A tan solo tres meses de cumplir los 40, Katy Perry se ha propuesto pasárselo bien. Tras pasar unos días de descanso en la Costa Amalfitana junto a su eterno prometido Orlando Bloom, padre de su hija Daisy Dove, de tres años y medio, el actor y la cantante han recalado en Ibiza para continuar con su periplo vacacional. Sin embargo, no todo ha sido placer ya que la artista californiana ha aprovechado su estancia en la isla para rodar el videoclip de su próximo sencillo Lifetimes.
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La pareja, que comenzó a salir en 2016 y se prometió en 2019, ha elegido para su estancia el exclusivo hotel Six Senses Ibiza, situado en la encantadora bahía de Cala Xarraca, al norte de la isla y conocido por ser considerado uno de los 50 mejores hoteles del mundo así como por sus tarifas las que superan los 2.000 euros por noche.
Sin embargo, lejos de quedarse "encerrados" en el hotel, Katy Perry y Orlando Bloom han decidido disfrutar de la gastronomía de la isla y a bordo de un Range Rover Autobiography en color negro, la pareja se dejó ver Zuma Ibiza, un icónico restaurante japonés contemporáneo, ubicado en la terraza al aire libre del lujoso Ibiza Gran Hotel 5* Gran Lujo, que de un tiempo a esta parte se ha convertido en el punto de encuentro predilecto de las celebrities internacionales.
Fundado por Rainer Becker, este lugar se ha convertido en un sitio de referencia a nivel internacional y por sus mesas han pasado numerosos rostros conocidos como Kim Kardashian, Nieves Álvarez, Blanca Padilla, Miguel Ángel Silvestre o Mar Saura, consolidando aún más la reputación de este local como el lugar imprescindible para quienes buscan una experiencia culinaria de primer nivel en Ibiza y Katy Perry y el protagonista de Los Piratas de Caribe no iban a ser una excepción.
Con unas vistas espectaculares al puerto deportivo y al casco antiguo de la ciudad, la cantante y el actor, no solo pudieron disfrutar de una amplia variedad de platos en los que se fusiona la tradición japonesa con un toque moderno, sino también de la mágica vida de Ibiza, que parece haber cautivado a la californiana, tanto por dentro como por fuera pues para el rodaje de su videoclip, la artista eligió entre sus vestuarios una representativa falda de espejos de la marca Desigual.
Sin embargo, esta no ha sido la única prenda ante la que ha rendida la intérprete pues también se enamoró de un vestido plateado llamado Shanghai ( por su parecido a los vestidos de las geishas) , diseñado por la ibicenca Jenny Guerrero para su marca Jenny in Ibiland.