Aunque la literatura sobre crímenes reales nació varios siglos antes y tradicionalmente se ha señalado a la obra que Truman Capote escribió en 1965, A sangre fría, como el nacimiento del género moderno, es evidente que el interés por este tipo de historias nació gracias a la proliferación de las plataformas de entretenimiento. La expresión inglesa true crime se volvió habitual en el año 2020, los que velan por el uso del español alertaron de que la sustituyéramos por “basado en crímenes reales” y la apuesta en todo tipo de formatos siguió creciendo imparable. ¿Es un boom pasajero? ¿Qué ven los que se dedican a esto? ¿Qué será lo siguiente? Hablamos con Susana López Raña, periodista de sucesos, creadora y directora de Se busca Millonario (Max) y subdirectora y encargada de la investigación de Dolores, la verdad del caso Wanninkhof (Max).
¿A qué se debe la proliferación y la apuesta decidida de las plataformas y televisiones por las historias basadas en crímenes reales?
El mal fascina. Los espectadores quieren saber el porqué, por qué un asesino llega a matar. A nivel judicial no interesa el porqué, lo que se analiza son los hechos acontecidos pero las personas queremos saber los motivos, porque se llega a hacer un acto terrible, entonces los true crime analizan de forma más profunda la mente del asesino. El valor está en que son historias que pueden pasarle a cualquiera, tienen impacto, cercanía y sobre todo verdad, alma. Ahora además se está apostando por el pack completo, una serie de ficción y un documental sobre una misma historia. También hay un factor de “entretenimiento”, el espectador no solo busca información y el true crime es un producto que no solo te ofrece la parte documental rigurosa basada en los hechos reales, lo hace de una forma atractiva con recreaciones ficcionadas, con giros de guion que van atrapando al espectador y esto lo convierte en un producto completo. Por otro lado, también hay un interés por hacer justicia, buscar la verdad, convertirnos en una especie de investigador a través de varios episodios para sacar nuestras propias conclusiones y los true crime, sobre todo las series documentales, permiten al espectador adentrarse en las historias de una forma más real.
¿Qué valoras para elegir una buena historia?
Las plataformas a la hora de comprar una historia últimamente están apostando por casos que hagan ruido a la hora de promocionarlos, pero es imposible hacer siempre casos muy mediáticos, por eso lo importante es una buena historia y tener algo novedoso, porque muchas veces se cuentan historias que ya son conocidas por los espectadores, entonces buscamos otro punto de vista, como puede ser un testimonio que nunca haya hablado, es el caso de Dolores, la verdad del caso Wanninkhof (Max). También pueden ser documentos nuevos que aporten otra visión de la investigación o se puede jugar a cambiar los puntos de vista: a veces el narrador es la víctima, otras el acusado o el investigador, es una manera de contar la misma historia de forma diferente. Además aunque sean historias reales y ajustadas a los hechos, hay que mantener al espectador "atado a la silla" y con ganas de ver el siguiente episodio, para eso necesitas una historia con buenos giros de guion, supense, tensión, misterio y que las tramas vayan avanzando a través de los diferentes episodios hasta el final.
¿El Caso Sancho (Max) es un ejemplo de true crime que funciona por un testimonio inédito, el de Rodolfo Sancho?
Tiene todos los ingredientes. Un chico joven, un país extranjero, hijo de un actor famoso y acusado de unos hechos terribles que pueden llevar a la pena de muerte. Además de una puesta en escena de la policía tailandesa propia de una película. Todo esto lo convierte en un caso mediático y cuanto más se habla del caso en los medios de comunicación, más interés despierta en los espectadores. Pero, sobre todo aquí, creo que la clave es que el asesino, ahora ya ha sido condenado, es hijo de un famoso muy conocido en nuestro país. Si fuera hijo de un desconocido, quizás se hubiese hablado del caso, pero no con una cobertura mediática tan grande.
¿Cómo se trabaja en un caso que se está investigando a tiempo real?
Un true crime en tiempo real tiene sus pros y sus contras. Por un lado, necesitas unos plazos de producción más amplios, porque hay que hacer un seguimiento real de los hechos, ya sea la investigación o el juicio de un caso, esto puede llevar incluso años y no siempre las plataformas están dispuestas a hacer este tipo de apuestas a nivel presupuestario. Pero si tienes un buen personaje que quiera contar su historia desde este punto de vista más íntimo, me parece muy interesante explorarlo. Creo que puedes llegar a conocer más las luces y las sombras del protagonista. A nivel narrativo se complica porque no hay guion tan definido a la hora de trabajar, se va creando a la vez que los acontecimientos. Un ejemplo es la serie documental The Staircase (Netflix), donde el escritor Michael Peterson es acusado de la muerte de su esposa, que él asegura que ha sido accidental. El documental recoge los momentos previos de la preparación de la defensa con los abogados y las sensaciones del protagonista sobre los hechos hasta los momentos más importantes del juicio.
¿Cuáles son las complicaciones a la hora de hacer una serie documental basada en crímenes reales?
La primera barrera que te encuentras a la hora de hacer una serie documental es que los personajes quieran prestar su testimonio, no es fácil, porque son casos complicados o investigaciones judiciales. Después hay muchas complicaciones legales sobre todo cuando es un caso que judicialmente no está cerrado, entonces el documental tiene que estar sometido a un seguimiento legal exhaustivo para evitar que derive en una posible denuncia. Por otro lado, es un trabajo que entraña una gran responsabilidad, hay que tener un conocimiento policial y judicial del caso muy amplio, es un caso real, no puedes equivocarte en un dato y eso son muchas horas de trabajo, estudiar los sumarios, las diligencias, contrastar datos. Tienes que conocer el caso tanto como lo conoce el juez, la policía o los abogados.
¿Pueden ser los true crime una moda que termine?
No, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de true crime siempre pensamos en un asesinato y no tiene que ser así, se puede contar cualquier investigación con las herramientas del true crime para conseguir ese ritmo y ese misterio.
¿Cuál es el true crime que no harías?
No haría ningún caso donde no haya consentimiento de las víctimas o sus familiares. Ningún productor o director debe hacer un true crime desde la distancia, hay que conocer los límites, un true crime no puede causar más dolor a las víctimas, tiene que servir para conocer los hechos de una forma más amplia, pero también servir para abrir ciertas reflexiones en la sociedad, por encima del mero entretenimiento.
¿Cómo ves el futuro de este género?
Las series documentales en general están evolucionando a formatos más híbridos como es el docudrama, donde se mezcla el documental clásico con la ficción, un ejemplo muy interesante de esto es La trama Varsity Blues: Escándalo en la universidad de EE. UU. (Netflix). Ellos no cuentan con el cerebro de la operación y utilizan a un actor bastante caracterizado que va mezclando las imágenes reales del juicio y la investigación del personaje real con el actor y también guionizan las conversaciones que hay en las diligencias y en el sumario del caso. Sin perder el rigor cubren un hueco muy importante en la historia, el de no tener al personaje principal y así no notas su ausencia.
Otro ejemplo es Wormwood, de Errol Morris (Netflix) que analiza la misteriosa muerte de un científico estadounidense implicado en un programa secreto de la Guerra Fría donde hay un narrador principal que es el hijo el científico y mezcla su testimonio con partes ficcionadas por actores donde vemos las horas previas de la muerte y las diferentes teorías que se barajan. También es verdad que este producto es mucho más caro, más si cuentas con actores profesionales con cierto nombre que funcionen como reclamo a la hora de venderlo, pero es una vía muy interesante. Hay otra mezcla interesante que es el documental clásico y el docu-reality, se combinan esas entrevistas en las que te cuentan los hechos vividos pero desengrasan con la realidad, viendo como esa persona se levanta todos los días, pasa sus momentos de soledad o va a su trabajo, aunque eso no tenga que ver con lo que se está contando te introduce en la vida de esa persona.
¿Cuál es el último true crime que has visto?
Hay muchos true crime interesantes que ver, a mí personalmente me gusta conocer las producciones de otros países porque parto de la base de que no sé nada del caso hasta el final. El último que he visto es Entre las llamas. La hija perdida, The Jinx, A los gatos ni tocarlos o Carmel: ¿quién mató a María Marta?, son producciones muy interesantes desde el punto de vista narrativo y testimonial.