Sara Carbonero visita el Darién con UNICEF© UNICEF Panamá/Rosales

Hablamos con Sara Carbonero de su viaje humanitario a Panamá: 'A mis hijos les gustaría acompañarme en un futuro'

La periodista y embajadora de UNICEF España ha sido testigo de la cruel realidad que viven las personas migrantes que atraviesan la peligrosa selva de Darién en busca de un futuro mejor


14 de agosto de 2024 - 18:00 CEST

Sara Carbonero ha conocido de primera mano la crítica situación de las personas migrantes que atraviesan la selva de Darién entre Colombia y Panamá en su camino hacia el norte del continente americano. En los cuatro primeros meses de 2024, más de 30.000 niños y niñas se adentraron en esta ruta considerada una de las más peligrosas del mundo. La periodista y embajadora de UNICEF España ha sido testigo de las críticas condiciones en las que llegan tras varios días de tortuosa travesía, enfrentándose a numerosos riesgos, desde la falta de agua potable y alimento a la violencia, incluyendo el abuso sexual. "Ninguno de ellos debería exponerse a los peligros, incluido el de muerte, de esta ruta a través de la selva solo por huir del hambre o la violencia y querer un futuro mejor”, ha asegurado Carbonero.

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© UNICEF Panamá/Rosales

- Sara, ¿conocías la realidad de este lugar del mundo antes de viajar allí como Embajadora de UNICEF España?
- Antes de este viaje, tenía un conocimiento general sobre la crisis migratoria en el Darién, pero no comprendía completamente la magnitud del sufrimiento y los peligros que enfrentan los migrantes en esta ruta. Sabía que era una zona de paso crítica para miles de personas, pero estar allí y ver la situación de primera mano me reveló una realidad mucho más dura y compleja de lo que imaginaba.

   
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- Al subirte al avión en Madrid dijiste que este viaje iba a ser muy duro emocional y físicamente. ¿A qué te referías con físicamente?
- Me refería a la dureza del entorno natural y las condiciones extremas que enfrentan quienes cruzan la selva del Darién. Desde un clima tropical extremo hasta la falta de higiene y las dificultades para conseguir alimento y agua potable, todo en esta travesía es un desafío físico. Sabía que iba a ser difícil, pero vivirlo me permitió entender por qué esta ruta es una de las más peligrosas del mundo.

   
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- ¿Qué ha sido lo más duro que has visto durante la travesía por el río?
- Lo más duro fue ver a los niños y sus familias completamente agotados y vulnerables, habiendo pasado días caminando por la selva sin acceso a lo más básico, como agua limpia o atención médica. Expuestos a todo tipo de peligros, bandas armadas, robos, violaciones…Ver el miedo en sus ojos y la desesperación de los padres por proteger a sus hijos en un entorno tan hostil es algo que me impactó profundamente. Eso, y los niños que llegaban solos porque habían perdido a sus familias en la selva.

   
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- ¿En qué condiciones físicas y psicológicas se encuentran, sobre todo, los niños y niñas que se adentran en esta peligrosa ruta por la selva?
- Los niños y niñas que cruzan el Darién suelen llegar en condiciones físicas deplorables: deshidratados, desnutridos, con enfermedades y heridas no tratadas. Psicológicamente, están traumatizados por la experiencia de atravesar la selva, donde a menudo presencian o experimentan situaciones de extrema violencia y peligro. Es crucial proporcionarles apoyo inmediato para su recuperación física y emocional.

   
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- El goteo de migrantes cada vez es mayor, por lo tanto, se necesita más ayuda. ¿Cuál es la máxima prioridad de UNICEF en esta zona?
- La prioridad de UNICEF en el Darién es garantizar que los niños y sus familias reciban atención médica urgente, acceso a agua potable, alimentos y apoyo psicosocial. Además, se enfoca en la protección infantil, dado el alto riesgo de abuso y explotación en esta ruta. Es fundamental asegurar que estos niños tengan acceso a un entorno seguro y que sus derechos sean protegidos.

   
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- De todas las historias que has conocido durante tu viaje, ¿cuál ha sido la que más te ha impresionado?
Una de las historias que más me impactó fue la de una madre que, a pesar de haber perdido todo durante el trayecto, seguía luchando con una fuerza impresionante para mantener a salvo a sus hijos. Su determinación y amor incondicional en medio de un sufrimiento tan profundo me conmovieron enormemente. Es un recordatorio poderoso de la resiliencia humana. También las historia de Daelysmar, la niña “koala”, una pequeña que desde el minuto uno me abrazó y no quería soltarme. Me pidió que me la llevara en el bolso. Imagínate cómo debía estar de aterrada.

   
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- En una de las fotos que has compartido apareces mostrando a los niños una imagen o vídeo de tu teléfono móvil. ¿Qué les enseñabas? Estaban muy sonrientes.
- Les estaba enseñando fotos de mis hijos, jugando al fútbol por ejemplo, que tienen aproximadamente la misma edad que muchos de los niños que conocí en el Darién. Quería crear con ellos un momento íntimo, mostrarles que, aunque vivimos en partes diferentes del mundo, todos los niños comparten una inocencia y alegría que trasciende las fronteras. Sus sonrisas al ver a otros niños les dieron un momento de alivio y alegría en medio de una situación tan difícil. Fue un instante de humanidad que quedará grabado en mi corazón.

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- Te han regalado pulseras, te hemos visto también con tatuajes… pero ¿cuál es el recuerdo más importante que te llevas de este viaje?
- El recuerdo más importante que me llevo son sus sonrisas, sus miradas y su cariño. Sus abrazos. A pesar de todo el sufrimiento y las adversidades, mantienen la esperanza y el deseo de un futuro mejor. Llevo conmigo la responsabilidad de ser su voz y de seguir apoyando la labor de UNICEF para que reciban la ayuda que necesitan desesperadamente.

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- Durante tu estancia en Panamá, contaste a todos tus seguidores que habías perdido a un ser muy querido. ¿Cómo has gestionado este golpe tan duro en mitad de un viaje de estas características?
- Fue extremadamente difícil, pero me apoyé en la misión de este viaje para encontrar fuerza. Saber que estaba allí para ayudar a quienes están en una situación de vida o muerte me dio perspectiva y motivación para seguir adelante, a pesar del dolor personal. Encontré consuelo en el hecho de que mi trabajo puede marcar una diferencia en la vida de estos niños y sus familias.

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- ¿Qué les contarás a tus hijos de este viaje?
- Les contaré sobre la fortaleza y resiliencia de los niños que conocí en el Darién, y sobre la importancia de la empatía y el apoyo a los demás. Les explicaré que, aunque vivimos en un mundo con grandes desafíos, cada uno de nosotros tiene la capacidad de contribuir positivamente y de ayudar a quienes más lo necesitan. Que deben valorar lo que tienen y ser agradecidos. Poco a poco les iré enseñando otras realidades que ocurren en otras partes del mundo para que tengan una perspectiva real de la suerte que es nacer en un sitio o en otro. Los dos han estado muy pendientes y preguntando cada día, incluso me han transmitido que les gustaría acompañarme en un futuro viaje.

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- Después de lo que has visto, ¿sientes que ha cambiado algo en ti?
- Definitivamente. Este viaje me ha hecho más consciente de la importancia de nuestra labor como embajadores y del impacto que podemos tener. Me ha dado una perspectiva más profunda sobre la urgencia de actuar y sobre el poder de la solidaridad. Siento una renovada determinación de seguir trabajando para asegurar que ningún niño tenga que sufrir solo.

   
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- Empezaste a colaborar con UNICEF en 2017 y en 2019 te convertiste en embajadora. Desde entonces has colaborado en numerosas campañas y has viajado a Senegal, demostrando un compromiso constante por la situación de la infancia. ¿Cuál es el proyecto que más te ha impactado?
- Uno de los proyectos que más me ha impactado fue en Senegal, donde vi de cerca los esfuerzos para mejorar la educación y la nutrición infantil. Ver cómo una intervención directa, una vacuna, puede salvar la vida de un niño y su comunidad entera fue increíblemente inspirador. Cada pequeño avance tiene un efecto multiplicador en la vida de estos niños.    

   
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¿Tienes ya en mente el siguiente proyecto solidario en el que te gustaría participar?
- Estoy interesada en seguir trabajando en áreas de crisis humanitaria, como las que se ven en regiones afectadas por el cambio climático o por conflictos prolongados. Creo que es vital mantener la atención sobre estos temas y continuar apoyando a los niños que se encuentran en situaciones extremas. Ahora mismo, estoy horrorizada con lo que está ocurriendo en Gaza y tenemos en marcha un proyecto para abordar este tema.

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- ¿Cómo animarías a las personas a colaborar con UNICEF?
- Les diría que cada pequeña acción cuenta. No se trata solo de grandes donaciones; el apoyo puede venir en muchas formas, desde la difusión del trabajo de UNICEF hasta el voluntariado o contribuciones mensuales. Es importante recordar que todos podemos ser parte de la solución y ayudar a construir un futuro mejor para los niños más vulnerables del mundo. En cualquier conflicto los que pierden son los niños y es a quienes más deberíamos proteger.