El sueño Olímpico ha acabado para Rafa Nadal, quien ya se encuentra en su Mallorca natal tras ser eliminado el martes en los cuartos de final de la categoría de dobles, en la que formaba equipo con Carlos Alcaraz. Ya de vuelta a casa, el tenista está dispuesto a pasar de unas semanas de desconexión en las que tiene como objetivo descansar, disfrutar de la compañía de sus más íntimos sin límites y analizar sin presión su situación para tomar una decisión sobre su futuro profesional.
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El ganador de 22 Grand Slams y doble medallista olímpico aterrizaba la tarde del miércoles en el aeropuerto de Palma procedente de París, vestido con un polo azul del equipo olímpico español y sin dejar de hacerse fotos con los fans. Ante las cámaras de IB3, Nadal aseguraba que estar en los JJOO ha sido una experiencia positiva que recordará el resto de su vida "a pesar de haber logrado los objetivos deportivos". Explicaba además que lo ha "disfrutado todo lo que he podido" y que ha tenido una relación fantástica con su compañero Alcaraz, con el que ha causado sensación.
Para Nadal ha acabado una etapa, pero ha dejado claro que necesita tiempo para decidir cuáles serán sus próximos pasos. "Necesito volver a casa y, en frío, después de un descanso, analizar las cosas tal y como las veo y las siento, las ganas que tengo y la fuerza interior para tomar una decisión u otra. La tomaré cuando la tenga que tomar porque tengo total libertad y me he esforzado durante toda mi vida para hacerlo cuando lo sienta", explicaba antes de dejar París, donde tuvo un destacado papel al formar parte de los relevos que trasladaron la antorcha olímpica hasta el pebetero.
El futuro de Nadal está rodeado de incógnitas, pero el presente lo tiene claro: desconectar y estar con la familia, su máximo apoyo. Tanto sus padres, Sebastián y Ana María, como su hermana Maribel, su mujer Mery Perelló y su hijo Rafael han estado a su lado de forma incondicional, también en las Olimpiadas. Ellos conocen mejor que nadie todo el esfuerzo que hay detrás de cada partido y las renuncias que ha hecho por ser deportista de élite. En este nuevo capítulo están de nuevo a su lado, respetando sus tiempos, sus decisiones y mirando con orgullo todo lo que ha logrado.
El gran protagonista en casa de los Nadal es el pequeño Rafael, que está a punto de cumplir dos años y se ha convertido en el espectador más buscado de los partidos de tenis. En las gradas se muestra muy atento, curioso con todos los detalles y sus simpáticos gestos conquistan a toda la afición. Además, le gusta estar sentado sobre su madre y también divertirse con su tía, sus abuelos y el equipo técnico que acompaña al deportista, del que forma parte Carlos Moyá. En ocasiones lleva una miniraqueta, demostrando que lo que más le gusta es imitar a su padre.
Sus dos refugios: una impresionante casa con vistas al mar y un catamarán
El tenista, una leyenda del deporte, tiene por delante una temporada de desconexión en su hogar, cuyas obras acabaron hace aproximadamente un año. Su casa se ubica en la parte más alta de Porto Cristo (Manacor) y está levantada en un terreno de 7.000 metros cuadrados que compró hace más de una década de los herederos de una de las dueñas de las Cuevas del Drach. Demolió casi todo lo que había construido para levantar una casa con cuatro volúmenes, amplios ventanales y grandes terrazas diseñada por el arquitecto Tomeu Esteva.
A escasos metros se encuentra el puerto en el que tiene amarrado su catamarán de lujo, el Great White, que compró por seis millones de euros en 2019, al cumplir 34 años. Este barco tiene 24 metros de eslora, 12 de manga y 4 camarotes con capacidad para 12 personas. La suite principal se compone de dormitorio, escritorio, vestidor, cuarto de baño y balcón retráctil para disfrutar de las mejores vistas al mar. Uno de los extras es el televisor de techo abatible, sobre la cama de matrimonio, pero no es el único: la embarcación dispone de, al menos, otros dos enormes televisores de setenta y siete pulgadas. A su vez, está equipado con bar, barbacoa y piscina de hidromasaje.
Los otros negocios de Nadal más allá de las pistas
El deporte siempre ocupará un papel fundamental en la vida de Rafa Nadal, ya que tiene una academia con su nombre en la que fusionan "la pasión por el tenis con la excelencia en la formación integral" y una fundación en la que "acompañamos a niñas, niños y jóvenes en su camino hacia un futuro de calidad". En cuanto a sus negocios, se dividen entre diferentes áreas y la mayoría de ellos están gestionados mediante un holding llamado Mabel Capital.
En la restauración destaca su participación en el grupo Tatel, restaurantes con sedes en Madrid, Ibiza, Doha, Beverly Hills o Baréin en los que tiene como socios a Pau Gasol, Enrique Iglesias y Cistiano Ronaldo. Además, gracias alianza con Meliá International, ha creado una nueva marca de hoteles bajo el nombre de Zel, con presencia en Mallorca y la Costa Brava y planes de expansión por Europa. Asia, América y Oriente Medio.
La citada sociedad de la que forma parte también tiene el residencial de lujo Villa de París en Madrid, un selecto edificio de viviendas premium situado en el centro de la capital. Además, Mabel Capital se encuentra detrás de productos audiovisuales como los docu-reality de Georgina Rodríguez y Tamara Falcó emitidos en Netflix. Hace dos años se sumergía también en el mundo de los perfumes de la mano de la firma Henry Jacques para lanzar tres fragancias, dos masculinas y una femenina.