El pasado miércoles 31 de julio, la Reina Letizia regresaba a París para animar a España en los Juegos Olímpicos. Tras asistir a la ceremonia de inauguración junto a Felipe VI, fueron la princesa Leonor y la infanta Sofía quienes tomaron el relevo y, durante cuatro días, siguieron muchas de las competiciones de los deportistas españoles. Después, Letizia cogía el testigo de sus hijas en las gradas, dando muestras, una vez más, del férreo compromiso de la Familia Real con el deporte español.
En los días que la Reina ha estado en la capital francesa, ha sido testigo de muchas victorias y de algunas de las medallas que ha sumado nuestro país en el medallero, pero, sobre todo, la hemos visto como nunca, animando con pasión a España, pasando muchos nervios, interesándose por los deportistas y preguntando por las peculiaridades de cada una de las disciplinas.
Al igual que hicieron Leonor y Sofía, ha lucido los polos oficiales de la delegación española, en rojo, blanco y azul, que siempre ha combinado con pantalones vaqueros o de color blanco y zapatillas.
Su primera parada fue el centro acuático de Saint-Denis, escenario del partido de waterpolo femenino que ganó nuestra selección contra Grecia. Al día siguiente, comenzó la jornada junto a la Torre Eiffel para ser testigo de la prueba de 20 kilómetros marcha femenina, en la que María Pérez logró la medalla de plata. También aprovechó para felicitar a Álvaro Martín por su bronce en la categoría masculina de esta disciplina.
Después puso rumbo de nuevo al centro acuático para darle su apoyo al equipo de waterpolo masculino, que se impuso a Serbia, y tras celebrar la victoria, fue a la pista de Roland Garros para ver a Carlos Alcaraz contra el estadounidense Tommy Paul, al que venció. La Reina tuvo un encuentro con el tenista murciano, quien le dijo que era una pena no haber podido lograr una medalla con Nadal en dobles, pero que lucharía por el oro en la categoría individual.
'Anda, una excompañera'
Para terminar la jornada, doña Letizia fue a la final de natación de 200 metros espalda masculina, en la que participó el español Hugo González de Oliveira, y más tarde a la Casa España del COE (Comité Olímpico Español), donde habló con los trabajadores, deportistas y periodistas desplazados para cubrir las olimpiadas. Una de las anécdotas fue que entró en el estudio de Radio Marca, sorprendiendo al presentador, Felipe del Campo, quien dijo: "¡Anda, mira! ¡Una compañera! Hola, Reina, encantado". A lo que ella respondía: "Ex, excompañera", y le felicitó por su trabajo.
La Reina está sorprendiendo mucho por su cercanía, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, donde la llaman 'la chica de oro'. La publicación británica Tatler le ha puesto ese apodo por su espontaneidad y por la suerte que ha traído a los deportistas españoles.
En su tercer día, doña Letizia comenzó dando aliento a los atletas españoles Mario García, Adel Mechaal e Ignacio Fontes, que competían en los 1.500 masculinos, a los que les preguntó, muy interesada, por el calzado que utilizaban en la pista.
También se acercó a la Villa Olímpica para conocer a los deportistas que se encuentran alojados, a muchos de sus familiares, el equipo técnico y voluntarios. Se ha hecho selfis con todo el mundo que se lo pedía e incluso acunó a un bebé. Además, estuvo charlando con Ana Peleteiro, uno de los nombres que sonaba con más fuerza para hacerse con el oro en la modalidad de triple salto, pero que finalmente no pudo subir al podio.
El sábado, antes de regresar a España, fue a ver a las atletas españolas que competían en la prueba de atletismo de los 800 metros; al partido de baloncesto 3x3 femenino contra Canadá, que terminó con España en lo más alto del marcador, y al de waterpolo masculino contra Japón, donde se impusieron los nuestros. Dos victorias con las que doña Letizia ponía fin a cuatro días de emociones y nervios, viviendo como una aficionada más los logros de la delegación española y disfrutando al máximo de cada cita. El lunes 5, le tocaba el turno a Felipe VI, que nada más llegar estuvo en la Villa Olímpica, y está previsto que esté hasta el jueves. Luego, a la ceremonia de clausura, que es el 11 de agosto, se prevé que asista la Reina Sofía.
En estos días, Letizia nos ha dejado imágenes para el recuerdo en unos juegos llenos de anécdotas y momentos virales, en los que España, al cierre de estas líneas, lleva ocho medallas.
Un tándem de oro sobre las olas
El primer oro para España llegó estando Letizia en la capital francesa, aunque no pudo ser testigo de ello porque las pruebas de vela se disputan en Marsella. El dúo formado por Diego Botín y Florián Trittel llegaban a lo más alto en la clase 49er, su objetivo desde que, tras los juegos de Tokio, decidieran navegar juntos en esta categoría. Los regatistas nos contaron días antes de su victoria que se conocían desde que eran niños y, en el caso de Diego, llegaba a París con ganas de 'quitarse la espinita' que se le quedó en las anteriores olimpiadas, después de haber estado a punto de hacerse con el bronce. Diego, que es primo de Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander, es un apasionado de la vela desde niño. Heredó esta afición de su familia, ya que su abuelo Jaime Botín —quien fuera presidente de Bankinter y vicepresidente del Banco de Santander—, es un gran aficionado, su tío Marcelino es un reputado diseñador naval y su padre, Gonzalo Botín, es armador. Por su parte, Florián descubrió este deporte de la mano de su padre, cuando tenía tan solo seis años.
Las lágrimas de plata de Alcaraz
También al podio, aunque no a lo más alto, se subía el domingo Carlos Alcaraz. Tras ver cómo se esfumaba el sueño de conseguir una medalla en dobles junto a Rafa Nadal, anhelaba lograr un metal para España y, con una energía incontestable, llegó hasta la final para enfrentarse a Novak Djokovic. El serbio, que es uno de los mejores tenistas de la historia y ha participado en cinco olimpiadas, jamás había ganado el oro olímpico y llegó a París ansiando colgárselo al cuello… Pero solo podía ganar uno.
En un partido trepidante, Carlos y Novak midieron sus fuerzas y terminó imponiéndose el serbio, que, tras el último tanto, se derrumbó mientras abrazaba a su familia en la mítica pista central de Roland Garros.
Esta vez, a Carlos le tocaba vivir una derrota que valía una plata olímpica, la medalla más agridulce, y no pudo evitar las lágrimas. "He sentido que he decepcionado a mucha gente… Pero bueno, hay que apreciar el momento, hay que darse cuenta de que al final hemos ganado una medalla olímpica. No jugaba para mí, jugaba para España", confesaba.
Los bronces de España
No ha sido la única medalla para el tenis español. La pareja formada por Sara Sorribes y Cristina Bucsa vencieron a las checas Linda Moskova y Karolína Muchová en dobles y consiguieron un merecidísimo bronce.
Otro metal llegaba desde el ring, de los puños del boxeador Emmanuel Reyes, conocido como 'el Profeta', poniendo fin a 24 años en los que España no subía al podio olímpico en este deporte. Y puede que no sea la única, porque Ayoub Ghadfa podría colgarse otra el miércoles 7 de agosto.
Estas se suman a los bronces ganados por Pau Echaniz en la modalidad de K1 de piragüismo en eslalon y Fran Garrigós en judo.
El adiós más amargo de la reina del bádminton
Sin medalla, pero con el cariño y la admiración de toda España, se despedía Carolina Marín de su lucha por el oro de una forma desgarradora. La jugadora onubense iba ganando en semifinales ante la china Bing Jiao He, cuando, en uno de sus golpes, cae al suelo rota de dolor. La peor de sus pesadillas se hacía realidad, su rodilla se rompía poniendo fin a su sueño olímpico. Entre lágrimas, se despedía del público dando las gracias por todo el apoyo recibido en cada uno de sus encuentros.
Carolina, que fue la primera y única campeona no asiática en Río 2016, llegaba a París con muchas ganas, ya que precisamente una lesión de rodilla no le permitió defender el título en las pasadas olimpiadas. Esta ha sido la despedida más amarga, sin duda, un duro golpe para nuestra campeona, que todo el mundo espera que se recupere pronto y pueda volver a defender los colores de España. Ella es una de nuestras mejores deportistas y, por sus grandes logros, el pasado mes de mayo fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024, que está previsto que reciba el próximo mes de octubre, en Oviedo.
La redención de Simone Biles
Otra reina del deporte que ha acaparado muchos titulares ha sido Simone Biles, quien dejaba claro que se puede regresar por todo lo alto después de una larga recuperación. En su caso no fue una lesión lo que la alejó de la competición, sino su salud mental. En los pasados juegos decía adiós por no encontrarse bien y, después de trabajar con psicólogos y con su equipo, ha vuelto más fuerte que nunca en la que ella misma llama 'la gira de la redención'.
La gimnasta estadounidense se enfrentaba a sus fantasmas y superó la prueba logrando varios oros —por equipos, individual y en salto— y una plata en suelo.
Simone ha marcado un antes y un después en este deporte como ejemplo de superación e incidiendo en la importancia de la salud mental, y ahora, puede celebrar que vuelve a brillar como la gran leyenda de la gimnasia que es.
Lluvia de 'royals' y estrellas en las gradas y las imágenes más virales
Si las pistas son un espectáculo, las gradas no se quedan atrás. Muchos son las estrellas y miembros de las Casas Reales que han querido apoyar a sus respectivos países. Desde los Reyes de Holanda con sus hijas, los Reyes de Dinamarca y la princesa Ana de Inglaterra hasta John Travolta, Tom Cruise, Eva Mendes y Ryan Gosling, Lady Gaga, Ed Sheeran, Bill Gates, Serena Williams o Sharon Stone.
En España, además de los Reyes y sus hijas, han estado otros rostros conocidos, como Marta Ortega con su marido, Carlos Torretta, y sus hijos mayores, Amancio y Matilda; Carolina Cerezuela y Carlos Moyá, y Pau Gasol, entre otros. También ha sido centro de todas las miradas el hijo de Rafa Nadal, que, en brazos de su madre, Mery Perelló, ha animado al tenista, que antes de dejar París explicaba que ahora descansaría, analizaría las cosas y tomaría una decisión sobre su futuro. Quizá estos hayan sido los últimos juegos de su carrera, como lo han sido para Rudy Fernández, que también estuvo acompañado por su mujer, Helen Lindes, y sus hijos, Alan y Aura.
Como en todas las citas olímpicas, hay héroes, vencedores y vencidos que conocen las dos caras del deporte, y también imágenes que dan la vuelta al mundo y se convierten en virales. La primera en ganar ese título en esta edición ha sido la del surfista Gabriel Medina, que, tras cabalgar una ola en las costas de Tahití, era fotografiado en el aire con el dedo en alto, como si levitara. Otras también circulan por las redes sin parar, como la del ganador de la medalla de plata en tiro olímpico, el turco Yusuf Dikeç, o la del campeón argentino de BMX en freestyle José 'Maligno' Torres, que parece que sube con su bicicleta por el obelisco de la plaza de la Concordia. Imágenes que serán recordadas para siempre junto con las increíbles gestas de los deportistas que se han superado a sí mismos en estas olimpiadas, que terminarán el 11 de agosto.