Margarita de Dinamarca, de 84 años, ha recibido el alta hospitalaria después de que este miércoles sufriera una caída en el Palacio de Fredensborg. Un percance que le ha provocado una fractura en la mano izquierda, la cual que tendrá que llevar escayolada durante el tiempo establecido por los médicos. Como consecuencia de este contratiempo, también se verá obligada a lucir un collarín durante varios meses debido a una lesión en las vértebras cervicales.
Tal y como ha anunciado la Casa Real del país, "la reina Margarita se encuentra de buen humor y se encuentra bien dadas las circunstancias, pero, no obstante, se recuperará durante un largo periodo de tiempo. Esto también significa que la presencia de la reina en una serie de actos se cancelará durante algún tiempo".
Justo este jueves, el rey Federico contaba ante los medios del país cómo se encontraba su madre durante una recepción celebrada en el Ayuntamiento de Copenhague para participar en la celebración del centenario de la Cruz de los Niños de Copenhague: "Mi madre está bien dadas las circunstancias. Gracias por hacer la pregunta. Ella está bien en el Rigshospitalet y está en buenas manos", explicaba.
Los periodistas también le preguntaron si había acudido a visitarla: "No, aún no he ido. He hablado con ella y se encontraba bien. Ella está bien dada las circunstancias. Ahora toca que se recupere día a día", respondió. Un percance que ha obligado a la madre del actual soberano a cancelar su agenda oficial. No ha podido participar este viernes en el 75º aniversario del Departamento de Arqueología de la Universidad de Aarhus, un acto especialmente importante para ella, ya que es una gran apasionada de la historia y la arqueología. No en vano, en 1960 estudió Arqueología en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y ciencias políticas y arqueología en la Universidad de Aarhus un año después. Una situación que se debe porque aunque la Reina abdicó en su hijo, ha continuado con sus compromisos.
Así fue la abdicación de Margarita de Dinamarca
La reina Margarita anunció en su discurso de Año Nuevo que abdicaba. En sus palabras hizo saber a los ciudadanos que una operación anterior de espalda la había llevado a reconsiderar su función como jefa de Estado. “En 14 días habré sido reina de Dinamarca durante 52 años. Tanto tiempo no pasa sin dejar rastro para ningún ser humano, ¡ni siquiera para mí! El tiempo pasa y las ‘enfermedades aumentan’. Ya no te enfrentas a las mismas cosas que antes. En febrero de este año me sometí a una extensa cirugía de espalda. Todo salió bien gracia al personal sanitario cualificado que me atendió. Por supuesto, la operación también me hizo pensar en el futuro: sí había llegado el momento de dejar la responsabilidad a la siguiente generación”.