Jesulín de Ubrique ha vivido una de las experiencias más terribles de su vida. El pasado domingo 8 de septiembre, el torero, de 50 años, era ingresado de urgencia en el Hospital Regional Universitario de Málaga, conocido como Carlos Haya, víctima de la angina de pecho que sufrió cuando se encontraba pasando dos días en el malagueño Rincón de la Victoria, junto a su mujer, María José Campanario, y su hijo pequeño. Afortunadamente, ya ha recibido el alta hospitalaria y se recupera en su casa de Arcos de la Frontera, Cádiz, de este grave percance, mientras continúa sometiéndose a todo tipo de pruebas médicas y analíticas en el Hospital Universitario de Jerez.
'Un dolor que no sabría describir'
Pasado el susto, es el propio torero quien revela a ¡HOLA! los angustiosos momentos vividos este pasado fin de semana, que, tal y como cuenta con su habitual sentido del humor, comenzaron el sábado por la noche: "Recuerdo que empecé a sentir un malestar general. Me encontraba fatigado, con ganas de vomitar y sentía unos fuertes pinchazos en el cuello, como si me estuviesen dando palos sin piedad. Yo pensaba que era debido a una contractura muscular, pero, a las tres y media de la mañana, los dolores comenzaron a ser cada vez más intensos. Era un dolor que no sabría describir".
Fue él mismo quien, llegado a ese punto y después de muchas horas con la misma sensación, se dio cuenta de que debía ir al centro de salud cuanto antes. Una decisión que tomó sin avisar a su mujer: "Salí de la habitación sin decirle nada a María José y me acerqué por mi propio pie hasta el ambulatorio acompañado por el padrino de mi hijo. Nada más verme la cara, me estabilizaron y me dijeron que iban a prepararme una ambulancia para derivarme al hospital. No quise ni esperar. En diez minutos me planté en el Carlos Haya, donde me asusté muchísimo al ver que me llevaban directamente a la Unidad de Críticos. Tenía la tensión por las nubes de lo agobiado que estaba. Cuando llamaron a María José para decirle dónde estaba y cómo me encontraba, casi se muere del susto. Al poco tiempo, nos pusieron en contacto a través de una videollamada y ya se vistió y se vino conmigo. La verdad es que tenemos que darle las gracias al hospital y a sus sanitarios por lo bien que nos han tratado".
'Le he visto las orejas al lobo'
Cabe recordar que la angina de pecho es un tipo de dolor causado por la reducción del flujo sanguíneo al corazón. En este sentido, el hecho de que Jesulín haya sufrido este percance —"no me esperaba que pudiera pasarme algo así, me he llevado el susto más grande de mi vida"—no deja de sorprender, ya que siempre ha hecho gala de su estilo de vida saludable y de ser muy deportista. "No me he visto en esta situación nunca y por eso me voy a poner en manos de los profesionales para que busquen el origen de donde ha podido venir esto, pero de momento me han dicho que tengo que tomarme la vida con más tranquilidad. Aun así, ya le he preguntado al doctor si podría torear el día 18. Aunque la vida ya me ha dado toques con las cornadas de los toros y el accidente de coche, no paro, soy un poco polvorilla», confiesa el diestro, que ya ha recuperado su sentido del humor y está muy bromista, a pesar de que "le he visto las orejas al lobo".
No es el primer susto de salud que sufre Jesulín de Ubrique. Hay que recordar que, en septiembre de 2001, sufrió un grave accidente de tráfico cuando regresaba a su finca 'Ambiciones'. El torero, que ocupaba el asiento del copiloto, salió despedido del vehículo y este cayó sobre él. Sufrió politraumatismo craneofacial, fractura de costillas con un pulmón afectado y fractura de tres vértebras sin compromiso medular y estuvo un mes en el hospital Virgen del Rocío, de Sevilla.
Ahora intenta pasar página a un fin de semana de auténtica pesadilla por el inesperado susto que ha sufrido y aún no ha llegado a comprender: "Soy una persona que me cuido, hago deporte, no fumo y no bebo. Me mantengo en forma, quizá no tanto como antes, pero me mantengo. No sé, no puedo dar una explicación de lo que me ha pasado. Ha sido una cosa horrible". Y afirma: "Lo he pasado muy mal, pero hay Jesulín para rato".