Su mirada era una de las más tiernas de la música y sus ojos azules conquistaron a cientos de fans desde el escenario, seguidores que hoy se quedan huérfanos. El músico de country y actor Kris Kristofferson ha muerto a los 88 años de edad en su casa de Maui, Hawaii, tal y como ha confirmado un portavoz de la familia en un breve comunicado. Ha estado acompañado hasta el final por los suyos, que hoy lloran la pérdida de quien fue galardonado con un Globo de Oro como mejor actor.
Y es que su trayectoria en el cine obtuvo casi tanto éxito como la música country que llevaba por los escenarios. Protagonizó más de 70 películas entre ellas la versión original de Ha nacido una estrella junto a Barbra Streisand en 1976, una cinta que tuvo su revival en 2018 con Bradley Cooper y Lady Gaga. Fue este papel de músico torturado y superado por la fama el que le hizo merecedor de un Globo de Oro al mejor actor. Su compañera de reparto Barbra Streisand, de 82 años, le ha dedicado un cariñoso mensaje, recordando cómo era la persona que había tras el artista.
“La primera vez que vi a Kris actuando en el Troubadour Club en Los Ángeles supe que era algo especial. Descalzo y rasgueando su guitarra parecía la elección perfecta para un guion que finalmente se convirtió en Ha nacido una estrella” comenta Barbra. “Para mi último concierto en 2019 en el Hyde Park de Londres le pedí a Kris que se uniera a mí en el escenario para cantar” explica, recordando que interpretaron uno de los temas de la cinta. “Fue tan encantador como siempre y la audiencia lo llenó de aplausos. Fue una alegría verlo recibir el reconocimiento y el amor que merecía”. Tuvo unas palabras de recuerdo a la esposa de Kris, Lisa, a quien le envió su apoyo.
Desde 1998 Kristofferson participó además en algunas de las películas de Blade, que seguía la historia de un hombre medio vampiro, medio humano interpretado por Wesley Snipes. Sin embargo lo que marcó su carrera fue la música. Kristofferson popularizó clásicos como Sunday Morni' Comin' Down, Help Me Make it Through the Night, For the Good Times y Me and Bobby McGee. Su llegada a esta profesión fue casual pues, tras abandonar una prometedora carrera militar, trabajó en el mantenimiento de los conocidos estudios Columbia Records, cuna de las grabaciones de Johnny Cash y Bob Dylan. Además había estudiado literatura en Oxford, lo que convirtió sus letras en puro arte.
Johnny Cash fue su padrino
Fue precisamente Cash quien le dio el impulso a su carrera. “Cuando todavía estaba en el ejército, le di la mano en el backstage del Grand Ole Opry y decidí que volvería”, dijo Kristofferson. “Fue electrizante. Me tomó bajo su protección antes de grabar ninguna de mis canciones. Grabó mi primer disco, que fue disco del año. Me puso en el escenario la primera vez”.
Kristofferson marcó un hito en la música country como uno de los integrantes de Highwaymen, que reunió a los mejores artistas country en 1985. Formaron parte de este grupo Waylon Jennings, Willie Nelson y Johnny Cash. Su huella fue reconocida por los expertos al nombrarle como uno de los músicos que había cambiado el lenguaje del country y uno de los mejores compositores de todos los tiempos. Se entendió que había extendido la influencia de este estilo al tratar temas socialmente comprometidos y progresistas.
Su vida personal estuvo marcada por los altibajos emocionales y los problemas de salud. La muerte de su madre Mary Ann, que había sido un gran apoyo en los inicios de su carrera, le marcó de tal manera que empezó a experimentar síntomas depresivos. Esto unido a la separación de su mujer Rita Coolidge, en 1970, con quien había tenido una hija, Samantha, le pasó factura. Empezaron las adicciones y un empeoramiento de su estado de salud debido a la enfermedad de Lyme. El músico se casó en tres ocasiones (1960 con Fran Beer; en 1973 con Rita Coolidge y en 1983 con Lisa Meyers) y tuvo ocho hijos, que le dieron siete nietos. Se dijo que había salido además con Janis Joplin, Barbra Streisand y Joan Baez.