Cada vez que Britney Spears salta a los titulares, sus seguidores contienen el aliento. En los últimos tres años, desde que logró revocar la tutela que su padre ejercía sobre ella, la artista ha estado en el centro de polémicos capítulos que preocupan a sus incondicionales. Tras cada uno de ellos siempre surge la misma pregunta: ¿Cómo está realmente la intérprete? Controvertidas fotos, airados ataques verbales y altercados públicos han sido solo la punta de un iceberg que ha sumado una arista más, esta vez con el fuego como protagonista.
Un incidente que podría haber acabado muy mal y que afortunadamente se ha quedado en un susto, uno de esos que incluso contado da cierto miedo. “Estaba en mi habitación, encendí el fuego y de repente me estalló en la cara” aseguró la artista, de 42 años, en un breve clip en sus perfiles, grabación en la que imita el acento británico. Explica que la chimenea que trataba de encender ya había dado ese fallo antes y que por eso siempre le pedía a alguien de su equipo de seguridad que la encendiera por ella.
“Pero esta vez simplemente me explotó en la cara” comentó (parece que estaba con otra persona en la habitación que no se dio cuenta de lo sucedido). “Me quemé las cejas, las pestañas y el pelo”. En aquel momento, asegura, tuvo miedo de que fuera grave y pensó que “tendría que ir a urgencias porque su cara parece que estaba ardiendo”. Britney apunta que le dolía apoyar el teléfono sobre su rostro, ponerse hielo en la cara y que algo simplemente la tocara. “Me pasó durante seis o siete horas. El dolor no paraba. Fue muy, muy malo”. Después de tomarse un calmante logró conciliar el sueño.
No es la primera vez que la intérprete tiene problemas con los incendios accidentales. Hace algunos meses contó que en 2020 provocó sin querer un incendio en su gimnasio privado con unas velas que tenía encendidas. El fuego calcinó todos los aparatos para hacer ejercicio como ella misma enseñó en sus perfiles. En la imagen se veían las máquinas hechas ceniza y los efectos del incendio en la sala donde hacía ejercicio. “Por suerte saltó la alarma y nadie resultó herido. Desafortunadamente ahora solo me quedan dos máquinas y un espejo en una pared. Podría haber sido mucho peor, estoy agradecida” continuó.
Dudas sobre su estado anímico
La lucha legal de Britney Spears para poner fin a los 13 años de tutela paterna ocupó las portadas de todo el mundo y generó todo tipo de titulares. Los polémicos episodios que salieron a la luz sobre el control que hasta entonces había tenido la artista en los aspectos más íntimos sobre su vida suscitaron una gran controversia. Hasta el punto de que se puso en marcha un movimiento popular solicitando que el juez anulara la tutela y abriendo el debate político acerca de los límites morales que se tenían que establecer en casos como este. La vida de la cantante se reveló como una sucesión de traumáticos episodios que ella, como repetía, solo quería dejar atrás.
Una vez que el juez le devolvió su vida, Britney contó cada detalle en su biografía, The woman in me, en el que repasó las dolorosas experiencias que la hicieron más fuerte. Sin embargo las sucesivas publicaciones en sus perfiles empezaron a despertar cierta preocupación pues posaba desnuda, hacía declaraciones muy duras hacia su familia y compartía reflexiones que ponían en duda si su estado anímico era bueno. Su separación de Sam Asghari, que le había dado estabilidad en los últimos seis años, no hizo más que alimentar la duda.
Actualmente aunque la vocalista se ha acercado de nuevo a su madre Lynne y su hermana Jamie Lynn de quienes estuvo años distancia pues les reprochaba que no la hubieran ayudado durante los años de tutela paterna. Incluso se ha reencontrado también con sus hijos, Sean y Jayden, lo que no traído sin embargo paz a su día a día. Se ha visto así envuelta en escabrosos incidentes como el que protagonizó con su novio en un hotel, que saltó en seguida a la prensa. Al parecer Spears y Richard Soliz se pelearon y la dirección tuvo que llamar a las autoridades después de que ella perdiera el control y amenazara al personal. Una más de las historias que alimentan los interrogantes sobre la intérprete de Ups! I did it again.