Tras semanas de rumores y especulaciones, Maite Galdeano ha decidido romper su silencio y contar su verdad sobre el tenso enfrentamiento que la ha distanciado de su hija, Sofía Suescun. En una entrevista en el programa ¡De viernes!, Maite se sinceró sobre los dolorosos motivos que han fracturado su relación. Según su versión, el origen de esta guerra familiar se situaría en un grave insulto de Kiko hacia Sofía que desencadenó una guerra familiar y supuso un punto de inflexión entre ellas. Visiblemente afectada, la exconcursante de Gran Hermano 16 explicó que este episodio sumado a la creciente influencia de Kiko sobre Sofía, ha hecho que su hija y su pareja la expulsaran de casa, obligándola incluso a hacer autostop y refugiarse en un piso que posee en la playa.
Esta ruptura ha sorprendido a muchos, dado que Maite y Sofía siempre habían presumido de una gran relación como madre e hija. Juntas han compartido triunfos y dificultades, desde su paso conjunto por Gran Hermano —donde Sofía se proclamó como ganadora— hasta su defensa mutua en los platós de televisión, y su vida diaria bajo el mismo techo. Sin embargo, este vínculo, que parecía inquebrantable, se ha roto de manera abrupta y dolorosa.
Maite Galdeano no solo está dolida, sino que también se siente profundamente traicionada. Su revelación, lejos de ser una simple disputa familiar, ha puesto en evidencia las tensiones que se han venido acumulando desde hacer años y que ahora, finalmente, han salido a la luz. Según Maite, todo cambió cuando Sofía, bajo la influencia de Kiko, decidió echarla de casa.
"Estoy muy mal, muy afectada", confesó al comenzar el programa. Con voz quebrada, explicó que todo empezó cuando Sofía regresó de su participación en Supervivientes: All Stars. Según Maite, en un arrebato de furia, Kiko recriminó a Sofía su comportamiento en el reality show con unas palabras que le resultaron muy humillantes. Maite no pudo contenerse y, enfadada, defendió a su hija, "Me levanté del sofá y le dije 'ya te vale, chaval. ¿Tú te crees que eso son formas de hablarle a mi hija?"'', relató. La situación se tensó aún más cuando Maite decidió enviar un mensaje directo a Kiko. Ella cuenta que este gesto provocó que su yerno presionara a Sofía para que elegir entre su madre o él, dándole un ultimátum que terminó con la expulsión de Maite del hogar familiar. Desde entonces, la relación entre madre e hija se ha deteriorado, y ella siente que sus intentos por proteger a Sofía la han alejado aún más.
Durante la entrevista, Maite también abordó las críticas que ha recibido por su intromisión en la relación de Sofía y Kiko. La exconcursante de Gran Hermano explicaba que en su opinión su yerno hacía llorar muchas veces a su hija, lo cual la llevaba a intervenir demasiado en sus discusiones de pareja. "Me he metido en su vida, sí, no le he dejado decidir, pero se ve que no ha sido la forma correcta. Estoy arrepentida, lo he hecho muy mal", admitió, haciendo entre lagrimas un llamado desesperado a la reconciliación. ‘Pido ir a una mediación, por favor. No hay que perder la familia, que es lo más importante’.
Además, Galdeano desmintió los rumores sobre posibles problemas de salud mental que han circulado en las últimas semanas. "No es cierto", aclaró, visiblemente molesta por lo que considera un ataque personal del que no entiende el origen. A pesar de la tormenta mediática, su prioridad sigue siendo recuperar la relación con su hija. "Echo en falta a mi hija Sofía, me preocupa recuperar el amor que teníamos". Durante su intervención también confesó sentirse "avergonzada" por su comportamiento en redes sociales y por los duros mensajes que ha dirigido públicamente sobre ellos. También se disculpó sobre el incidente en el que, para recuperar sus cosas, trató de saltar la valla de su antigua vivienda.
La respuesta de Kiko
Estas disculpas no tardaron en generar una reacción por parte de Kiko Jiménez. A través de un mensaje que hizo llegar al programa, rechazó el perdón de su suegra. Según Kiko, todo lo que Maite había dicho era una invención para dañar su imagen. Además, sostuvo que Sofía compartía su versión de los hechos, afirmando que su madre estaba manipulada por sus propios sentimientos y que el conflicto no era más que un reflejo de su propia conducta. Ante estas acusaciones, Maite se mantuvo firme en su relato, insistiendo en que todo ocurrió tal y como lo había contado, y lamentando que su hija no lo reconociera debido a la influencia de su novio.