Días después del naufragio en Sicilia del velero de lujo en el viajaba el magnate británico Mike Lynch, se ha sabido que su socio Stephen Chamberlain, coacusado de fraude, falseamiento de cuentas y malversación, ha muerto en Cambridge tras ser atropellado por un coche cuando estaba haciendo footing. Tanto Lynch como Chamberlain, presidente y vicepresidente de la empresa Autonomy, habían sido juzgados por 15 cargos de fraude y declarados absueltos el pasado mes de junio. De hecho, el viaje de Lynch era para celebrar su victoria en los tribunales con las personas que le defendieron en el juicio cuando el barco en el que viajaban se hundió.
El atropello de Chamberlain ocurrió el pasado sábado 17 de agosto en Newmarket Road, en el pueblo de Stretham, cerca de la ciudad universitaria de Cambridge. El empresario, de 52 años, fue atropellado por un Opel Corsa de color azul e inmediatamente trasladado al hospital, donde nada pudieron hacer por salvar su vida y falleció apenas horas después. Dos días más tarde, el 19 de agosto, el velero en el que surcaba las aguas Mike Lynch, de 59 años, naufragó frente a Porticello, cerca de Palermo, en las costa de Sicilia. Al parecer una fuerte tormenta se desató cerca de las 4 de la madrugada y funcionarios de protección civil creen que el barco de 56 metros de eslora fue alcanzado por una tromba marina y se hundió rápidamente.
Siete personas han muerto en el accidente, del que fueron rescatadas 15 personas, entre ellas un bebé de un año. Entre los desaparecidos además del magnate Mike Lynch, está su hija Hannah, de 18 años, Christopher Morvillo, uno de los abogados de Lynch en el juicio, y su esposa, John Bloomer, presidente de Morgan Stanley International y exdirector de la comisión de auditoría de Autonomy, que testificó en defensa de Lynch, y su mujer. En las últimas horas se han hallado los cuerpos sin vida de cuatro de los desaparecidos, entre ellos el de Mike Lynch y su hija.
El fallecimiento de Chamberlain y la desaparición de Lynch son una nefasta coincidencia que se ha producido con apenas dos días de diferencia y tan solo unos meses después de que hubieran sido declarados inocentes en un juicio que duró años por la venta de su empresa, Autonomy Corp, a Hewlett Packard, por casi 10.000 millones de euros (11.000 millones de dólares)