Los Mundiales de Ciclismo en Carretera 2024 que acaban de disputarse en Zúrich (Suiza) quedarán para siempre marcados por un trágico suceso, el que le ha costado la vida a la corredora Muriel Furrer de tan solo 18 años. La joven deportista helvética fallecía el pasado viernes tras el fatídico accidente que sufrió en plena carrera, mientras competía en la prueba de ruta en línea femenina de la categoría junior.
La muerte se produjo tras no poder superar las graves lesiones que tenía en la cabeza, provocadas por una caída que vivió el jueves 26 de septiembre en el momento que atravesaba una zona boscosa de la orilla norte del lago de Zúrich. Este es un trayecto por el que han discurrido todas las carreras del evento y, según informó la Unión Ciclista Internacional (UCI) en un comunicado, se siguen investigando los detalles de cómo se produjo el percance.
El citado organismo explicó que, tras el fuerte golpe, Muriel fue trasladada de urgencia en helicóptero y "en estado crítico" al Hospital Universitario de la ciudad, donde finalmente tenía lugar el deceso. Tras ello, la UCI y el Comité Organizador de los Campeonatos del Mundo lamentaban la pérdida de "una ciclista con un futuro brillante por delante", y ofrecían sus más sinceras condolencias a la familia, los amigos de Furrer y a su Federación Suiza de Ciclismo.
Por último, sobre si estuvo sobre la mesa una posible cancelación de esta 91ª edición de los Mundiales de Ciclismo en Ruta debido al triste suceso, el organismo confirmó horas antes de conocer la fatal noticia que seguirían adelante a petición de la familia de Muriel. En cuanto a su palmarés, Furrer era subcampeona de Suiza junior tanto en contrarreloj como en ruta y lo compaginaba con la modalidad de 'mountain bike'.
Su pérdida ha provocado una gran conmoción no solo en el ciclismo sino en el mundo del deporte en general, sucediéndose los homenajes a la joven de 18 años desde que nos dejara. El más emotivo llegaba por parte de sus compañeras de la selección de Suiza, quienes no pudieron evitar las lágrimas en la línea de salida antes de competir al día siguiente.
También fue especialmente conmovedor el tributo que le dedicó este domingo el pelotón masculino, guardando un sepulcral y respetuoso minuto de silencio con los corredores helvéticos a la cabeza. A modo de altar, flores y velas se han colocado a su vez a los pies de uno de los árboles gigantes de la zona, hasta donde ciudadanos anónimos y aficionados se han acercado estos días.