¡Buenos días, mamá!, sigue triunfando en las noches de los jueves en Antena 3. La serie italiana, protagonizada por Raoul Bova (Perdona si te llamo amor) y Maria Chiara Giannetta (Blanca), nos narra la historia de los Borghi y cómo Guido y sus cuatro hijos se vuelcan en el cuidado de la madre, Anna, quien lleva siete años en coma. Si la historia fuera producto de la ficción, nos parecería algo inverosímil, pero esta conmovedora producción está inspirada en hechos reales.
Aunque ficcionada, esta emocionante producción se basa en una historia real, concretamente, en la de Ángela Moroni, una mujer italiana que permaneció en coma durante 29 años y, durante todo ese tiempo, su familia cuidó de ella en su casa. Esta tragedia conmovió a la guionista Elena Bucaccio, quien decidió llevarla a la pequeña pantalla en formato de serie.
"Hay historias que son tuyas incluso antes de escribirlas. La de Anna y su familia es una de esas. Mi hija acababa de nacer cuando, abriendo el periódico, leí un breve artículo sobre la mujer de Nazzareno y lo que le había sucedido. Unas horas más tarde estaba en el despacho de Luca Bernabei y, llorando, le contaba las emociones que aquellas pocas líneas me habían transmitido. La semana siguiente comencé a escribir '¡Buenos días, mamá!", contaba su creadora en un comunicado de prensa.
La historia de Ángela Moroni se remonta al 25 de enero de 1988. Ese día, la mujer comenzó a sentirse indispuesta por una fuerte bajada de potasio que la dejó muy débil. Horas después, cayó desplomada en el suelo de la cocina mientras preparaba la cena, como consecuencia de lo que parecía una fuerte gripe. Nazzareno, su marido, fue el primero en atenderla, pero poco pudo hacer porque su esposa entró en coma.
Sin saberlo, en ese momento comenzaba el calvario para su marido y sus cinco hijas: Clara, Stefania, Benedetta, Noemí y Elisabetta, quienes se volcarían por completo en el cuidado de su esposa y madre, luchando por su supervivencia; investigando con múltiples especialistas para tratar de revertir su situación; con mucha fe, pero sin la certeza de si algún día abriría los ojos y despertaría.
A lo largo de casi tres décadas, todos hicieron piña para atender a Ángela y, aunque ningún médico les dio esperanzas, siempre permanecieron a su lado haciéndole sentir que seguía con ellos y nunca pensaron en desconectarla. Su familia tenía claro que lo que debían hacer era cuidarla hasta encontrar una manera de recuperarla o bien hasta que su cuerpo no aguantase más y dijese basta por sus propios medios. Una decisión que, tal y como ocurre en la vida real, en la ficción, abre el debate sobre la eutanasia y el testamento vital en este tipo de casos.
Desgraciadamente, no pudieron hacer que la mujer despertara y, pese a los múltiples esfuerzos de los suyos, Ángela Moroni fallecía el 30 de marzo de 2017, a los 64 años, en su casa de Avezzano rodeada por sus seres queridos. Sin embargo, la fuerza y dedicación de su familia no pasó desapercibida e inspiró la serie ¡Buenos días, mamá!, que vería la luz cuatro años después del adiós de la matriarca.
El día de la muerte de Ángela, su marido, diácono y catequista, decidía contar su caso al periódico La Croce. "Ángela fue un regalo, un privilegio", aseguraba entonces el abnegado esposo. Muy seguro de la decisión que había tomado al llevar a su mujer de vuelta a su hogar tras entrar en coma, Nazzareno aseveraba que "debía regresar a su casa, a nuestra casa. Fue la elección más correcta que he hecho en mi vida y lo haría de nuevo. No cambiaría nada en absoluto. Ángela estuvo en el centro de nuestra familia durante 29 años".