Naomi Campbell© GETTY IMAGES

Naomi Campbell, vuelve el escándalo: el nuevo y polémico capítulo de una vida entre luces y sombras

Las autoridades británicas la inhabilitan por cinco años para gestionar fondos benéficos por irregularidades en 'Fashion for Relief'


1 de octubre de 2024 - 12:03 CEST

En los años noventa, cada vez que Naomi Campbell salía a la pasarela, se hacía un sepulcral silencio. Su poder de atracción era infinito. Era amada y odiada al mismo tiempo. Considerada una de las grandes modelos de todos los tiempos, la 'diosa de Ébano', de 54 años, vuelve a la actualidad por la vía de la polémica. En esta ocasión, las autoridades británicas, tras una investigación llevada a cabo por la Charity Commission, han decidido inhabilitarla cinco años de la gestión de fondos benéficos tras detectar irregularidades en su fundación, 'Fashion for Relief'. 

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'Fashion for Relief' nació en 2005, tras el paso del huracán Katrina, y buscaba unir la industria de la moda con actividades solidarias

Lo que comenzó como un ejercicio de buena voluntad –'Fashion for Relief' nació en  2005, tras el paso del huracán Katrina, y buscaba unir la industria de la moda con actividades solidarias– se ha transformado en una pesadilla para Naomi Campbell, quien enfrenta un juicio no solo en los tribunales, sino también en la opinión pública. Uno de los datos más preocupantes detectados por la Charity Commision, después de tres años de investigación, es que solo un 8,5 por ciento del dinero recaudado se ha destinado a causas humanitarias, porque el resto del capital se ha desviado a gastos personales de la modelo y de otros fideicomisarios. Y no se está hablando de pequeñas cantidades, sino de cifras millonarias. Como botón de muestra de la magnitud del asunto, al parecer entre los años 2016 y 2022 se gastaron dos millones de euros en hoteles de lujo, tratamientos de spa, vuelos de carácter privado y… tabaco. Los expertos en auditorías financieras para ONGs señalaron que habían hallado "múltiples casos de mala conducta y/o gestión". 

Tan pronto como ha saltado el escándalo, y la indignación pública se ha hecho evidente, Naomi Campbell, que, por otro lado, no es la única inhabilitada, se ha manifestado "profundamente preocupada" por las conclusiones del informe. Además, ha aclarado que ella "no tenía el control de mi organización benéfica. Lo puse en manos de un empleado". Por eso, ha encargado una investigación paralela, con el fin de "averiguar qué y cómo pasó, y demostrar que todo lo que hago y cada céntimo que he recaudado va a la caridad". 

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Además de Naomi Campbell, dos de sus colaboradoras han sido inhabilitadas. Se trata de Bianka Hellmich, condenada a nueve años de inhabilitación, y a Veronica Chou, sentenciada a cuatro años. En el caso de Hellmich, esta fideicomisaria recibió casi 350.000 euros para servicios de consultoría no autorizados por los estatutos de la fundación. En palabras de Tim Hopkins, subdirector de Investigaciones Especializadas y Estándares en Inglaterra y Gales: "Los fideicomisarios están legalmente obligados a tomar decisiones que redunden en el interés de su organización benéfica y a cumplir con sus deberes y responsabilidades legales […] Nuestra investigación ha encontrado que los fideicomisarios de esta organización benéfica no lo hicieron". 

La imagen dañada de Naomi Campbell

Todo lo anterior viene a empañar la imagen de Naomi Campbell quien, en los últimos años, se había reivindicado a sí misma y había dejado atrás un pasado complicado. De hecho, Naomi Campbell, que sigue en activo en el mundo de la moda, se convirtió en madre por primera vez a los cincuenta años de una niña y, en junio de 2023, anunció el nacimiento de su segundo hijo, un varón. Aunque llevó todo el proceso de maternidad con mucha discreción, tiempo después, ante los continuos requerimientos de la prensa, aclaró que sus dos hijos habían nacido por gestación subrogada. También compartió, el pasado junio en The Times, que tener a sus bebés en casa le hicieron ver la vida de una manera totalmente diferente: "Mis bebés son todo para mí. Eso me ha hecho temer por el futuro […] Espero un mundo mejor para mis hijos. Son mi prioridad al ciento diez por ciento. Debo estar allí para ellos en su primer día de escuela". 

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Una imagen de archivo de Naomi Campbell, a finales de los ochenta, en un desfile de Yves Saint-Laurent

De aquí que el resultado de la investigación haya dolido en lo más profundo a la 'diosa de Ébano', quien se encuentra en un momento de su vida radicalmente distinto al de principios del siglo XXI, cuando un día sí y otro también estaba envuelta en alguna polémica. 

La cara y la cruz

Naomi Campbell protagonizó varios altercados que dieron la vuelta al mundo. Todo lo que tenía de seductora y poderosamente bella sobre la pasarela lo tenía de iracunda en la intimidad. Varias veces tuvo que retractarse públicamente por su conducta violenta. La primera vez fue en 2000, cuando se declaró culpable en Toronto de su agresión, de 1998, a su asistente, Georgina Galanis. Aquella fue la primera vez que empleó su teléfono celular como arma arrojadiza contra alguien. Como castigo, Naomi Campbell tuvo que asistir a sesiones de terapia para controlar su violencia. 

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Desafortunadamente, aquella terapia no debió de funcionar del todo bien, porque en 2005 y 2006 volvió a las 'andadas'. En 2005, su asistente de entonces, Amanda Brack, la demandó por haber sido abofeteada y golpeada en la cabeza con un Blackberry. Los representantes legales de la modelo negaron que el incidente hubiera sucedido realmente. Ese mismo año, se vio envuelta en otra polémica, cuando la actriz italiana Yvonne Sciò la acusó de haberle dado un puñetazo en el rostro: "Era como Mike Tyson", reveló. Meses después, agredió a su ama de llaves, la chilena Ana Scolavino, con un teléfono móvil. Después de varios meses eludiendo a la justicia de Nueva York, el 16 de enero de 2007 finalmente acudió a los tribunales y se declaró culpable de agresión imprudente. Se la sentenció a cinco días de servicio comunitario, tuvo que pagar las facturas médicas de Scolavino, y se la exigió asistir de nuevo a un curso para el manejo de la ira. Las imágenes de Naomi Campbell cumpliendo con su 'condena', y barriendo las calles de Nueva York, se hicieron célebres. El castigo, sin embargo, no logró el objetivo pedagógico con el que se había dictado. El 3 de abril de 2008 agredió a un policía en el aeropuerto de Heathrow (Londres). Después de mucho tira y afloja la condenaron a 200 horas de servicio comunitario. 

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Naomi junto a Linda Evangelista, Christy Turlington, Cindy Crawford

De todo lo anterior han pasado dieciocho años en los que el número de polémicas protagonizadas por ella se redujeron drásticamente. De hecho, en 2010 Naomi Campbell reconoció sentirse "avergonzada" por sus acciones violentas y aseguró que ya había tomado cartas en el asunto para controlar su irascibilidad y su fuerte carácter: "Soy humana. Cometo errores, pero los he solucionado. No los niego. Me siento avergonzada por muchos de ellos. No estoy orgullosa de las cosas que he hecho". Sin embargo, quiso ser justa con ella y valorar todo cuanto había emprendido para cambiar: "No estoy escondiendo mi culpa de lo que hice. Soy responsable de mis acciones, pero también soy responsable de los cambios que he hecho. He trabajado al respecto y puedo aprender la lección". 

El origen de todo

Más de una vez, la propia Naomi Campbell trató de dar una explicación sobre el origen de su carácter violento. Su padre biológico desapareció sin dejar huella y dejó a su madre cuando esta estaba embarazada de ella. Naomi vivió buena parte de su infancia y juventud enojada con el mundo por este incomprensible abandono. Aparte, con su madre tampoco tuvo una buena relación. Por cosas de la vida, a los ocho años comenzó a brillar, cuando la eligieron para aparecer en un vídeo musical nada más y nada menos que de Bob Marley. En los primeros minutos del vídeo de Is this Love se ve a una niña y se presiente que esa niña hará grandes cosas. Aunque en principio, su madre no la apoyó para convertirse en modelo, finalmente accedió a su deseo "siempre y cuando no interfiriera en mis estudios". 

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Linda Evangelista, Cindy Crawford, Lauren Hutton, Beverly Johnson, Christy Turlington y Naomi Campbell en los años 90

Naomi Campbell se formó como profesora de ballet, pero desde los quince años ya había realizado trabajos como modelo publicitaria. Después, llegaron las pasarelas más prestigiosas del mundo y la realización de uno de los hitos de su carrera: se convirtió en la primera modelo afroeuropea en protagonizar la portada de Vogue, en 1988. Se codeaba desde entonces con las grandes (Cindy Crawford, Linda Evangelista, Tatjana Patitz y Christy Turlington) porque era de las grandes. Los que la conocían aseguraban que era insoportable y adorable a un mismo tiempo. Que era violenta y tierna. En el amor no tuvo suerte y con ninguno de sus romances logró la estabilidad que tanto ansiaba: del propio Mike Tyson a Robert De Niro, sin olvidar su comentada complicidad con Lewis Hamilton, todas sus historias tuvieron un abrupto final. Distintas han sido sus historias de amistad. La modelo ha logrado conservar por años a entrañables amigas como Cameron Diaz, Donatella Versace, o Linda Evangelista. Fue cercana y fiel al diseñador Alexander McQueen hasta el día de la muerte de este.

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Nelson Mandela, abrazando a Naomi, a la que consideraba 'nieta honorífica'

Nelson Mandela siempre la consideró como una "nieta honorífica" y fue por él por quien volvió su mirada hacia los más necesitados. Acostumbrada a levantarse de las caídas, Naomi Campbell se enfrenta a una nueva polémica. Ella ha dejado bien claro que desconocía cómo usaban los recursos las personas en las que ella había confiado para gestionar 'Fashion for Relief'. Ahora le queda por delante la tarea de limpiar su nombre y de revivir, desde el corazón y con transparencia, la fundación solidaria en la que tanto creyó.