Este 20 de septiembre, Carlos Goyanes y Cari Lapique iban a celebrar 49 años de casados con la mente puesta ya en sus bodas de oro en 2025, sin embargo, el destino les ha jugado una mala pasada y este 7 de agosto la vida del empresario se apagaba para siempre y de manera repentina mientras se encontraba veraneando en su casa de Marbella.
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Fue en 1975 cuando el matrimonio se dio el 'sí, quiero' en la parroquia de la Virgen Madre de Marbella y aunque en aquel momento eran muy pocos los que creían en aquella unión, han sido ellos mismos los que se han encargado de desmentir esta creencia con el paso del tiempo, convirtiéndose en uno de los matrimonios más consolidados de nuestro panorama social. "Yo sé que nadie daba un duro por nosotros, por nuestra boda. Y ahora no somos muchos los que seguimos casados" afirmaba Cari en las páginas de ¡HOLA!.
La novia vestida con un bonito vestido de organza blanca salpicado en la parte superior con pequeñas flores de raso del mismo color llegó al altar del brazo de su orgulloso padre, Manuel Lapique, vizconde de Villamiranda. En el altar, le esperaba Carlos Goyanes y entre los cerca de 600 invitados que acudieron al enlace estaban Carmen Franco, marquesa de Villaverde, que fue testigo de la novia, Lola Flores, con su hija Lolita y Pitita Ridruejo.
Tres años antes de este enlace, Carlos había puesto fin a su matrimonio con la actriz y cantante Marisol, a quien había descubierto su padre, el cineasta Manuel J. Goyanes y era por ese motivo por el que la estabilidad de este matrimonio era puesta en duda. Sin embargo, ambos estaban muy enamorados y apostaron todo por su relación, haciendo caso omiso a todo tipo de opiniones y habladurías.
"Estaba loca de amor cuando me casé con Carlos", ha dicho Cari en diferentes ocasiones y solo hacía falta verlos u oírla como hablaba del hombre de su vida para comprobar que no mentía. Y es que para Cari el empresario junto a sus dos hijas, Caritina y Carla y sus cinco nietos, lo era todo.
De hecho cuando se le preguntaba cuál era el día más especial de su vida, a Lapique le costaba quedarse con uno solo y por eso contestaba: "Cuando nacieron mis hijas y cuando me casé con Carlos. Él estaba separado, imagínate en esa época, yo era lo peor de lo peor, pero no me importó porque sabía que lo que quería era estar con él. También cuando nació mi primer nieto, cuando Carla tuvo su primer hijo…".
En cuanto a la fórmula secreta para que su matrimonio con Carlos Goyanes fuera camino de cumplir 50 años, o lo que es lo mismo medio siglo de vida, Cari confesaba a ¡HOLA! su particular secreto. "Creo que el secreto está en quererse, en comprenderse, en saber aguantarse... Creo que hoy se dice muy a la ligera el "me separo", "me divorcio"... A mis hijas siempre les digo que hay que pensárselo muy bien antes de dar el paso. Divorciarse es fácil, pero, en el fondo, es tristísimo, porque, entre otras cosas, supone romper una familia. Claro que, a veces, hay situaciones insostenibles, pero pienso que habría que luchar más por mantener la unión".
Desde aquí mandamos nuestro más sentido pésame a la familia, así como un fuerte abrazo a Cari Lapique, quien sin duda, echará muchísimo de menos a quien fue su compañero de vida.