Alice Campello y Álvaro Morata ya no están juntos y un verano que se prometía idílico cambió completamente de rumbo. La decisión resultó del todo inesperada para todos aquellos que los veían como un modelo a seguir, una pareja prácticamente perfecta en la que proyectaban sus aspiraciones. Para ellos, sin embargo, fue una decisión meditada y que, como no, sabían que acarrearía consecuencias. Su vida ya no será igual a partir de este mes de agosto, apenas unas semanas después de que Álvaro se convirtiese en campeón de Europa y fichase por el Milan para volver, así a la tierra de Alice, donde se enamoraron. Esta es la lectura que se hizo entonces y que se ha dado de bruces con la realidad.
Hasta el momento, Álvaro Morata ha cumplido con su agenda prevista, pero en solitario. Ha comenzado a jugar en su nuevo equipo, se le ha visto haciendo turismo en su nueva ciudad y se abre ante él una nueva vida en Italia como estaba planeado tras su últimos movimientos profesionales o casi, porque no lo hace acompañado de su familia. Ella, por su parte, ha preferido no trasladarse al país alpino y quedarse en Madrid, según ha contado su entorno a la revista ¡HOLA!. La pareja parece haber dado un volantazo, el tiempo dirá si precipitado o no, pero que ha cortado de cuajo sus planes en común y su séptima mudanza juntos.
No pocos pensaban que la decisión de Morata de fichar por el equipo rossonero tenía que ver con el deseo de su mujer de regresar a su tierra. De nuevo la realidad desmiente esta teoría. La empresaria e influencer parece que continúa con su vida en España junto a sus cuatro hijos, Edoardo, Leonardo, Alessandro y Bella, en los que se ha volcado en este verano en el que todo cambió para (paradójicamente) quedarse como está. En psicología se dice que en ocasiones lo transformador no es irte sino cambiar la forma de quedarte y ese es, probablemente, el gran giro de la vida de Alice.
Una anécdota que ha contado recientemente y que le ha arrancado una sonrisa aborda precisamente la importancia de cuidar su propio bienestar, sus emociones y de sentirse arropada. En un viaje de avión, se le acercó una chica a la que no conocía de nada, pero muy probablemente ella sí conocía a Campello y sus circunstancias. Tanto es así que se atrevió a regalarle un libro titulado Lo bueno de tener un mal día. Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor, de Anabel González. Lejos de parecerle un atrevimiento, la influencer agradeció enormemente el gesto. "Cómo nos sorprende la vida a veces. Cómo sabe quitarnos y darnos al mismo tiempo. Ella no lo sabe pero me ha alegrado el día y me ha entrado directamente en el corazón". Las contradicciones, lo inesperado y, sobre todo el apoyo, algo de lo que no parece ir corta, de repente adquieren otro cariz en su vida, una vida que desea tranquila, al menos en el corto plazo.
Tranquilidad, amigos y familia: el tridente de su vida
"Quiere tranquilidad", asegura a ¡HOLA! su entorno. De ahí que prefiera seguir en su casa, en la exclusiva urbanización de la Finca, tratando de hacer más fácil a sus hijos una transición inevitable y procurándoles unas vacaciones en las que sean lo menos conscientes posible de lo mucho que han cambiado las cosas. No lo hace sola, afortunadamente, y cuenta en este proceso con grandes escuderas que, ya sea en Madrid o en la distancia, la arropan y la apoyan en esta etapa complicada por la que transita. Una de ellas es Chiara Ferragni, que pese a no estar en España, la entiende a la perfección después de haber vivido también una dolorosa y mediática ruptura hace unos meses. Otras grandes amigas son Eleonora Brunacci, mujer del modelo Mariano Vaio, y la actriz y presentadora, Elisabetta Canalis, ex de George Clooney.
Cuenta en este proceso con grandes escuderas que, ya sea en Madrid o en la distancia, la arropan y la apoyan en esta etapa complicada por la que transita
En su afán por aferrarse a la calma cuando emocionalmente aún todo tiembla, no ha dejado de recurrir al ancla fundamental de su vida: su familia. Alice es hija del importante empresario automovilístico Andrea Campello y de María Libralesso. También tiene un hermano, Alessandro, que también vive en Madrid. Tras pasar las vacaciones con sus padres a finales de julio, su madre ha estado con ella en Madrid desafiando las altas temperaturas y disfrutando de sus nietos, además de apoyar a su hija en este delicado momento.
Tras pasar las vacaciones con sus padres a finales de julio, su madre ha estado con ella en Madrid desafiando las altas temperaturas y disfrutando de sus nietos
Mientras trata de reconducir su vida, establecer prioridades y, sobre todo, recuperarse emocionalmente, mantiene el contacto diario con Álvaro Morata, quien al fin y al cabo siempre será familia y con el que sigue y seguirá compartiendo la crianza de sus hijos. Según cuenta su entorno a ¡HOLA!, sienten un profundo cariño y respeto mutuo y, aunque hablan todos los días, de momento no hay reconciliación a la vista. Los motivos que les llevaron a poner fin a su matrimonio los expusieron en un comunicado, al que siguieron unos cuantos más con los que trataban de aplacar los rumores que no hacían más que agrandar una herida ya de por si dolorosa. "No ha habido en ningún momento faltas de respeto, solo muchas incomprensiones continuas que poco a poco desgastan las cosas", explicó Morata en un primer escrito que compartió con sus seguidores. Unas horas más tarde, Alice respaldaba su versión: "No nos hemos podido querer más y seguimos haciéndolo, pero llega un momento donde se acumulan muchas incomprensiones mal gestionadas y las cosas poco a poco se estropean y explotan".
Ambos han desmentido por activa y por pasiva que haya terceras personas implicadas en su ruptura, lo que sí ha habido es una crisis que no han podido superar. Aunque Morata acababa de levantar una copa de Europa, arrastraba aún las consecuencias de una depresión, tal y como él mismo ha confesado. Al mismo tiempo ha le costaba soportar la presión por las duras críticas que ponían en entredicho su rendimiento sobre el terreno de juego. Siempre contó con el apoyo sin fisuras de Alice, pero ella también había pasado por momentos complicados y pequeñas depresiones tras sus embarazos, como contó en A solas, de Vicky Martín Berrocal, en Podium Podcast.
Era la realidad que se escondía tras su admirada vida que mostraban en redes sociales. Insisten en que todo era real, y no hay duda de ello, pero probablemente solo era uno de los prismas que mostraban y esa felicidad, esa paz y esa tranquilidad que desprendían sus publicaciones es lo que Alice Campello parece afanarse en preservar, junto a Morata o sin él. Tal vez por eso, ha decidido cambiar de planes y quedarse donde ha sido y es feliz.