El apoyo que está recibiendo la familia de Carlos Goyanes en las últimas horas es reconfortante y les ayuda a sobrellevar este duro momento. Desde que el miércoles se conoció la repentina muerte del empresario a los 79 años, tanto su mujer, Cari Lapique, como sus dos hijas, Caritina y Carla, han estado arropadas por numerosos amigos. La tarde de este jueves, nuevamente han estado todos a su lado durante el funeral celebrado en Marbella.
Hasta la capilla de la Inmaculada Concepción, situada la zona residencial de Guadalmina, hemos visto llegar a Cari Lapique vestida de riguroso luto. Ha bajado de un monovolumen oscuro en el que también viajaban su hija menor, Carla Goyanes, el marido de esta, Jorge Benguría, y los pequeños de la casa. Los niños, sin duda, le darán la fuerza necesaria para seguir adelante sin el gran amor de su vida, con el que llevaba prácticamente cinco décadas casada. Y es que para Cari, que se hace llamar abuelona, no hay nada mejor que ver crecer a sus nietos y disfrutar de su compañía todo lo posible.
Carla no ha podido reprimir las lágrimas cuando las personas de su entorno, entre abrazos y palabras de aliento, le han mostrado sus condolencias en las inmediaciones de la iglesia, en la que se han reunido a última hora de la tarde, cuando los termómetros han bajado unos grados en plena ola de calor. La empresaria, que vivió una época en Estados Unidos, lo recuerda como "el mejor padre y abuelo que se pueda tener". También era un modelo a seguir en el terreno profesional puesto que tomó el relevo de su progenitor en la inmobiliaria familiar.
Caritina, la mayor de las hermanas, ha llegado con su marido, Alfonso Matos, y su hija, a la que cariñosamente llaman MiniCari. La pequeña, de once años, que estaba muy unida a su abuelo, ha tenido un gesto muy espontáneo al abrazar a una niña de su entorno que la esperaba antes de llegar a las puertas de la iglesia, que tiene el campanario aislado y entre ambas construcciones se agrupaban los amigos que han querido recordar a Carlos Goyanes.
Myriam Lapique es uno de los grandes apoyos para Cari y para sus sobrinas. Ha estado acompañada de su hijo Felipe Cortina, quien la convirtió en abuela hace un año, a la vez que su otro hijo, Carlos. Sabe bien lo difíciles que son estos instantes, y es que hace cuatro años, en plena crisis sanitaria, se enfrentó a la pérdida de su marido, Alfonso Cortina. En esos momentos Cari se volcó en apoyarla, ya que están muy unidas, y ahora es ella quien se muestra muy pendiente de su hermana.
José María García fue el primero en llegar a la capilla ardiente, ha estado la mañana de este jueves en la incineración íntima y también ha acudido al funeral. No en vano, el periodista consideraba al empresario como parte de su propia familia y se refiere a él como un hermano. Visiblemente afectado, ha contado que es difícil y complicado asimilar esta inesperada muerte, pero a la vez se siente satisfecho porque el final le llegara de esta manera, con los suyos, en casa: "Él se acostó tan tranquilo con su nieto, se levantó porque el nieto se tenía que ir a jugar al fútbol, se volvió a meter en la cama y así quedó".
Entre los asistentes también hemos visto a la marquesa de Cubas, Isabelle Junot; a la fundadora de Starlite, Sandra García-Sanjuán; el matrimonio formado por el exbanquero Jose Maria Amusátegui y Amalia de León; y también el ejecitivo Rosauro Varo.