Es uno de los mejores golfistas de la historia, pero el gran triunfo de Jon Rahm no tiene nada que ver con su profesión ni con todos los torneos que ha conquistado. El mayor regalo del deportista vasco es la familia que ha formado junto a Kelley Cahill, que acaba de convertirse en numerosa con la llegada de un nuevo miembro. Ha sido él mismo quien ha compartido la feliz noticia junto a varias imágenes de la recién nacida: "Es una bendición haber dado la bienvenida al mundo a nuestra hija Alaia Cahill Rahm la semana pasada. La mamá y la bebé están sanas y muy bien, no puedo esperar a volver a casa con ellas".
El destino quiso que un baile de la Arizona State University cambiara para siempre la vida de Jon. El golfista conoció en esa velada a Kelley, bióloga y exatleta que también estudiaba en el centro. Desde entonces son inseparables. Aunque tienen fijada su residencia en Estados Unidos desde hace más de una década, para su boda eligieron España, concretamente Bilbao, donde el deportista creció y dio los primeros pasos deportivos hasta convertirse en la leyenda que es ahora. El 13 de diciembre de 2019 se casaron y dos años después tuvieron a su primer hijo, Kepa. El pequeño Eneko llegó al mundo en 2022 y ahora su felicidad se ha multiplicado con Alaia.
La vida de Rahm ha dado un giro tras la paternidad y cree que el hecho de haber formado una familia también ha influido directamente en su carrera profesional, sobre todo en la forma en la que vive sus victorias y derrotas. "Juegue bien o mal, ahora llego a casa y en cuanto me ve Kepa solo quiere que juegue con él… Soy su aita y él tiene sus necesidades. Y eso ayuda, la verdad que cuando estás ahí arriba en el torneo y regreso al hotel a casa y está él, es una hora que me olvido de dónde estoy… Es una alegría que no tiene comparación. Y también me da mucha calma que antes no tenía", contaba en Mundo deportivo.
A punto de cumplir 30 años, Rahm ha llegado a lo más alto en todos los aspectos y atraviesa una etapa de plenitud. Pero el camino que ha recorrido hasta la actualidad no ha sido fácil. Su historia es la de una leyenda del deporte y también la de una persona que ha sabido superar todos los obstáculos. Y es que nació con una malformación en el pie por la que tuvo que ser operado con solo 20 minutos de vida y que provocó que sus piernas no crecieran al mismo ritmo. Este problema le ha obligado a hacer su propia versión del el swing, demostrando de esta manera que todo es cuestión de adaptación.
El golf llegó a su vida de casualidad y desde que cogió un palo sus padres se dieron cuenta de su talento. Siempre con el ejemplo de Severiano Ballesteros presente, se trasladó primero a Madrid y luego a Estados Unidos. Llegó con 15 años porque la Universidad de Arizona State, sede de una de las academias de golf más prestigiosas del país, le ofreció una beca sin ni siquiera haberle visto jugar. Sus primeros meses allí no fueron fáciles porque no tenía un nivel alto de inglés, pero nuevamente se esforzó para dar la mejor versión de sí mismo y esa etapa ha terminado siendo clave en su trayectoria personal y profesional.