Las estrellas internacionales del deporte miden sus habilidades en París, pero, lejos de los estadios, otras estrellas también han acaparado la atención mediática. Omega, la firma suiza de relojes, cronometradora oficial de los Juegos Olímpicos, abría en la ciudad la Casa Omega, por la que han pasado personalidades del deporte, el cine y la moda.
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Entre las invitadas que causaron sensación estaban Cindy Crawford y su hija, Kaia Gerber, embajadoras mundiales de la firma, que una vez más demostraron que la belleza y el estilo muchas veces se heredan. "París es una ciudad que adoro gracias a mi carrera en el mundo de la moda. Regresar aquí ahora, en los Juegos Olímpicos, con mi familia Omega, es realmente un momento emotivo", declaraba Cindy, emocionada por estar en esta cita deportiva.
Tampoco faltó Nicole Kidman, otra de las embajadoras de la firma, que estuvo acompañada por su hija Sunday Rose, de 16 años. La mayor de las dos niñas que tiene con Keith Urban despierta una gran expectación desde que, el pasado abril, acompañó en la alfombra roja a su madre cuando esta recibió el premio AFI, otorgado por el American Film Institute, y ahora, en París, ha vuelto a brillar.