Con las idílicas vistas de la costa de la Riviera italiana como escenario, Boris Becker contrajo matrimonio, el pasado 14 de septiembre, con su novia, Lilian de Carvalho Monteiro. "Fue un fin de semana auténtico, real y mágico que nunca olvidaré. Todo el mundo lloró, incluido yo", cuenta, en exclusiva, el ex campeón de tenis a HELLO!, al referirse a su espectacular ceremonia de boda.
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Los recién casados, que comenzaron su relación en 2019, sellaron su unión ante un centenar de invitados, entre los que se encontraban familiares y amigos cercanos, quienes se reunieron en una fastuosa celebración de tres días. La pareja decidió celebrar sus nupcias en Portofino, después de enamorarse de un pintoresco resort ubicado en la localidad italiana, en el que han disfrutado muchos fines de semana felices.
El pasado, el presente y el futuro
"Es uno de los lugares más románticos en los que he estado", nos cuenta Boris. "Vivimos en Italia y el verano pasado vinimos en varias ocasiones aquí. Podríamos haber elegido Venecia, Roma o el lago de Como, pero Portofino fue lo que más nos atrajo. El lugar donde hemos celebrado la ceremonia es, en mi opinión, uno de los sitios más especiales en los que he estado en mi vida; y, créeme, ¡he estado en muchos sitios bonitos!".
La pareja pasó la noche anterior a la boda con sus invitados, a quienes ofreció una deliciosa cena de bienvenida en un restaurante local. La mañana de la ceremonia, que se celebró en la espectacular villa de 'La Cervara', los novios se prepararon para su gran día por separado. Lilian eligió un vestido hecho a medida por su antiguo amigo del colegio, el diseñador de moda Andrea Ravieli, a quien siempre le había prometido que sería el creador de su traje de novia. Blanco y sin tirantes, estaba confeccionado con tres capas de gasa de seda para representar el pasado, el presente y el futuro, mientras que los detalles del drapeado estaban inspirados en el cuadro The Lovers ('Los amantes'), de René Magritte (1928).
La novia llevaba un vestido hecho a medida por su amigo del colegio, el diseñador Andrea Ravieli, a quien siempre le había prometido que sería el creador de su traje
Para el novio, que derrochó elegancia con un traje de Boss, había sido todo un secreto el vestido de su novia, hasta el momento de la ceremonia... y quedó maravillado. "En realidad no lo vi, porque yo estaba mirando hacia delante y ella se acercó por detrás, así que solo pude apreciar el diseño completo después de casarnos. Era precioso", afirma.
La boda comenzó a las 17:00 horas con la llegada de los invitados, que fueron recibidos con música clásica de violín y piano y disfrutaron, también, de la actuación de un coro de góspel, antes de que los novios iniciaran su camino hacia el altar. Lilian, al son de la canción Yellow, de Coldplay, interpretada por músicos en vivo.
'Todo el mundo lloró'
Después de ser declarados marido y mujer, los novios brindaron por su enlace en una recepción en la que los dos hijos de Boris, de su primer matrimonio, Noah, de 30 años, y Elias, de 24 —que aceptaron el honor de actuar como testigos— se unieron al brindis de los recién casados. "Me conmovieron mucho los discursos de varias personas, y ver a dos de mis hijos hablando de nosotros como una nueva familia fue muy conmovedor", recuerda Boris. "No creo que hubiera un ojo seco en la casa durante toda la tarde y la noche. Fue muy emotivo, muy romántico y muy auténtico".
Al tiempo que sonaba Guilty, de Barbra Streisand y Barry Gibb, la pareja cortó su tarta nupcial de cuatro pisos, antes de salir a la pista para su primer baile, al ritmo de All Night Long, de Lionel Richie. Una celebración que los recién casados compartieron toda la noche con sus invitados, todos ellos personas muy queridas. "Algunos de nuestros amigos son famosos y otros no están en el ojo público, pero ese no es el punto. El punto es que son amigos reales y verdaderos para Lilian y para mí", dice Boris. "Todos eran personas importantes para nosotros".
Los hijos que Boris tuvo con Barbara Feltus, Noah, de 30 años, y Elias, de 24, actuaron como testigos de su padre
El excampeón de Wimbledon, de 56 años, nos cuenta que su amor por su novia, de 33, se cimentó después de su condena por irregularidades en su insolvencia, en 2022. Pasó ocho meses en prisión, tras ser declarado culpable de ocultar 2,5 millones de libras en activos y préstamos, durante un procedimiento de quiebra. "Como se dice en las ceremonias de boda, hay que encontrar la manera de permanecer unidos en los buenos y en los malos momentos. Nosotros tuvimos días muy difíciles, porque mi situación personal era muy complicada, pero fue cuando conocí a mis verdaderos amigos y a mi compañera para toda la vida", afirma. "A veces necesitas que te pongan a prueba, para saber quiénes son tus verdaderos amigos o tu pareja, y a mí me pasó. En los momentos complicados, me di cuenta de quién estaba conmigo y quién no. Lilian era la número uno".
'La vida conyugal es maravillosa'
La pareja llevaba saliendo cuatro años cuando se comprometió en Milán, en abril de 2023. Boris recuerda: "Nos lo guardamos para nosotros hasta finales de año, antes de decírselo a mi madre y a mi hermana. Luego volamos a Santo Tomé y se lo contamos a sus padres. Eso fue el 29 de abril del año pasado, y el resto es historia". "La vida conyugal es maravillosa", afirma Boris, para quien lo más relevante de la boda fue que, por fin, podía llamar a Lilian "mi mujer". Y añade: "Desde hace años, estamos viviendo juntos como un matrimonio. Pero 2022 fue el más difícil. O nos uníamos, o no. Ambos nos sentimos como si ya lleváramos varios años casados, así que no hay ninguna diferencia con la semana pasada o el año pasado. Tenemos nuestra luz propia, nos sentimos muy conectados y tenemos unos anillos en los dedos que dan fe de ello". Y continúa: "Creo que cualquier relación tiene altibajos, no somos los primeros ni vamos a ser los últimos. La clave es encontrar la forma de comunicarnos siempre. Creo que las relaciones serias o los matrimonios son un trabajo diario. No hay una receta secreta, los miembros de la pareja tienen que esforzarse todo el tiempo para que funcione la relación".
Aunque ambos están demasiado ocupados para irse de luna de miel de inmediato, tienen previsto viajar a algún lugar especial estas Navidades. "Espero que el futuro sea prometedor. Tenemos muchos planes, pero trae mala suerte contar demasiados detalles sobre lo que quieres", dice Boris. "La gran diferencia con antes es que ahora somos oficialmente marido y mujer, así que tenemos un futuro juntos".