Cuando Mar Flores se presentó, en 1989, a un concurso de modelos que organizó una conocida revista de moda, ni se imaginaba todo lo que iba a vivir a lo largo de la siguiente década. En los 90, se convirtió en uno de los rostros más conocidos de las pasarelas, y no tardó en dar el salto a la televisión. De primeras, recordamos su papel en la serie Canguros, junto a Maribel Verdú, Luis Merlo y Paula Vázquez, pero también trabajó con Carmen Sevilla en Ada Madrina, y con Lina Morgan y José Coronado en Compuesta y sin novio. De esta forma, la exmodelo se convirtió en uno de los personajes más mediáticos, aunque muy a su pesar, en muchas ocasiones.
Ahora, que acaba de cumplir 55 espléndidos años, Mar celebra sus treinta y cinco años en la moda lanzando una colección cápsula para Malne, la firma de Paloma Álvarez y Juanjo Máñez, que se presentará en la próxima edición de la Semana de la Moda. Días antes de que esto ocurra, Mar nos desvela este proyecto, del que no puede sentirse más orgullosa, y nos habla también de muchas otras cosas, como del paso del tiempo, su relación con su exmarido Javier Merino y por qué se ha vuelto más exigente con los hombres. Por supuesto, también de la futura llegada de su primer nieto, que su hijo Carlo Costanzia sea padre con Alejandra Rubio, hija de Terelu, y la conviertan en abuela a finales de año.
—Cuéntanos tu nuevo proyecto.
—Llevo unos meses trabajando junto a la Maison Malne, y lo he terminado en verano. Son 16 piezas y esta colección cápsula va a formar parte del desfile de Malne —del día 13—, en la próxima edición de la Semana de la Moda de Madrid. A Juanjo y Paloma los conozco de hace muchos años. Te diré que mis primeros trabajos, en los 90, fueron con Juanjo.
—¿Cómo definirías la colección?
—Está integrada dentro de las propuestas de Malne para la próxima temporada de verano. Lo que he diseñado es lo que me pondría o llevaría de viaje. No va a sorprender tanto por el diseño, sino por la creatividad en la mezcla de los tejidos, la elección de los colores y la versatilidad de las prendas, que están cuidadosamente estudiadas para cualquier tipo de mujer, que se sentirá cómoda, femenina, sexy y elegante.
—¿Cómo surgió la colaboración?
—Juanjo y Paloma llevaban muchos años proponiéndome que desfilara con ellos, porque tenemos muy buena amistad, pero desfilar era algo que no me apetecía tanto, que no me hacía tanta ilusión. Ya a principio de temporada, me comentaron lo que estaban preparando: una colección estaba inspirada en los 90 y en mí, como modelo española de esa época. Ahí empecé con ellos de una manera muy natural. Les decía: "Mira, este tejido se lleva mucho". O "yo me pondría esto o lo otro"… Entonces, de una manera muy orgánica, me dijeron que por qué no les diseñaba una colección cápsula.
—¿Qué crees que diría la Mar de los 90, si viera a la Mar de ahora?
—Que diseñadores de alta costura española se inspiren en mí es algo que me ilusiona mucho. Encima, que me permitan hacer una colección cápsula para ellos es un sueño. Por lo que la Mar de entonces estaría muy orgullosa de mí (ríe).
A reconquistar Madrid
—¿Volverás a desfilar en la Semana de la Moda de Madrid?
—No, desfilan mis diseños, la colección cápsula de edición limitada para Malne. Ahora lo que toca es sentarme en el front row y disfrutar del trabajo que hemos hecho.
—Así celebras 35 años en la moda.
—Estoy muy contenta. Es algo que no me esperaba. Ha surgido de forma muy espontánea, pero los proyectos que surgen con grandes profesionales siempre salen muy bien.
—Llevas años diseñando. Casi una década, desde que empezaste con tu firma de bolsos.
—Además, ya he hecho colaboraciones con otros diseñadores. He trabajado con Jorge Vázquez, Santiago de Palacio, The 2nd Skin… No es la primera vez que diseño, pero sí es la primera vez que me he metido en un laboratorio de creación de ropa, inspirado en lo que hacen grandes diseñadores. Ha sido un gran reto.
—Este verano has estado diseñando, pero no todo habrá sido trabajar.
—Este año me he permitido el lujo de pasar una semana en Madrid trabajando y, después, cuando ya mi cabeza no daba más y necesitaba desconectar, me he ido de vacaciones con mis niños o mis amigos. Así volvía a Madrid con ideas renovadas.
—También has cumplido 55. ¿Cómo llevas el paso del tiempo? ¿Te miras más las arrugas, o pasas?
—Me miro y me veo cambiada, pero me gusta lo que veo. Estoy en paz conmigo.
—Porque estás estupenda.
—(Ríe) Veo que no soy la misma y que cambio, pero hago deporte para intentar seguir siendo, más o menos, la misma. A nivel físico, recibiré con alegría lo que venga. Me quedan muchos años y vendrán momentos en los que no me iré viendo tan bien, pero lo importante es tener la cabeza bien equilibrada, tranquila y serena.
—Pero ahora hay soluciones, tratamientos y truquitos. ¿Cómo haces para recurrir a ellos, sin pasarte de la línea y no llegar a reconocerte?
—De momento, me reconozco. Los cambios que dicen que tengo, por haberme hecho alguna cirugía estética, no son verdad. Nunca me he sometido a ninguna operación. Si me ha cambiado la cara, es porque me hago mayor y porque la cara cambia, y ya está. Eso hay que aceptarlo. Guste más o menos, a quien le tengo que gustar es a mí. Yo me miro y me gusto. Y si un día no me gusta algo, a lo mejor lo corrijo, pero hoy por hoy no, no me lo planteo.
—¿En qué momento personal te encuentras?
—Plena y satisfecha. También emocionada de poder presentar mi creación como diseñadora.
—Te vas a convertir en abuela. Con solo 55.
—Esas cosas no las decido yo. Obviamente, son decisiones de los hijos y todo lo que suponga felicidad para ellos lo recibo también muy feliz.
—¿Te apetece tener pareja en este momento?
—No tengo ni tiempo. Estoy tan plena y llena con mi vida personal, mis amigos, mi trabajo, mis hijos… Ni me lo planteo en este momento.
—¿Qué valorarías en una posible pareja?
—Mira, el hombre que me gustaría tener a mi lado no existe. Así de claro (ríe).
—¿Tienes algún otro proyecto a la vista?
—No se pueden contar, pero tiene que ver con lo audiovisual.
Su relación con Javier Merino
—¿Cómo compaginas tantos proyectos, estando al cargo de cuatro de tus cinco hijos?
—Una de las personas más importantes en mi vida es el padre de mis cuatro hijos, con el que me llevo de maravilla. Él y yo nos ayudamos mucho con la educación de los niños.
—¿Cuál es el secreto para llevarse bien con un ex, como lo habéis conseguido Javier Merino y tú?
—(Ríe) Valorar lo que has tenido. La gente no valora lo bueno que tiene, o lo bueno que ha perdido. Antes te decía que no existen hombres como el que me gustaría tener a mi lado, porque tengo de referencia en valores, sentido común y educación al padre de mis cuatro hijos. El secreto es también la admiración. Quiero al padre de mis hijos, pero, sobre todo, es que le admiro.
—¿Qué sorprende a tus hijos de su madre?
—Saben que su madre es muy creativa. Me ven trabajando y me preguntan qué hago. Por ejemplo, cuando estaba en El Desafío, les contaba el reto que preparaba. Ahí me dijeron: 'Jo, mamá, quiero ir a verlo'. Lo mismo ahora cuando diseño. Les pregunto si les gusta la prenda y si harían un pantalón así, más corto o más largo.