Giovanni Costantino, CEO de la empresa que construyó el superyate Bayesian, el cual naufragó el pasado lunes 19 de agosto frente a las costas sicilianas de Portobello cobrando la vida de siete personas, entre ellas la de su propietario, el magnate británico Mike Lynch y la de su hija Hannah, de 18 años, cuyo cuerpo ha sido encontrado a primera hora de esta mañana, ha señalado que la embarcación era 'insumergible' y que la tragedia se debe a "un error humano".
El director general de The Italian Sea Group acusó a la tripulación de cometer de no actuar correctamente y de cometer una serie de imprudencias. "Fue un error humano, el yate se hundió porque entró en agua" ha señalado Constantino quien compró hace dos años la empresa constructora Perini Navi de Bayesian. "Desde dónde exactamente nos lo dirán los investigadores. La dinámica del hundimiento se ve y se lee a partir de los datos del AIS (Sistema Automático de Identificación) y duró dieciséis minutos". Un tiempo que Giovanni considera más que suficiente para que la tripulación hubiera podido advertir a los pasajeros de lo que estaba sucediendo.
El superyate, de 57 metros de eslora, volcó y se hundió después de ser golpeado por una violenta tormenta en alta mar en torno a las 3 de la mañana sorprendiendo a gran parte de sus pasajeros y tripulación durmiendo en sus camarotes.
Solo 15 personas de las 22 que viajaban a bordo lograron salir con vida del velero cuyo casco acabó a 50 metros de profundidad. "Los barcos de vela modernos, especialmente los de alta tecnología como este superyate, están diseñados para ser extremadamente seguros y estables” señala Giovanni. "Incluso en condiciones muy críticas, si se siguen los procedimientos, un velero como el Bayesian volverá a la posición vertical" añadía el empresario. "Sin embargo, si en el barco entra en agua, esta estabilidad se ve comprometida” afirma con contundencia el italiano quien confía en que los investigadores determinen por donde entró el agua. "Lo que es seguro es que el barco se llenó de cientos de miles de litros de agua" sentencia el CEO de The Italian Sea Group.
Pero además de esto, Giovanni ha señalado al periódico italiano Corriere della Sera que la escotilla de popa estaba "claramente" abierta; que la quilla del barco no estaba completamente bajada y que, desde su punto de vista, los pasajeros no deberían haber estado en sus camarotes si la tripulación sabía de la existencia de una tormenta. "En una situación de emergencia, los huéspedes deberían haber estado en las áreas comunes en lugar de en sus camarotes, ya que los camarotes se vuelven peligrosos cuando el barco se inclina".
Las autoridades italianas están ahora "investigando el naufragio y múltiples cargos de homicidio culposo", según los medios italianos. La investigación está siendo dirigida por Ambrogio Cartosio, jefe de la fiscalía de la cercana ciudad de Termini Imerese, y se espera que se revelen más detalles en una conferencia de prensa mañana por la mañana.
Uno de los últimos datos que se ha conocido sobre este naufragio además del hallazgo del cadáver de la hija del magnates, es que Lynch había consideró vender su superyate de 35 millones de euros tras ser acusado de fraude por la venta de su compañía informática Autonomy, sim embargo cambió de opinión el pasado mes de junio cuando salió absuelto.