Victoria de Marichalar vive un gran momento, al menos un momento único en su vida. Está a punto de debutar en televisión como concursante de El desafío y ha celebrado su 24º cumpleaños soplando las velas en El Hormiguero donde ha concedido su primera entrevista en la pequeña pantalla. La hija de la infanta Elena sabe que su figura despierta expectación, pero a menudo ansía poder pasear por Madrid sin que le reconozcan por la calle. Eso a pesar de ser una figura pública desde la cuna y haber vivido con naturalidad crecer con escoltas.
"Desde el minuto en que nací llevaba guardaespaldas todo el día detrás de mí. Lo viví bien, y a la vez, al ser una chica adolescente con 16 o 17 años un poco agobiada sí que estaba, pero yo los adoraba", ha contado Victoria Federica sobre los miembros de la Policía Nacional que la protegían, a quienes guarda tanto cariño que, además de mantener el contacto, tiende a abrazarlos cuando los ve, a pesar de que si están de servicio no tienen permitido corresponderla. También se acuerda con nitidez el primer día que salió a la calle sin su protección. Fue en su 18º cumpleaños y al llamarlos por teléfono para que acudieran en su busca, no recordaba que ya no podían hacerlo. "Después, me acostumbré y bien, pero los eché mucho de menos", recuerda Victoria.
Aunque está más que acostumbrada a las vicisitudes de ser la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar y la sobrina del rey Felipe, tiene claro lo primero que haría en caso de ser una persona anónima: "Me daría un buen paseo por Madrid sola". Algo tan sencillo como eso, para ella supone que los transeúntes la reconozcan a cada paso, por eso se ha mostrado muy favorable a probar el "truco" que le ha dado Pablo Motos. "Prueba a salir el domingo por la tarde", le ha dicho ya que en su experiencia cuando está a punto de caer la noche al final de la semana ya nadie se fija en quien está paseando a su lado.
Ser parte de la familia real no le impide tener sueños sencillos y también haber fantaseado con dedicarse a distintas profesiones cuando era niña, como es habitual. Enfermera, doctora, profesora, astronauta... "cada día quería ser una cosa. No tenía nada claro", ha dicho entre risas. No obstante, sí asegura que la docencia era lo que más le seducía, quizás por seguir los pasos de su madre que estudio magisterio y ejerció como profesora durante una temporada.
Finalmente, la vida le llevó por otros derroteros y desde hace unos años despunta como icono de moda, aunque ha demostrado que tiene infinita capacidad para reinventarse. La última prueba ha sido su participación en El desafío, donde ha admitido haberlo pasado mal en algunas pruebas como la apnea, pero también haber vivido experiencias inolvidables. Una de ellas fue un viaje a Maldivas que realizó con sus compañeros como Genoveva Casanova, Daniel Illescas, Lola Lolita o Susi Caramelo, actualmente colaboradora de El Hormiguero. Allí pudo disfrutar del buceo en uno de los enclaves más paradisiacos para ello y poner en práctica alguna de sus nuevas habilidades.