Le colgaron la etiqueta de sex symbol en la década de los 90 y fue una de las vigilantes de la playa más deseadas, sin embargo, ahora Pamela Anderson ha dado un sorprendente giro a su vida y además de abandonar los estándares de belleza impuestos por la industria del cine y del entretenimiento donde se convirtió en el epítome de la rubia oxigenada y explosiva, la actriz, de 57 años disfruta ahora de una vida mucho más tranquila, tanto que decidió abandonar la bulliciosa ciudad de Los Ángeles para asentarse en una granja que compró hace tres décadas en su Canadá natal.
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Dejando atrás su agitado pasado de excesos y con la madurez que dan las experiencias vividas, Pamela ha hablado ahora con total sinceridad y franqueza de cómo la fama afecto a su vida, especialmente tras la filtración de su video sexual con su exmarido Tommy Lee a finales de los años 90.
La canadiense ha compartido ahora la particular lucha que libro con su salud mental y cómo la presión a la que fue sometida la llevo incluso a pensar en el suicidio estableciendo así un paralelismo de su vida con el de la cantante Amy Winehouse, a quien le costó mucho digerir su fama y acabó falleciendo trágicamente en 2011 con solo 27 años debido a una intoxicación etílica.
A pesar de los difíciles momentos vividos y de sus ganas de abandonar, Pamela reconoce que fueron sus hijos, Brandon, de 28 años, y Dylan, de 26, que comparte con la estrella de Mötley Crue, quienes fueron su salvavidas, a la vez que reconoce la responsabilidad que supuso para ella convertirse en madre. "Sin ellos, no habría podido ser tan fuerte como lo fui" ha señalado Pamela en la edición estadounidense de la revista Glamour.
Además, la inolvidable 'Vigilante de la Playa' aprovechó esta entrevista para recordar con cariño un conmovedor momento con Amy Winehouse, quien asistió a uno de sus espectáculos en Las Vegas. "Todavía tengo su chaqueta con la entrada para el espectáculo en su bolsillo", confesaba Pamela. Esta conexión personal la llevó a reflexionar sobre las complicadas decisiones que tuvo que tomar en el pasado , como dejar a Tommy, para asegurar un futuro mejor para sus hijos. "Tuve que ser fuerte por mis hijos. Y también tuve que dejar a Tommy por ellos. Y aunque me casé con otras personas e hice otras cosas, mi intención era crear una familia para ellos" afirmaba la canadiense.
Además de frente a todos sus desafíos personales y alejarse por completo del alcohol, Pamela Anderson es conocida por su incansable trabajo al frente de la ONG Peta, una labor que le ha ayudado a contextualizar y aceptar su fama, ya que se ha dado cuenta que su popularidad puedes ser una plataforma muy valiosa para ayudar a los demás. "Utilizar mi fama para ayudar a la gente y los animales me hizo sentirme mejor después de todo lo malo que ha dicho sobre mi".