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Luis Ortiz, el inseparable exmarido de Gunilla von Bismarck que conquistó Marbella

Padre del único hijo de la condesa alemana y uno de los personajes más icónicos de la Costa del Sol falleció el pasado 16 de septiembre a los 80 años 


18 de septiembre de 2024 - 14:10 CEST

Más de pajarita que de corbata y más de blanco que de negro pero siempre dispuesto a pasárselo bien, así era Luis Ortiz uno de los rostros más emblemáticos de la jet set marbellí, quien fallecía este lunes a los 80 años dejando un poquito más sola y triste aquella Costa del Sol que este madrileño convirtió en su hogar.  

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Reinventor de la mítica frase "que me quiten lo bailao", Luis no se perdía ni un solo evento social, eso sí siempre a lado del gran amor de su vida, Gunilla von Bismarck, de la que pese haberse divorciado desde 1989 no se separó en toda su vida, ella era  el pilar fundamental de su vida, su principal apoyo cuando le diagnosticaron un cáncer de próstata y la madre de su único hijo, Francisco, quien en los últimos años le hizo uno de los regalos más bonitos de su vida, convertirle en abuelo por partida doble, primero con la llegada de Luisito, de  12 años, a quien pusieron el nombre en su honor y más tarde con el nacimiento de Fran, quien actualmente tiene 10.  

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Luis, quien era hijo de Francisco Ortiz,  un alto funcionario del Ministerio de Información y Turismo durante la época de Franco  y Gunilla,  bisnieta de Otto von Bismarck, artífice de la reunificación de Alemania se conocieron en una de las fiestas organizadas en 1971 en el Marbella Club, el hotel más emblemático de la ciudad malagueña creado por el príncipe Alfonso von Hohenlohe, él mismo lugar en el que le vimos por última vez el pasado mes de abril con motivo de su 70 aniversario, y el flechazo fue instantáneo. “Me gustó nada más verlo. Cómo andaba, cómo se movía, esos ojos de Bambi... Era una persona muy natural, nada artificial. Fue un gran amor. Estaba lleno de vida y eso fue lo que me enamoró” confesaría la condesa alemana a la periodista Nieves Herrero.  

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Poco importó que en aquel momento no hablaran el mismo idioma, porque todo el mundo sabe que el idioma del amor es universal. Se casaron en 1978 en el castillo de Friedrichsruh, propiedad de la dinastía en Schleswig-Holstein (Alemania), ante la atenta mirada de 120 invitados entre los que no faltaron los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia -el soberano fue compañero de estudios de Gunilla- y Cari Lapique junto a Carlos Goyanes, fallecido hace un mes y medio.  

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Uno de los momentos más felices de su matrimonio fue el nacimiento de su único hijo Francisco José, cuya madrina de bautizo es la reina Silvia de Suecia y quien, a pesar de posar en muchas ocasiones junto a sus padres a medida que iba cumpliendo años prefirió llevar una vida mucho más anónima. Fue cofundador de la red social Tuenti y en 2010, se casó con Elisabet Dutú, madre de sus dos hijos y junto a los que Luis disfrutaba de entretenidas tardes jugando al parchís y al ajedrez.  

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A pesar de sus momentos de crisis, tanto Luis como Gunilla lograron llegar a un equilibrio con el paso de los años. A él le costaba mucho moverse de Marbella, pues parecía estar anclado de manos y pies a Puerto Banús y a ella le encantaba acudir a los diferentes actos sociales celebrados en Mónaco, Crans Montana y Saint Moritz en Suiza, así como en diferentes zonas de Alemania y Brasil, por lo Gunilla aprendió a ir sin él y él a esperarla en casa, sin que ello supusiera ningún inconveniente para ambos.  

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Sin embargo, en los últimos días de su vida, Luis, contó en todo momento con la compañía de su hijo y de su mujer, pues a la expareja mejor avenida del panorama social no logró separarla la vida ni un papel, sino la triste marcha de quien fue uno de los personajes más icónicos de la Costa del Sol.