Tras una temporada algo convulsa en su vida, el extenista Boris Becker se ha propuesto aprovechar al máximo su particular 'Dolce Vita' junto a los suyos y tras abandonar el Reino Unidos y establecer su residencia en Milán después de cumplir entre 2022 y 2023 una pena de cárcel de ocho meses por cuatro delitos - uno de sustracción de bienes, otro por encubrimiento de deudas y dos de no revelación del patrimonio, el deportista se ha dejado ver más feliz y relajado que nunca.
El alemán, que ocultó su capital para no hacer frente a las deudas que tenía y que ascendían a casi 60 millones de euros, es ahora un hombre nuevo y gran culpa de este cambio lo tienen sus hijos y su prometida, Lilian de Carvalho, de 33 años, quienes se convirtieron en su mejor apoyo para no venirse tras este oscuro capítulo de su vida. Es por este motivo que en su primer verano tras cumplir condena, el extenista ha querido disfrutar junto a ellos de unas vacaciones muy especiales en la villa portuguesa de Cascais.
Alojados en uno de los hoteles más exclusivos del lugar, el Grande Real Villa Itália Hotel & Spa, Becker, de 56 años, está disfrutando de un tiempo de calidad junto a su pareja y tres de sus cuatro hijos, tal y como ha presumido el mismo compartiendo con sus seguidores algunas imágenes de su particular "posado" veraniego.
En ellas se puede ver al extenista en compañía de sus dos hijos mayores Noah, de 30 años, y Elias, de 24, nacieron fruto de su primer matrimonio junto a Barbara Feltus, con la que estuvo casado de ocho años de 993 a 2001 y con quien mantiene una buena relación. Ninguno de los dos ha optado por seguir los pasos de su padre en las pistas de tenis y han decidido seguir sus propios pasos profesionales. De esta manera Noah Grabriel es artista y diseñador e incluso llegó a crear su propia marca de ropa mientras que Elías se ha decantado por el mundo de la moda, trabajando con las agencias Elite Model Management NYC y Select Model Management en Londres.
Junto a ellos también se encontraba Amadeus, de 14 años, nacido de su matrimonio con la exmodelo Sharley (Lilly) Kerssenberg, de quien dicen que es la viva imagen del deportista y quien pudo disfrutar de la compañía de sus dos hermanos mayores.
La gran ausente fue su hija Anna Ermakova, de 24 años, quien nació en el año 2000 de una breve relación del alemán con la modelo rusa Angela Ermakova y a quien Boris no reconoció hasta el 2007. La joven se dedica al mundo del espectáculo y además de haber hecho sus pinitos en el mundo de la moda también ha participado en algunos programas de televisión y ella misma se define como artista.