Entre las grandes bodas de este fin de semana, se encuentra la de Jaime Ardid Martínez-Bordiú, que cuenta con un gran olfato para las inversiones y negocios inmobiliarios, y la directora creativa Inés Ybarra. Por expreso deseo de los novios, el enlace se celebrará en la mañana de este sábado 28 en la intimidad y sin grandes fastos: será en la casona del siglo XII que el padre de la novia posee en la ciudad de Segovia.
Inés proviene de una de las grandes familias más importantes en nuestro país, los Ybarra, que cuentan con negocios en el sector industrial, agropecuario y periodístico. Por su parte, su prometido es hijo de María de la O Martínez-Bordiú, la que siempre se ha considerado como la nieta más discreta de Francisco Franco. De hecho, en la actualidad, lleva una vida completamente discreta en Villafranca del Castillo, a las a fueras de Madrid y alejada del foco mediático.
A pesar de ello, Mariola, que es como la llaman sus seres queridos, sí que tuvo una gran proyección social hasta 1980. Especialmente, cuando anunció su compromiso con Jaime Ardid Villoslada en abril de 1973. A partir de entonces y hasta el año siguiente, que fue cuando se casó, acaparó la portada de ¡HOLA! hasta en cinco ocasiones. Por su puesto, la más impactante fue la del gran día, que también se emitió por televisión.
Mariola contrajo matrimonio con Jaime Ardid Villoslada el 14 de marzo de 1974 en el Palacio de El Pardo. La ceremonia arrancó a las siete de la tarde y con los fastos propios de una boda de Estado: más de 900 invitados, entre los que se encontraron representantes de Casas Reales europeas, aristócratas y políticos, además de una gran representación de la familia de la novia, empezando por sus abuelos, Francisco Franco y Carmen Polo, y los que en su momento ostentaban el título de duques de Cádiz, Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón.
Igualmente, estuvieron presentes los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía de Grecia, al igual que el rey Simeón de Bulgaria y su mujer, Margarita Gómez Acebo; los grandes duques de Rusia; la princesa María Gabriela de Saboya y Gonzalo de Borbón; o la princesa Tessa de Baviera. Además, acudieron el entonces presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro; Cayetana De Alba, que acudió con su hijo mayor, Carlos Fitz-James Stuart –el actual duque–; Aline Griffith, condesa de Romanones; los March, los Fierro; los Barreiros; Juan Antonio Samaranch…
Para dar el ‘sí, quiero, a Jaime Ardid Villoslada, la novia confió en Pedro Rodríguez, que también vistió a su Carmen Franco. El traje nupcial de Mariola era de lo más sobrio y cedía todo el protagonismo a su larguísima cola y velo –de diez metros– y a su imponente diadema, con diamantes y grandes perlas. Esta joya, que era la única que levaba la novia en su boda, fue un regalo de su madre.
El enlace religioso se ofició en la capilla de El Pardo, que fue mandada construir por Felipe V siguiendo las tendencias neoclásicas de la época. Hasta entonces, sólo se habían celebrado allí dos uniones maritales: la de Carmen Franco, en abril de 1950; y la de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón, en marzo de 1972. Mariola llegó a la capilla del brazo de su abuelo, Francisco Franco, que vestía el uniforme de gala de capitán general.
Detrás de la novia y su padrino, caminaban don Juan Carlos y doña Sofía; y, a continuación, el novio, Jaime Ardid Villoslada, y su madre. Como era de esperar, la ceremonia, que duró una hora y quince minutos, se vivió como un verdadero acontecimiento nacional. Un protagonismo que contrasta con la discreción con la que lleva actualmente su vida Mariola Martínez-Bordiú, que se ha visto alterada por la boda de su hijo Jaime Ardid con Inés Ybarra.