Ángela Molina y su hija Olivia Molina vuelven a trabajar juntas. Madre e hija forman parte del elenco Regreso a las sabinas, una serie diaria que se estrenará en Disney + el próximo 11 de octubre. Están felices de volver a coincidir en la pequeña pantalla -ya lo hicieron en La valla- y además son madre e hija también en la ficción. Son dos de las protagonistas de un melodrama clásico con tintes de amor, misterio y traición en el que comparten elenco con Andrés Velencoso, Celia Freijeiro, Natalia Sánchez y Nancho Novo.
Después de muchos años sin verse, Gracia (Celia Frijeiro) y Paloma (Olivia Molina), -que curiosamente en la serie son las hermanas Molina- reciben una llamada telefónica que les hace regresar a Manterana, su pueblo natal. Deben atender a Emilio (Nancho Novo), su padre, quien ha sufrido un ictus. Las hermanas abandonaron su pueblo después de que su madre, Laura (Ángela Molina), falleciera en un trágico accidente de coche. Esta inesperada vuelta, no será fácil para ellas ya que supone enfrentarse con la vida y con los amores que intentaron olvidar. Instaladas 'Las Sabinas', su finca familiar, tendrán que hacer frente a secretos del pasado que cambiarán sus vidas para siempre.
Tan iguales pero tan distintas
Angela y Olivia Molina están unidas por el enorme amor que se profesan, y por la pasión que sienten por el mundo de la interpretación. " Adoro pasar tiempo con mi madre", ha destacado siempre Olivia, una idea que también comparte Angela cuando contó en ¡HOLA! "Cuanto más pasa el tiempo, más disfruto de las experiencias que comparte con mis hijos".
Entre Olivia y Angela existen muchas similitudes, aunque también bastantes diferencias. "Somos absolutamente diferentes, siendo iguales. Ese es el misterio de la vida", revelaba la martriarca del clan. De su hija destacaba que es una mujer que persigue sus sueños, sabe muy bien lo que quiere y es feliz haciendo lo que ama, actuar, algo en lo que se parecen, pero también tienen personalidades muy distintas. "Soy su madre y su amiga, es una relación muy sincera, de absoluta confianza", destacaba.
Una vocación que surgió a la misma edad
Olivia descubrió su pasión por la interpretación en los últimos años de colegio cuando estudiaba en el Liceo Francés. Su madre fue a verla a una función del teatro donde era la protagonista y pensó: “¡Dios mío!, es carne de teatro”, así que, cuando se lo dijo, ella ya lo sabía. Ángela tenía prácticamente la misma edad cuando se puso delante de una cámara, contó en una entrevista en La Vanguardia. " Tenía 17 años, estaba estudiando COU, y era un día de primavera en un pueblecito de La Mancha. Lo primero que debía hacer era beber agua de una fuente. Entonces dijeron “acción” e inmediatamente se creó una magia. Vi el agua que tenía que beber y noté su sabor y su pureza y me llenó de una felicidad radiante. Entonces pensé: “Si el espectador va a ver y a sentir lo mismo que yo en este momento, merece la pena. Me voy a dedicar a esto toda mi vida”. Así comenzó todo.
No es la primera vez que Ángela y Olivia trabajan juntas en una serie, ya lo hicieron en La valla, donde dieron vida también a una madre y a una hija. Una experiencia que recuerdan con mucho cariño. "Trabajar junto a mi madre fue muy rico. Me encanta verla hacer, trabajar y ser… cada vez lo aprecio más. Es muy bonito ver cómo conserva intacto el entusiasmo y la entrega en cada historia que cuenta", recuerda Olivia. Tanto es así que han vuelto a probar suerte en una serie como es Regreso a las sabinas, rodada en diferentes localizaciones de Barcelona e íntegramente en escenarios naturales sin plató, y han disfrutado mucho de la experiencia.