Pedro Claver: nacido en Verdú, España, en 1580, se convirtió en jesuita a los 19 años y fue enviado a la Nueva Granada, donde dedicó su vida a los esclavos africanos en Cartagena. A pesar de la oposición social y las duras condiciones, Claver organizó intérpretes, cuidó y bautizó a más de 300.000 esclavos, siendo conocido por su profunda fe y caridad. Fue beatificado en 1850 y canonizado en 1888.
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Toribia (María de la Cabeza), beata: esposa de San Isidro Labrador, vivió una vida de humildad, devoción y trabajo, dedicándose a las tareas del hogar y al apoyo de su marido en el campo. Tras criar a su único hijo, se retiró a una ermita para llevar una vida de oración y servicio a la Virgen. Fue conocida por su santidad y milagros, y sus restos se veneran en Madrid, donde se le atribuyen curaciones milagrosas.
Jacobo Desiderio Laval, beato: nacido en Normandía en 1803, ejerció como médico antes de convertirse en sacerdote en 1838. Tras unirse a una Sociedad religiosa, partió a la Isla Mauricio en 1841, donde se dedicó a evangelizar a la población liberada de la esclavitud hasta su muerte en 1864. Hoy es considerado héroe nacional en la isla.
Francisco Gárate Aranguren, beato: nacido en 1857 en Azpeitia, fue jesuita y trabajó como portero en la Universidad de Deusto durante 41 años, destacándose por su humildad, caridad y atención a los estudiantes y necesitados. Murió en 1929 y es recordado por su gran santidad y servicio.
Hoy también se celebra la onomástica de:
- María Eutimia (Emma) Üffing
- Pedro Bonhomme