Miguel Bosé ha regresado al lugar donde fue más feliz: Villa Paz, un rincón entre Saelices y Segóbriga, Cuenca. "Aquí os dejo paisajes y lugares de la casa y del campo en el que crecí y pasé los mejores y más felices momentos de mi infancia, de mi vida", ha publicado el artista, de 68 años, junto a varias fotografías de la finca, adquirida por su padre, el torero Luis Miguel Dominguín, en 1951 por casi tres millones de las antiguas pesetas.
Villa Paz, que había pertenecido a la Infanta Paz de Borbón, acabó en manos del diestro, quien construyó una plaza de tientas y fundó allí su propia ganadería. Además, la convirtió en el destino preferido de las grandes estrellas de la época. A sus fiestas asistían desde Ava Gadner y Audrey Hepburn hasta el escritor y periodista Truman Capote.
El cantante ha recorrido la inmensa casa, con sus infinitos cuartos y pasillos, el campo con sus cosechas y la capilla que tantas celebraciones religiosas albergó. En ella se casaron sus padres el 16 de octubre de 1955 tras su primera boda en Las Vegas, el 1 de marzo de 1955. Según contó Lucía Bosé en el programa de Bertín Osborne, ni ella ni el torero se querían casar por la Iglesia, pero tuvieron que hacerlo. "Carmen Polo nos obligó a casarnos por la Iglesia. Luis Miguel pidió al obispo de Cuenca que nos casara para que pudiéramos ir de caza con ellos, porque no quería que yo fuera sin haberme casado", contó.
Meses después, el 12 de julio de 1956, el matrimonio bautizó en esa capilla a su hijo Miguel ante la presencia de la italiana Sophia Loren y con el director de cine Luchino Visconti como padrino. Tras la ceremonia religiosa, todos disfrutaron de una gran fiesta en la finca con baile flamenco y una vaquilla que espantó a los invitados mientras merendaban.
Allí también se celebró la boda de Carmen Dominguín, hermana de Luis Miguel Dominguín y madre de Carmen y Belén Ordóñez, con el torero Antonio Ordóñez, el 19 de octubre de 1953. Cabe destacar que este enlace, del que Lourdes Montes compartió recientemente una foto, fue el inicio de un nuevo linaje taurino que llega hasta los Rivera Ordoñez con los hermanos Francisco y Cayetano.
El intérprete de Amante bandido o Morena mía nunca olvidará sus veranos en Villa Paz ni los lazos que estrechó con los trabajadores de la finca y los hijos de estos, como recuerda en sus memorias, tituladas El hijo del Capitán Trueno. "En medio de aquellos muros de piedra corría el aire, y tumbados a la sombra sobre las hierbas y el trébol, se estaba de maravilla, El mundo era perfecto y el tiempo era feliz. Las estaciones eran muy marcadas y toda la naturaleza les respondía con sus milagros de temporada. Nadie pensaba en otra cosa más que en las fiestas de la Virgen de Saelices de finales de septiembre y en si llegarían más mozas y mozos de otros pueblos que el año pasado", escribe.
Villa Paz se vendió en la década de los 70, pero Miguel siempre ha sentido que era su hogar. De hecho, ha regresado a ella con motivo de su documental, Bosé renacido, de Movistar+, que será premiado el próximo 7 de septiembre en FesTVal. El artista también ha mostrado sus otras casas en dicho documental: la casa familiar de Somosaguas (Madrid), la nueva casa de Somosaguas, que él construyó, y la residencia de México, donde vive actualmente con sus hijos.