Novedades sobre la tragedia del exclusivo yate Bayesian, que se hundió en la costa siciliana dejando siete fallecidos, entre ellos el dueño de la embarcación, el magnate británico Mike Lynch (59), y su hija, Hannah (18). El jefe de la fiscalía de Termini Imerese, Ambrogio Carosio, ha anunciado que se ha abierto un proceso por naufragio negligente y homicidio involuntario. Por ahora, esta acusación no está dirigida a ningúna persona en particular.
“Apenas estamos en la fase inicial. No excluimos absolutamente nada. Es una tragedia que sería aún más dolorosa si se demostrara que fue causado por comportamientos que no van en línea con la responsabilidad que cada uno debe tener en la gestión de la navegación”, ha explicado Carosio en rueda de prensa. A pesar de que ni los pasajeros ni la tripulación tienen obligación legal de permanecer en Italia, están cooperando de manera activa con la investigación. El capitán del yate, el neozelandés James Catfiel, ya ha sido interrogado. Se quieren cruzar testimonios y se espera que todos ellos sean sometidos a pruebas de alcohol y drogas.
Otro punto fundamental en la investigación es reflotar el yate Bayesian para así poder determinar el porqué de su hundimiento y los posibles culpables. “Si no lo recuperamos y lo examinamos atentamente difícilmente podremos configurar eventuales responsabilidades sobre lo ocurrido, no obstante las imputaciones no dependen exclusivamente de la recuperación del velero”. Una operación que será compleja, costosa y que no tiene fecha exacta, puesto que el barco se encuentra a 50 metros de profundidad.
Bentivolgio Fiandra, comandante provincial de los bomberos, por su parte, ha declarado que el yate se hundió de popa y quedó tumbado en el fondo sobre su lado derecho. Por ello, las víctimas, en un intento de sobrevivir, se refugiaron en la parte izquierda donde había burbujas de oxígeno. El cuerpo sin vida de Mike Lynchn estaba junto al de cuatro personas más en un compartimiento, mientras que la joven Hannah fue hallada sola en otro camarote. Otra de las interrogantes es porque la tripulación, a excepción del chef, llegó a tiempo a los botes salvavidas y los pasajeros no.
¿Un error humano?
Giovanni Costantino, director ejecutivo de The Italian Sea Groupie y propietario de varias firmas de barcos como Perini Navi (constructor del Bayesian) apunta a que el naufragio se produjo por un error humano y no por problemas en la construcción. En una entrevista con The Times, Costantino subrayó que siguiendo los protocolos establecidos para este tipo de emergencias, 16 minutos (desde que se desató el temporal al naufragio) hubiese sido tiempo más que suficiente para que las 22 personas se hubieran puesto a salvo. “Todo era previsible. Había que blindar el casco y la cubierta cerrando todas las puertas y las escotillas. Luego sacar a los invitados de los camarotes, arrancar motores, levar anclas y enviar la quilla hacia abajo”.
Cabe recordar que el velero contaba con un mástil de aluminio de 75 metros, el segundo más grande del mundo, que le aportaba una gran estabilidad. "Incluso en condiciones muy críticas, si se siguen los procedimientos, un velero como el Bayesian volverá a la posición vertical" Otros barcos más pequeños, como el velero del holandés Sir Robert Baden Powell, sí que lograron capear la tormenta.