La boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de Cova pasará a la posteridad por ser una de las más elegantes y románticas de la temporada 2024. Un enlace celebrado con toda la solemnidad esperada y que, como suele ser habitual, sacó a relucir algunas de las grandes joyas que descansan en cajas fuertes y de seguridad a la espera de grandes citas como esta para ser lucidas.
La novia, su madre y su abuela; las infantas Elena y Cristina y también, por supuesto, la reina Sofía, aderezaron sus estilismos con algunas piezas dignas de análisis. Piezas de diferente origen y carga histórica de las que David Rato, experto en joyas de la Casa Real y creador de la cuenta Spanish Royal Jewels tiene mucho que decir.
Las joyas de la novia
Victoria López-Quesada ha sido una novia sobria y elegante. Cumpliendo con lo esperado, huyó de la ostentación decantándose por un vestido hecho a medida por el maestro Caprile que no dejó a nadie indiferente y que enfatizaba su escultural silueta convirtiéndola en una novia absolutamente atemporal. Un diseño sin grandes estridencias que puso el acento con las joyas y el velo elegido, el mismo que lucieron su abuela y su madre el día de su boda.
Un gesto que también tuvo con algunas de las joyas elegidas. Tal y como ¡HOLA! relató en las páginas que recogen este miércoles algunas de las mejores fotos del enlace, la novia lució la tiara de botones de diamantes, una pieza que lleva en la familia desde hace generaciones que transformó para su gran día añadiendo en el centro de la montura una impresionante flor de lis cuajada de brillantes. La pieza, que podría tratarse de la misma que se vendió en una subasta de joyas antiguas en España a principios de año y que según afirma nuestro experto, "se trata de un regalo del novio a su prometida". Un gesto que habría emocionado a la novia, que no habría dudado en lucirla de esa manera tan prominente el día de su boda.
Sus pendientes tampoco pasaron desapercibidos a ojos de nuestro experto. "Se trata de unos pendientes formados por rosetas de diamantes desmontables con perlas, que, según aseguran desde Havana Joyeros, forman parte del regalo de boda de los padres a Victoria". Por supuesto, también lució el anillo de pedida presidido por una esmeralda de gran tamaño rodeada de diamantes, que también lució este verano durante la jura de bandera de su hermano en Marín.
Cristina de Borbón-Dos Sicilias
Victoria no fue la única en lucir grandes piezas del joyero familiar para su gran día. Su madre Cristina de Borbón-Dos Sicilias, que también vistió un diseño hecho a medida por Lorenzo Caprile que combinó con un par de zapatos joya a juego de Scandal 54, "lució un par de pendientes adornados con esmeraldas, diamantes y gruesas perlas, complementados por un collar a juego. Además, llevaba un par de pulseras de diamantes y un reloj con un aro cuajado con las mismas piedras", detalla el experto consultado.
"No obstante, la joya más destacable es el broche monograma realizado en diamantes, oro y platino que iba prendido en su vestido. A través de esta alhaja podemos ir descubriendo parte del intrincado árbol genealógico de esta princesa. En la pieza encontramos una 'M' y una 'Y' rematadas por una corona real. Estas dos letras forman la cifra de María Ysabel, alusivas a la primera Condesa de París. Esta alhaja se utilizaba sobre una cinta de terciopelo azul y era llevada por las damas de la ilustre señora", continúa, antes de detallarnos la apasionante historia que hay detrás.
“María Ysabel, nacida Infanta de España, era la hija mayor de los Duques de Montpensier, la Infanta Luisa Fernanda y el Príncipe Antonio de Orléans y en 1864 contrajo matrimonio con su primo hermano, el Príncipe Felipe de Orléans, Conde de París y pretendiente al trono de Francia. Durante su tiempo como Reina de jure de los Franceses, encargó varios de estos broches para sus damas. El destino quiso que una de sus hijas, la Princesa Isabel María, se casara con otro pretendiente al trono francés, el Príncipe Jean, Duque de Guisa, quien heredó la jefatura de la Casa Orléans tras la muerte de su cuñado, el Príncipe Felipe. A partir de ese momento, la duquesa de Guisa decidió adoptar el mismo monograma que su madre, reutilizando los broches con las iniciales 'M' e 'Y' coronadas para sus damas. Cristina es bisnieta de los Duques de Guisa a través de su madre, la Princesa Ana”.
Las joyas de Elena y Cristina
"Para la boda del pasado fin de semana la Infanta Elena ha rebuscado en su joyero, eligiendo un collar que posee desde su juventud. Realizado en oro amarillo, diamantes talla brillante y un gran zafiro, este collar forma parte de un aderezo que comprende además un par de pendientes y un brazalete", apunta David Rato.
La infanta Elena, que se decantó por un look en azul marino y blanco, como su hermana Cristina, acudió en compañía de su hija Victoria de Marichalar, gran amiga de la novia, de la que, sin embargo, no hay imágenes.
Pero volvamos a las joyas de su madre. "En las tres piezas del conjunto encontramos elementos representando elegantes flores centradas por zafiros. Aunque se desconoce su origen exacto, cabe la posibilidad de que se trate de un regalo de un mandatario extranjero. Aunque cuenta con pendientes a juego, la hermana de Felipe VI optó por unos menos ostentosos que "representan dos pequeños aros engastados con diamantes y que forman parte de su colección desde hace tiempo".
Por su parte, Cristina, que llegó a la boda en el mismo vehículo que su hermano, "eligió unos pendientes compuestos por seis diamantes talla marquesa dispuestos en forma de flor, realizados por Harry Winston" y que tantas veces ha lucido desde el principio de la década de 2000.
"La nota de sorpresa fue el collar de diamantes, una rivière de doble vuelta que resulta totalmente desconocida para mí. Es posible que forme parte de un aderezo junto a los pendientes, ya que al analizar la foto se pueden intuir diamantes de diversas tallas. También lució un broche en forma de gota que no pude reconocer y un brazalete de brillantes", concluye en esta línea el creador de Spanish Royal Jewels.
Las tradiciones de Ana de Francia
La abuela de la novia, Ana de Orléans, una de las mujeres más elegantes del enlace, también quiso cumplir con algunas tradiciones y se decantó por repetir las joyas que ya lució hace 30 años en la boda de su hija. "Eligió de su joyero el mismo collar y broche, con una diferencia, mientras que en la boda de su hija lo llevaba prendido al tocado, en esta ocasión, formaba parte del diseño del vestido. En cuanto al collar, se trata de una pieza compuesta por cinco grandes aguamarinas talla esmeralda con cuatro diamantes alrededor de cada una. Desconozco el origen, pero lo lleva desde hace décadas", continúa David Rato.
Las perlas favoritas de doña Sofía
"A la reina Sofía le encantan los collares de perlas. A lo largo de los años, la hemos visto llevando distintas piezas, con distintos colores, tamaños y variado número de hilos. Y en esta ocasión, parece que no ha sido diferente". En esta ocasión, la Reina ha elegido uno de sus favoritos, el realizado por la Casa Quirós de Oviedo del que posee varios hilos que puede combinar de muchas formas: "agrandando, acortando, o adicionando colgantes, como su rubí cabujón o una medalla de la virgen de Covadonga", añade. "Estas sartas contienen perlas Kasumiga, cultivadas en agua dulce y provenientes de un lago en Japón. Se pueden encontrar en una amplia gama, desde el blanco a crema, naranja, rosa, bronce, morado o verde. Al igual que más esféricas o barrocas". En esta ocasión, lució dos vueltas.