La primera persona que se reunió con Daniel Sancho tras ser detenido por el crimen de Edwin Arrietta fue el periodista Ramón Abarca, director editorial para Asia-Pacífico y delegado en Tailandia de la Agencia Efe. El encuentro tuvo lugar en la comisaria de Ko Pha Ngan, tal y como explica Abarca en el documental de MAX sobre el caso. "Me planto allí y pregunto por Daniel Sancho. Me dicen que en ese momento Daniel se ha ido a hacer una reconstrucción y que volvería como en dos horas", dice. Sin embargo, la espera fue mucho más corta. Inmediatamente se acercó un policía a él y le dijo que le acompañara. "Me llevó a una sala y me sentó en una silla. Me doy cuenta de que en la silla de al lado estaba Daniel, justo a mi lado. También estaban la abogada de oficio, una traductora, dos o tres policías y James, que era el policía que estaba en todo momento traduciendo a Daniel", recuerda.
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Abarca cree que la policía le permitió estar con Daniel por varias razones. La primera, por el ambiente relajado de la comisaria de Ko Pha Ngan, una isla con una tasa de criminalidad muy baja, y la segunda, para que pudiera certificar que "todo estaba funcionando de una manera adecuada".
Según el periodista, Daniel, que llevaba un bañador y una camiseta, se encuentra "bastante sobrepasado". "Se nota que lleva muchas horas hablando, declarando", añade. Fue entonces cuando le preguntó si era cierto que se había declarado culpable de lo ocurrido. "Sí, he confesado, tenían todas las pruebas y yo lo hice, era su rehén", cuenta Abarca que le respondió Daniel. "También le pregunté si tenía una relación sentimental con Edwin Arrieta y él me dijo que no, que él no tenía una relación sentimental con Edwin, que era Edwin el que quería tener una relación con él, ser su novio, tener sexo con él, que fuera suyo... pero en ese momento no me da detalles de lo que pasó en la habitación del hotel", expone el periodista.
Daniel asegura durante su conversación con Abarca que se sentía amenazado por el cirujano colombiano. "Me habla de amenazas a él, a su familia y ahí es cuando se muestra más afectado, pero tampoco desarrolla esas amenazas. Me dice que tuvo que dejar a su novia por las amenazas y que sentía miedo por su familia y por él", explica el periodista. "Le pregunté si tenía pruebas de eso y me dijo que no, que Edwin era demasiado listo para dejar pruebas", añade.
Tras ese primer encuentro, Abarca acude de nuevo a la comisaría de Ko Pha Ngan para informarse sobre la situación de Daniel y se encuentra otra vez con él. "Está en una habitación, fumando, y ahí tenemos una conversación larga. El, básicamente, lo que quiere es hablar, no quiere estar solo, no quiere estar en el calabozo. Necesita hablar y es lo que hacemos durante media hora", relata Abarca. En ese tiempo, hablan de Tailandia y del Muay Thai, el conocido como boxeo tailandés. Daniel le informa de que ha hablado con su padre, el actor Rodolfo Sancho, con su madre, la analista Silvia Bronchalo, con otros miembros de su familia y con la Embajada. También le traslada que el trato con la policía es muy cordial y que le habían invitado al restaurante de un lujoso hotel. "La policía tenía una estrategia. Querían la máxima colaboración para cerrar el caso lo antes posible y sabían que tratando bien a Daniel Sancho iba a ser todo más fácil", argumenta el periodista.
Durante los 30 minutos que duró su conversación, Abarca recuerda que Daniel le preguntó cuándo creía que le iban a trasladar a España. "Entonces yo le explique que según el convenio que hay entre España y Tailandia son normalmente cuatro años una vez condenado y en ese momento me dice: 'Me han engañado, me han dicho que en un año podría volver'".