Victoria López-Quesada se convertirá este sábado en una de las grandes protagonistas de la temporada de bodas. Su enlace con Enrique Moreno de la Cova ha sido seguido al detalle desde que ¡HOLA! anunciase su compromiso hace unos meses. Un broche de oro para un noviazgo solvente y sólido que reunirá a grandes rostros de la escena social, empresarial y a gran parte de la Familia Real en Madrid.
Los detalles han ido confirmándose casi con cuentagotas –incluido el cambio de ubicación y de fecha a pocas semanas del gran día– y todos han ido generando curiosidad. No obstante, lo cierto es que si algo crea expectación es sin duda el look de la novia.
Aunque desconocemos cuál es el estilo que marcará el diseño del vestido de novia –el secreto mejor guardado–, sí sabemos que la novia le trasladó a Lorenzo Caprile hace algunos meses cómo sería su vestido soñado: sencillo, clásico y atemporal, como es ella misma. Un encargo que el modisto aceptó con el mayor de los honores y con el que Victoria perpetúa la tradición que comenzó su madre hace ahora 30 años, en su boda el 15 de julio de 1994, en la finca La Toledana con Pedro López-Quesada.
El velo y la tiara de botones
Aunque por distintos motivos que no han trascendido, la pareja no se casará en este mismo escenario sino en Soto Mozanaque, sí que cumplirá con otras tradiciones. Del mismo modo que hicieron su madre y también su abuela, Ana de Orleans– que se casó con el infante don Carlos de Borbón en mayo de 1965–, la joven Borbón-Dos Sicilias lucirá el velo familiar. Una pieza en forma de triángulo, con flores bordadas y que podría sujetar con la tiara de botones de diamantes, que lleva en la familia generaciones y que también llevó su madre el día de su boda.
Tal y como confirma a ¡HOLA! David Rato, experto en joyas de la Casa Real española y creador de la cuenta Spanish Royal Jewels, esta sería, casi con total seguridad, la pieza elegida para el gran día de la joven hija de Cristina Borbón-Dos Sicilias y sobrina del duque de Calabria.
Una pieza heredada de los Habsburgo datada del siglo XVIII. "Perteneció en primer lugar a la infanta Alicia, archiduquesa de Austria. Fue un regalo en su boda en 1936". Princesa de Parma de nacimiento, fue también princesa de las Dos Sicilias e infanta de España por matrimonio.
"De las piezas originales tan solo quedan cinco en la familia. Pueden montarse en una estructura en forma de diadema aunque también pueden lucirse sueltos o combinados de otras formas", apunta el experto. Tras la venta de algunos de los lotes más especiales del joyero familiar, es una joya especialmente relevante para su abuela, más aún, si tenemos en cuenta el componente emocional para ella.
"La princesa Ana de Orleans la ha lucido en multitud de ocasiones, tanto como colgante en collares de perlas y como en otro tipo de monturas. Es una pieza muy versátil. De hecho, se ha convertido en toda una tradición lucirla en las bodas".
En 1994, fue Cristina, madre de la novia, quien la lució y apenas dos años después, su hermana Paloma (tía de la novia), en 1996. No han sido las únicas: Sofía Landaluce y Victoria, colocada a modo de horquillas, en una original forma de integrarlas en el recogido, también la lucieron en sus bodas.
Las otras dos opciones
No obstante, esta no es la única tiara que Victoria López-Quesada podría lucir el día de su boda. Su cuñada, Cristina Moreno de la Cova se casó hace años con la tiara de la familia del novio. “Es una pieza que tiene mucho más empaque que la de botones de diamantes”, continúa el experto consultado. “Se trata de una diadema de rosetas de diamantes creada por Chaumet para María Cristina Falcó y Álvarez de Toledo, en 1920, que se casó con el conde de la Maza”.
Esta joya fue presentada durante la exposición de Mónaco de hace unos años de Chaumet, como la que perteneció a Teresa de Borbón, abuela de Teresita Urquijo y que fue vendida a la potentada familia Lin.
Por último, la ahijada de Felipe VI podría contar con una tercera opción también de lo más apropiada para una boda de estas características. Se trata de la diadema de diamantes en forma de espigas de trigo de Inés Borbón Dos Sicilias, tía abuela de Victoria y mujer de Manuel Morales que, tal y como concreta David Rato, también formó parte del excelso joyero de los Habsburgo de Austria.
Sus piezas favoritas
Tres opciones de lo más solventes que podría combinar con alguna de las joyas que más ha lucido durante los últimos tiempos. Victoria, una de las descendientes más discretas del panorama nacional, no acostumbra a hacer apariciones donde la ostentación sea la protagonista. Ni mucho menos.
Tal y como asegura el experto, “suele decantarse por joyas clásicas y atemporales. Son las que suele lucir en las ocasiones importantes. Ha ido adquiriendo y recibiendo algunas joyas a lo largo de los años. También suele rebuscar en el joyero de su madre”. Entre otras piezas, ha lucido una imponente sortija de brillantes presidida por una esmeralda, una pulsera rivière de diamantes o el ya conocido broche de flor de lis que ha lucido Cristina de Borbón-Dos Sicilias en tantas ocasiones.
Otra de sus piezas favoritas son los pendientes de tres cuerpos que llevó en la boda de su primo Jaime, el duque de Noto, y también en la de Teresa Urquijo y el alcalde de Madrid. Piezas que podría llevar el día de su boda.