Son los novios los encargados de elegir el escenario de cada momento para tener una boda completamente personalizada y adaptada a sus ideas. Además, hay espacios adaptados para el parking y para que puedan acceder autobuses con los invitados.