No era el mejor de los comienzos para retomar la normalidad. Quizás por eso Isabel Preysler decidió escapar a Marbella y reactivar sus vacaciones, al menos, el último fin de semana de agosto. Porque, antes, la vimos en Madrid tras volver abruptamente de Miami. Un viaje exprés y, sobre todo, imprescindible y necesario: acompañar a su amiga Cari Lapique en su dolorosísimo adiós a su hija Caritina. Lo hacia detrás de unas gafas oscuras. Como siempre, impecable, pero sobria, en blanco y negro.
En estas imágenes, la vemos 24 horas después, intentando desamarrar el corazón de la tragedia con una tarde tranquila de amigas y compras. Porque al final, lo más superficial de la vida nos permite sobrellevar los grandes golpes emocionales que nos inflige. E Isabel disfrutó de una agradable merienda en la churrería Marbella 2 con un buen chocolate con churros. Sí. Han leído bien. Porque, cuando te das cuenta de lo efímero que es todo, para qué andarnos con ramas de apio y agua de limón caliente, ¿no les parece? Isabel, que ha pasado el verano alejada de los grandes fastos nocturnos para ejercer de madre y abuela con Chábeli y Julio José, eligió para esta escapada un colorido caftán maxi, de Pearl & Caviar, un look súper juvenil y desenfadado con el que, sin una sola gota de maquillaje, Isabel está perfecta y nos demuestra que no hay edad para ser siempre una súper señora estupenda.