Como en muchos aspectos de la vida, todo depende del ángulo desde el que se mire, y más aún si hablamos de sombras. Ellas son nuestras más fieles compañeras a la luz del sol, es imposible librarse de ellas y, aunque son nuestro fiel reflejo, a veces pueden parecer muy distintas, como por arte de magia. Las imágenes que acompañan a estas líneas están tomadas por expertos 'cazadores' de sombras que han viajado a los desiertos más cálidos del planeta, desde el del Sáhara hasta el Namib o el de Australia, con su característica arena rojiza.
Allí han fotografiado desde un parapente, llegando a una altura máxima de 150 metros, a varios animales en estado salvaje. Las siluetas que proyectan los antílopes, elefantes, cebras, jirafas y solitarios leopardos se han convertido en el objetivo de sus cámaras, además de una caravana de camellos que atraviesa las dunas al atardecer. El resultado es una sinfonía de sombras gigantes y, en ocasiones, resplandores dorados coreografiada por la luz menguante del desierto.