Fue el pasado 19 de agosto, cuando la noticia del hundimiento de un superyate de lujo frente a las costas de Sicilia conmocionó al mundo. A bordo viajaban 22 ocupantes de los cuales siete perdieron la vida, entre ellos el magnate y dueño de la embarcación Mike Lynch, más conocido como el 'Bill Gates británico', de 59 años, y su hija Hannah, de tan solo 18, quienes son irremediablemente los protagonistas principales de esta triste historia en la que también murieron el presidente de Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, y su mujer Judith, así como el abogado de Nueva York Chris Morvillo y su pareja Neda y el chef Recaldo Thomas.
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Lynch, quien de no haber perdido la vida en este fatal accidente estaría disfrutando de su propiedad de 9.300 metros cuadrados en Suffolk, se encontraba celebrando su reciente absolución por la justicia estadounidense– tras 13 años de juicio—, por la venta fraudulenta de su empresa Autonomy a la gigante Hewlett-Packard (HP) cuando una tormenta repentina hizo naufragar su barco a más de 50 metros de profundidad y con él todos los sueños de un padre y de una hija, quien según el informe de su autopsia murieron asfixiados tras quedarse sin oxígeno.
Este fin de semana, el magnate, su esposa, Angela Bacares, superviviente del hundimiento, y sus dos hijas, Hannah, de 18 años, y Esme, de 21, quien no se unió al trágico viaje en barco, habrían estado en el Festival Literario de Cliveden en Berkshire, donde Lynch debía dar un discurso sobre inteligencia artificial y el futuro de la tecnología y acompañar a la pequeña de la familia al Trinity College de Oxford, donde había conseguido una plaza para estudiar literatura inglesa. Sin embargo nada de esto va a suceder y su viuda no puede dejar de llorar y de sentirse culpable tras salvar su vida, tal y como ha dado a conocer el diario británico Daily Mail.
Pero por si esto no fuera suficiente y mientras Angela se encarga de organizar los funerales de su marido y de su hija cuyos cuerpos han sido trasladados en avión privado al Reino Unidos, Hewlett Packard ha confirmado que continuará con la demanda contra el difunto magnate tecnológico Mike Lynch a quien reclama casi 3.700 millones de euros por daños y perjuicios, según informa el diario The Guardian .
Como hemos señalado anteriormente, antes de morir Mike se había visto envuelto en un caso de fraude transatlántico, resultado de la venta en 2011 de su grupo tecnológico, Autonomy, a Hewlett Packard, quien alegó "irregularidades contables" acusando a Lynch y sus socios de inflar fraudulentamente el precio de su compañía. Aunque había sido absuelto de dichas irregularidades en el juicio penal en Estados Unidos, no fue así en los procedimientos civiles en el Reino Unido donde en 2022 un juez del Tribunal Superior dictaminó que probablemente el magnate y sus socios era conocer de las "irregularidades" en la empresa y, por lo tanto, responsable de los daños.
A pesar de que la muerte de Lynch había hecho barajar la posibilidad de la cancelación de la demanda por parte de HP, a principios de este mes, el director ejecutivo de la empresa, Antonio Neri confirmó que seguirán adelante. "La realidad de lo que sucedió no cambia lo que ocurrió en la última década, donde creemos que se cometieron irregularidades".
Angela, que aun continúa moviéndose en silla de ruedas tras el accidente debido a los numerosos cortes que sufrió, será ahora la responsable de esta demanda pues tras el naufragio se convirtió en la única accionista de la empresa de su marido, pues el cofundador de la compañía acusada Stephen Chamberlain murió dos días después que Lynch, tras ser atropellado en Cambridge, Inglaterra. Sin duda, un fuerte varapalo para esta mujer, que pasó más de diez años al lado de su marido y protegiendo a sus hijas (que en el momento de la demanda de su padre tenía apenas nueve y seis años) de la angustia que supuso para ellos el largo juicio de su padre.