Siempre hay motivos para regresar a Cádiz y sino que se lo pregunten a la familia Flores que un año más ha cumplido con su cita familiar en las costas gaditanas o como ellos mismos llaman en su 'paraíso particular', pues no solo es la tierra donde nació la matriarca del clan, la gran Lola Flores, quien vino al mundo un 21 de enero de 1923 en Jerez de la Frontera, Cádiz, sino porque es un lugar plagado de recuerdos para todos ellos. De hecho, fue en la conocida como 'la tacita de plata', donde Rosario Flores, decidió hace algunos años construir su segundo hogar, una residencia en las playas de Zahora, un lugar con mucho duende situado entre Conil y los Caños de Meca, donde la cantante intenta reunir cada verano a sus seres queridos y este 2024 no ha sido una excepción.
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Dispuesta a que los suyos olviden por unos días el bullicio de la gran ciudad, la cantante se citaba en las playas de Cádiz con su hija Lola Orellana, fruto de su primer matrimonio con el argentino Carlos Orellana, el novio de ésta, dos de sus sobrinos, Elena y Guillermo Furiase, así como su gran amiga Mariola Orellana, mujer del cantante Antonio Carmona. Cabe destacar que hace tan solo unas semanas, Lola Orellana, primogénita de la cantante, también estuvo en Cádiz con el vocalista de Ketama y la hija de este, Lucía Fernanda. La unión entre los Flores y los Carmona se remonta a la década de los 90, cuando Antonio Flores participó en la grabación del disco de Akí a Ketama. Cuando el compositor murió en 1995, el intérprete de No estamos lokos fue un gran apoyo para sus seres queridos.
Quienes no se dejaron ver en esta ocasión, aunque quizás se unan en los próximos días a esta tradicional escapada fueron Pedro Antonio, el hijo pequeño de Rosario tiene junto al guionista y director Pedro Lazaga, Alba Flores o Lolita, quien se encontraba en Barcelona ultimando uno de sus grandes proyectos profesionales, Poncia, un monólogo de teatro que abarca temas como la lucha de clases y la educación y que la mayor de los Flores ha estado representando en el Teatro Goya de Barcelona del 28 de junio al 28 de julio.
Sin embargo, y a pesar de esta insustituibles ausencias, los presentes se lo pasaron en grande, especialmente Rosario que no dejo de jugar y de bañarse junto a Noah, de 5 años, y Nala, de año y medio, los hijos de su sobrina Elena Furiase, quien en esta ocasión se desplazó hasta Cádiz en compañía de su marido Gonzalo Sierra junto al que también disfrutó de una romántica escapada de dos días al hotel de lujo Royal Hideaway Sancti Petri, en Chiclana, tal y como ella misma contó a sus seguidores en las redes sociales. Un fabuloso preámbulo para su sexto aniversario de boda que celebrarán este próximo 18 de septiembre
Lo que parece estar bastante claro, es que cuando Rosario construyó esta casa en tierras gaditanas, no solo lo hizo para rendir un homenaje a su madre, quien sentía devoción por su Cádiz natal sino también para convertirla en un punto de reunión para los suyos. Es por este motivo que construyó un gran porche en el que disfrutar de comidas, cenas y veladas al aire libre, diseñó un jardín con impresionantes vistas al Faro de Trafalgar y hasta colocó su propio estudio de grabación, donde la artista pasa parte de su tiempo creando y componiendo, pues parece que es en este maravilloso rincón del sur donde las musas (y los "duendes") más veces la visitan.