De la mano de su padre y con tan solo seis años, Florian Trittel descubrió su pasión por el deporte de la Vela, donde empezó a despuntar desde niño. Hace unos días aterrizaba en París con el sueño de colgarse una medalla olímpica. No lo logró en los pasado juegos de Tokio, pero en esta ocasión, él y su compañero de embarcación, Diego Botín, llegaban a la capital francesa con buenas sensaciones y mucho trabajo a sus espaldas en la clase 49er y tras casi una semana de regata por fin lo han logrado.
La pareja de deportistas, que son embajadores de OMEGA en los Juegos Olímpicos, han sumado al medallero español un oro en las costas de Marsella, tras una última regata en la que se jugaban todo. Días antes de esta hazaña, pudimos hablar con ellos y Florian nos explicaba lo que significaba para él que la casa suiza de relojes lo hubiera elegido cómo embajador, cómo comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la vela, cuáles han sido los mejores momentos de su carrera deportiva y los más difíciles y la mejor anécdota en el mar junto a Diego Botín.
¿Qué ha significado para ti que Omega te haya elegido como embajador?
Recibir la confianza de una marca como Omega para todo deportista se corresponde con uno de los grandes hitos en su carrera deportiva. Me llena de orgullo y motivación que una marca que desde pequeño he admirado me incorpore en su equipo. Compartimos, entre otros, valores como la excelencia, la autenticidad y la innovación, que nos unen en lo que espero sea un largo viaje juntos.
¿Qué supone para ti estar en París?
Representar a España en los Juegos Olímpicos de París es el momento más especial en mi carrera como deportista olímpico. Siento que llego más preparado y maduro que a los pasados Juegos de Tokio y me dejaré la piel en sacar mi mejor versión durante los cinco días de competición.
La vela española siempre ha ayudado enormemente al medallero español, ¿tienes en mente una medalla?
Desde que iniciamos la campaña olímpica planteamos claramente que el objetivo era ganar la medalla de oro en los Juegos.
Comenzaste en el mundo de la vela de la mano de tu padre con seis años. ¿Cómo recuerdas ahora esos días?
Recuerdo tener muchísimo respeto al mar y pasar muchos días de miedo por no controlar los elementos. Ha sido una escuela para la vida que agradezco haber vivido.
¿Cómo es tu día a día ahora como profesional?
Mi día a día puede variar bastante, pues compagino dos proyectos deportivos profesionales. Por un lado, el olímpico, en el que un día a día supone hacer nuestra rutina mañanera (activación física, estiramientos, meditación y desayuno), preparar el barco, salir al agua a entrenar, hacer una reunión con nuestro entrenador al acabar la sesión de agua para identificar mejoras y plantear objetivos del día siguiente, cocinar la cena, dormir y repetir. Por otro lado, estoy involucrado en el proyecto de SailGP, los catamaranes voladores de 50 pies que vuelan por encima del agua a velocidades hasta 100 kilómetros por hora. En este proyecto soy el trimmer de ala (la vela mayor que en este barco es rígida, como la de un avión). Mi función es la de ajustar el perfil del ala al viento de manera que el barco vaya lo más rápido posible. Como el pedal del gas en un coche. La mayor diferencia de nuestra rutina aquí es que contiene más cantidad de compromisos mediáticos.
¿Siempre te has imaginado dedicándote profesionalmente a esto o tenías otros planes?
Tuve unos años en los que empecé a emprender (incluso a fundar mi propia empresa). Pero rápidamente me di cuenta de que lo que más me llenaba era pasar la mayoría del tiempo de mi vida en el agua dedicándome a la vela.
¿Cómo empezaste a navegar con Diego (Botín)?
Tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 los dos queríamos ir a por una medalla en París. Nos motivaba el hecho de poder unir fuerzas para ello y di el salto del Nacra al 49er.
¿Os conocíais ya?
Sí, nos conocemos desde que somos pequeños y competíamos en 'Optimist', es decir a los 8 a 10 añitos.
En esta disciplina, el trabajo en equipo es clave, ¿cuáles crees que son en este sentido tus puntos fuertes?
Yo creo que mis puntos fuertes para este trabajo en equipo son el generar un ambiente de trabajo alegre que ayude a mantener la motivación durante el largo proceso de una campaña olímpica, guiarme mucho por mi instinto a la hora de hacer las cosas y ayudar a dar estructura.
¿Tienes alguna anécdota que recuerdes con Diego en el mar? Él nos ha contado una
En la celebración de la victoria del Trofeo Sofía en Palma de Mallorca, estábamos con nuestro barco abarloados a la neumática de nuestro entrenador Álvaro tras finalizar la última prueba. Para celebrar con un poco de alegría, decidí ir a por Álvaro para tirarle al agua. Mientras volábamos hacia el agua, Álvaro decidió meter la mano en su bolsillo para coger su móvil y tratar de encestarlo en la neumática. Pero le dio al aro, es decir, el móvil rebotó en el flotador de la lancha y con la misma dio un salto al agua. A todo esto, estaba Diego en nuestro barco, a distancia de poder pegar un brinco al agua para pescar el teléfono que se acababa de caer al agua. Logró cerrar la mano ya bajo el agua y resulta que el móvil se encontraba justo entre sus dedos. Acababa de salvar el teléfono. Unas horas más tarde, ese móvil se bajó de la vida y dejó de funcionar.
¿Qué significaría para vosotros ganar el oro?
Sería para nosotros la mejor forma de agradecerle a todas las partes involucradas en nuestro proyecto la dedicación que hemos recibido de ellas. Sobre todo, a nuestras familias. Tenemos muchas ganas de dar nuestra mejor versión en estos Juegos.
¿Eres de los que se frustra si no consigues tus objetivos?
Sí siento una cierta frustración, sobre todo en momentos iniciales tras no cumplir algún objetivo, pero por suerte trabajamos mucho la parte mental y siento que dispongo de suficientes herramientas para transformar esa energía en positiva.
¿Cuál ha sido el momento más importante de tu carrera hasta ahora?
Estoy actualmente inmerso en él.
¿Sientes que has tenido que renunciar a algo por dedicarte casi por completo a este deporte?
De la mano de proyecto deportivos como los que perseguimos vienen muchas renuncias. Para mí la más importante han sido las relaciones interpersonales con amigos y familia. ¿Lo bueno? Ahora, tras los Juegos, habrá tiempo para dedicárselo, además de que los que realmente están contigo, están contigo a pesar de que no tengas mucho tiempo.
¿Cuáles son tus aficiones más allá del mar?
Me gusta mucho hacer de todo. Otros tipos de actividades ya sean deportivas, artísticas o culturales, por ejemplo, el snowboard, la cerámica o visitar museos.