La novena edición de MasterChef Celebrity ya ha dado a conocer a su tercer expulsado del concurso. La actriz Nerea Garmendia ha tenido que abandonar las cocinas de este talent show después de una prueba de eliminación que consistía en elaborar platos picantes. La intérprete vasca, de 44 años, pese a su entrega en las cocinas, elaboró una sopa Laksa Lemak, que no tenía sabor, lo que provocó su adiós al concurso.
La guipuzcoana se despidió entre lágrimas, pero con una gran sonrisa y la satisfacción de haber formado parte de este concurso gastronómico. "Ahora sí te he oído", le dijo a Pepe Rodríguez al escuchar su nombre. "¡Qué tía! Con la sonrisa en la cara todo el día, con ese rollo tan positivo que llevas. Enseguida empiezas a contar aquello que para algunos podría ser algo que echase para atrás… Pero, al contrario, lo llevas con un buen rollo, con una alegría…", fueron las palabras de Pepe Rodríguez. A lo que ella contestó ofreciendo su propia lección de vida: "¿Sabes lo que pasa, Pepe? Que al final, cuando tienes tantas cosas, o le das la vuelta o la vida es una mierda".
Recordemos que Nerea Garmendia contó hace dos años que tiene una discapacidad auditiva del 33 por ciento que le afecta en el aspecto personal y en el laboral. "Tengo hipoacusia neurosensorial bilateral, no oigo bien los agudos, por eso necesito audífono", dijo para visibilizar la enfermedad que padece desde hace años, pero que gracias a los audífonos puede sobrellevar con total normalidad. La actriz reveló que fue un fármaco para la epilepsia lo que provocó su sordera, ya que la actriz padece también esta enfermedad.
"Es importante visibilizar las cosas que te pasan, las malas, porque las buenas ya están ahí, ¿no? Por eso decidí hacer un monólogo donde hablo de todas mis enfermedades. Y para mí es maravilloso terminar el monólogo y que la gente venga y me diga gracias", reconoció, en referencia a los problemas de salud que decidió visibilizar para ayudar a otras personas. "Me encantaría poder oír la vida al 100%, pero es que también soy epiléptica. Tengo ocho clavos en la espalda, tengo artrosis...", pero a pesar de todo ello se siente afortunada. "Me gusta hacer visibles estas cosas para que la gente trabaje sin miedo, que diga las cosas sin miedo. Somos lo que somos, para bien y para mal, y nos tenemos que aceptar como somos. Por eso intento darle la vuelta y de lo malo hacer algo que sea bueno", concluyó en medio del aplauso de todos los concursantes y algunas lagrimas de sus compañeras María León e Inés Herranz, que no pudieron evitar emocionarse al oír sus palabras.