Si hay noticias que despiertan el interés de la opinión pública, especialmente en Estados Unidos, son aquellas que relacionan poder y sexo. Y si en la ecuación aparece un apellido de abolengo, como Kennedy, la viralización de la noticia está servida. Robert F. Kennedy Jr., sobrino del mítico JFK y tercero de los once hijos de Robert F. Kennedy, lidia estos días con uno de esos escándalos a los que noles falta ningún ingrediente para apasionar a la audiencia: político de la familia Kennedy, de setenta años, y felizmente casado, hasta ahora, con la actriz Cheryl Hines, tiene una relación –si no física, sí muy intensa, como narraremos más adelante– con la periodista estrella de la revista New York Magazine, cuarenta años más joven que él. Quien fuera el prometido de Olivia Nuzzi, otra estrella delos medios, Ryan Lizza, descubre la relación, se deja llevar por la ira y los celos…y estalla la bomba.
Este 2024, está siendo especialmente complicado para Robert F. Kennedy Jr. Hace un mes, saltó un primer escándalo, cuando renunció a su campaña electoral como candidato independiente a la presidencia de su país y anunció su apoyo a Donald Trump. Tan pronto como se hizo pública su decisión, cinco de sus hermanos escribieron un comunicado conjunto de repudio: “La decisión de nuestro hermano Bobby de respaldar hoy a Trump es una traición a los valores que nuestro padre y nuestra familia más aprecian”. Y justo, en este momento de tensiones familiares, y vulnerabilidad extrema, entra en escena un novio despechado, Ryan Lizza, quien saca a la luz la relación, tildada de “inapropiada” ,entre el veterano político y la analista política de moda.
El tercero en discordia
El 19 de septiembre comenzaron los movimientos extraños que apuntaban a que se estaba cociendo un escándalo político en el corazón del país. La New York Magazine emitió un comunicado para informar de que su corresponsal en Washington, el epicentro de los entresijos políticos de EE UU, Olivia Nuzzi, había reconocido que mantuvo una relación “con un sujeto relevante de la campaña de2025 mientras ella informaba del tema”. Esto suponía “una violación de los estándares de la revista por los conflictos de interés”.
La prestigiosa revista emprendió una investigación para determinar si las informaciones vertidas por Olivia Nuzzi a lo largo de la campaña eran inexactas, ose dejaban llevar por el sesgo de la subjetividad, a la luz de la relación que ella misma había confirmado y que, según trascendió, se había prolongado de diciembre de 2023 a este mes de agosto. La gran pregunta, sin embargo, sigue siendo la siguiente: ¿por qué tanto la protagonista de la noticia como la revista hacían público un escándalo que en nada les beneficiaba?
Y he aquí que aparece el tercero en discordia, Ryan Lizza, periodista de Político y prometido de Olivia Nuzzi. Él fue quien informó a David Haskell, el todopoderoso editor de New York Magazine, del flirteo entre su novia y Robert F. Kennedy Jr. y quien en la actualidad está denunciado ante la justicia americana por Olivia Nuzzi. Nuzzi acudió al Tribunal Superior del Distrito de Columbia para acusar a Lizza de haber facilitado a sus jefes “información perjudicial” que, por otro lado, Lizza habría obtenido por medios ilícitos –entre los que incluye piratear sus dispositivos electrónicos y manipularlos para seguir de cerca todos sus pasos y movimientos–.Asimismo, Olivia Nuzzi aseguró que, desde mediados de agosto, recibió amenazas por parte de su “ex” de “hacer pública información personal” sobre ella “para destruir mi vida, mi carrera y mi reputación, una amenaza que ha cumplido”.
Por su parte, Ryan Lizza, analista político de cincuenta años con una larga carrera a sus espaldas, es un periodista muy conocido y poderoso, que ya se ha enfrentado a otros escándalos a lo largo de las décadas. A la sombra del MeToo fue acusado de conducta sexual inapropiada y, tras una década de trabajo en The New Yorker, fue despedido por la información vertida. En aquel entonces, muchos colegas le respaldaron y volvió a levantar su carrera tambaleante, pero esta vez en las páginas de Político. Ante las denuncias de Olivia Nuzzi no se ha quedado callado: “Me entristece que mi ‘ex’ prometida recurra a hacer una serie de falsas acusaciones contra mí como forma de desviar la atención de sus propios fallos personales y profesionales. Niego rotundamente estas acusaciones y me defenderé de ellas enérgicamente y con éxito”. Por otra parte, ha llegado a un acuerdo con el medio para el que trabaja en la actualidad y, mientras esté en marcha la investigación, disfrutará de una excedencia laboral: “Político y Ryan Lizza han acordado mutuamente que lo mejor para todos es que él dé un pasoatrás y se tome una excedencia, mientras se lleva a cabo una investigación”.
Los hechos
En cuanto a Robert F. Kennedy Jr., él ha negado la existencia de una “relación personal” inapropiada con Olivia Nuzzi. Según comunicó uno de sus representantes legales a NBC News: “El señor Kennedy solo se ha reunido con Olivia Nuzzi una vez en su vida para una entrevista que ella solicitó, la cual resultó en un artículo difamatorio”. En sus últimas apariciones públicas, y cada vez que ha sido interrogado sobre Olivia Nuzzi, siempre ha contestado de la misma manera: “I don’t make comments on it”. Es decir, sin comentarios.
Olivia Nuzzi, quizá presionada por las presuntas amenazas de su “ex”, sí confirmó en medios como The Times que había tenido una relación con “un personaje de un reportaje, que se convirtió en algo personal”, aunque no lo reveló a sus superiores porque “no informé directamente sobre el tema ni lo utilicé como fuente. La relación nunca fue física, pero debería haber sido revelada para evitar un aparente conflicto. Lamento profundamente no haberlo hecho de inmediato y pidodisculpas a aquellos a quienes decepcioné, especialmente a mis colegas de New York Magazine”.
Si la relación no fue física, ¿de qué estamos hablando? Según medios estadounidenses, Olivia Nuzzi y Robert F. Kennedy Jr. se comunicaban vía FaceTime y a través de interminables mensajes de texto. Al parecer, su relación, aunque en tiempos cibernéticos, fue más platónica y epistolar que otra cosa, pero suficiente para que la tormenta arrecie sobre ellos con fuerza.
Por el momento, y mientras la investigación sigue, y los protagonistas de la noticia recuperan la estabilidad perdida, varias preguntas circulan por las redacciones demedio mundo. Especialmente, las relativas a Cheryl Hines, la esposa del político. Robert F. Kennedy Jr y la actriz televisiva –nominada a dos Emmy por su papel en la serie Curb your Enthusiasm– se casaron en 2014, aunque se conocían desde 2004. Durante años fueron amigos, hasta que ella se divorció de su esposo, Paul Young. Entonces, según ella misma contó, comenzó a ver al político con otros ojos, los del amor. Tras el escándalo, Cheryl Hines permanece en silencio, aunque, probablemente, como suele ocurrir en estos casos, la procesión vaya por dentro y las decisiones se dejarán para cuando el asunto se enfríe.
La "maldición de los Kennedy"
Los Kennedy han sido, durante décadas, lo más parecido a una Familia Real en Estados Unidos. De origen irlandés –los primeros Kennedy en pisar tierra americana fueron Patrick y Bridget Kennedy, en 1849–, su ambición e inteligencia hizo que entraran en política y fueran ostentando más y más poder. La cumbre se dio en los años sesenta del año pasado. El patriarca Joseph y su esposa, la filántropa Rose Fitzgerald, tuvieron nueve hijos. Entre ellos, tres nombres fundamentales para entender la historia política contemporánea de Estados Unidos: John, Robert y Ted; el primero, Presidente de su país, y Robert y Ted, senadores.
Siempre en el ojo del huracán, los Kennedy han formado parte de algunas de las intrigas políticas más apasionantes del siglo y, también, de desgracias de tal calibre que ha llegado a hablar de “la maldición de los Kennedy”. Como botón demuestra: en Wikipedia existe la entrada “maldición de los Kennedy” que incluye más de veinte capítulos que van de la lobotomía a Rose Marie Kennedy, en los años cuarenta del siglo pasado, a la muerte ahogada de Maeve KcKean, sobrina-nieta de JFK, y su hijo Gideon, en Maryland, el pasado 2020, sin olvidar, claro está, el asesinato de JFK, el de Robert Kennedy y la trágica muerte, tras un accidente aéreo, de John John Kennedy y su esposa, Carolyn, en 1999.
Por otro lado, entre las historias que enlazan su atractivo y poder con escándalos de corte romántico-sexual, ¿cómo olvidar a Marilyn Monroe entonando, en 1962,el “Happy Birtdhay” a John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos? Histórico momento que sintetiza esa pasión de una familia por la belleza y la política.