Antes de que París reciba a María Corbera para verla brillar por primera vez en unos Juegos Olímpicos a bordo de su canoa, la madrileña, de sonrisa indeleble y espíritu ganador, se prepara física y psicológicamente para afrontar su debut en la cita con la que cualquier deportista ha fantaseado alguna vez en la vida. Lo hace tranquila, segura y confiada, según nos confiesa, y desde Asturias, donde ultima los entrenamientos junto a Antía Jácome, su fiel aliada en la prueba C2-500 y, al mismo tiempo, su rival en la categoría C1-200. Será el próximo 6 de agosto cuando juntas demuestren su talento en pista, 48 horas antes de que se midan en solitario.
En la cuenta atrás para que se suban al avión rumbo a la Villa Olímpica, a donde todavía no han llegado dado que comparten pista con remo y no pueden entrar hasta que concluyan sus competiciones, charlamos con María sobre la pasión que ha marcado su trayectoria vital, sus sueños, planes de futuro y aspiraciones. También abordamos el episodio más duro de su carrera profesional, una inspiradora historia de superación y reinvención tras la que se coronó como campeona de España en tiempo récord antes de alzarse con tres medallas de plata en los Juegos Europeos de Cracovia y ser premiada como Mejor Deportista del Año por el Comité Olímpico Español.
- Te iniciaste con solo 7 años en este deporte. ¿De dónde viene tu amor por el piragüismo?
Mi amor por el piragüismo vino en un campamento de verano y, a medida que han pasado los años, no cabe duda que fue un acierto descubrir este deporte que a día de hoy es mi pasión. Ha hecho que sea quien soy, tanto en el deporte como como persona y por eso se lo agradezco todo.
- ¿Cuándo supiste que querías llegar a lo más alto?
Diría que han sido una serie de consecuencias del esfuerzo, del trabajo, de la persistencia y, sobre todo, de disfrutar de esto. En ningún momento quería llegar a ese objetivo, no era mi meta, pero considero que soy una persona muy persistente y muy cabezona y que no me vale cualquier cosa, entonces veía que tenía capacidades y que podía conseguirlo. En ningún momento por mi mente se pasaba el rendirme, así que yo creo que ha sido eso, mi tenacidad y mi insistencia en que yo lo podía conseguir. La consecuencia ha sido llegar donde estoy.
- Echando la vista atrás ahora que encaras tu primera cita olímpica, ¿cuál es el primer recuerdo que tienes de unos JJ. OO.?
Mi primer recuerdo de los Juegos Olímpicos es junto a mi familia, en verano, todos con la televisión puesta las veinticuatro horas del día y animando a todos con muchísimos nervios. Antes del piragüismo yo siempre he sido una persona muy deportista y, al final, es un momento especial, unas fechas muy especiales.
- ¿Qué es lo que más curiosidad te da de vivir esta experiencia?
Lo que más curiosidad me da, creo que es el momento de la Villa Olímpica y de estar con todos los deportistas, tanto de España como del resto del mundo, esa es una de las cosas que más ilusión me hacen. Yo no disfrutaré de la inauguración, pero sí del cierre, y eso también es algo que me llama.
- Hace ya dos ciclos te preparaste para los JJ. OO. de Río 2016, pero finalmente no fuiste seleccionada. A ello se sumó que no estabas bien por la tensión que te rodeaba y terminaste dejando el kayak durante 4 meses. Tu luz se apagó y pensaste en probar otros deportes que no te generaran estrés. Sin embargo, meses después regresaste, aunque, en esa ocasión, a bordo de una canoa sobre la que aseguras que volviste a respirar. ¿Cómo viviste ese cambio?
Cuando empecé con la canoa para nada me podía imaginar que fuese a llegar donde estoy, pero sí tenía claro que iba a disfrutar, a pasármelo bien, ya solo por mi cabeza, como reto personal. Iba a tratar de dominar ese nuevo deporte y, aunque tenía aceptado que iba a ser complicado y duro, lo hice poquito a poco con mucha paciencia. No tiré la toalla, por supuesto tuve muchos dolores musculares, adaptaciones, aprender la técnica… No fue nada fácil el camino, pero siempre, en todo momento, sentí esa recompensa personal, y así fue.
- En solo seis meses te coronaste como campeona de España. ¿Dirías que fue en gran medida gracias a tu fortaleza mental y el trabajo psicológico que hiciste?
El hambre y las ganas de competir no me lo esperaba, pero aparecieron muy rápido, creo que a la misma velocidad con la que fui capaz de dominar la canoa. Fui capaz de mejorar y de progresar y a los seis meses en mi primer campeonato de España no dejé de decirme a mí misma que mi reto era intentar ir recta. Al final, buscar ser nuestra mejor versión lleva como consecuencia una mejora y en este caso la consecuencia fue ser campeona, vencer a todas mis rivales. Considero que esto siempre ha ido de la mano de los 18 años en los que yo estuve como kayakista, sí que es verdad que como canoísta era totalmente una novel, pero a nivel fisiológico el trabajo de todos esos años estaba, y ya solo con mi cabezonería, tenía la combinación perfecta.
Sí que creo que ese campeonato de España fue gracias a mi fortaleza mental y el trabajo que había estado haciendo semanas y meses anteriores. Ni por asomo me podía imaginar que fuese a volver a querer competir en ese momento o en esos momentos previos, pero me lo tomé como si hubiera sido una lesión. Creo que lo abordamos de una muy buena forma mi entorno, mi familia, mis entrenadores, todos lo vimos como una lesión que teníamos que dejar que se curara con el tiempo que hiciese falta. A los seis meses estaba preparada y daba esas señales de que estaba lista. Ahí decidimos avanzar sin perder de vista la figura del psicólogo y desde entonces nunca lo he dejado de lado, porque considero que es súper importante para todo, tanto en el deporte como en el día a día, y para gestionar las emociones es vital.
- En este momento, ¿cómo estás viviendo los nervios tanto tú cómo tu compañera Antía Jácome?
Los nervios, hablando de mí, sorprendentemente los estoy llevando muy bien, no me está suponiendo nada diferente a lo que llevo vivido durante todos estos años como internacional en mundiales y europeos; está siendo absolutamente igual. Me metí bien en la cabeza que no hay que cambiar absolutamente nada de lo que ha funcionado y todo lo que hemos hecho y he hecho ha ido bien, por lo tanto, estoy siguiendo un poco esa línea y estoy tranquila, estoy segura, y confiada. Sé que puedo conseguirlo y voy y estoy trabajando muy duro para ello.
- Ella es tu aliada en el C2-500, pero tu rival en la categoría C1-200 en solitario. ¿Es fácil gestionar eso?
Gestionarlo es fácil; de hecho, creo que desde el primer momento, desde el año pasado, que ha sido cuando empezamos con el C2 y a la vez el C1, hemos sabido que eran dos vertientes y lo que conllevaba cada una. Somos un equipo y, como equipo, sabemos diferenciar el momento de los entrenamientos de C1 y nunca queremos perder ninguna de las dos y en el C2 queremos sumar lo máximo. Para el gran día sacaremos nuestra mejor versión y entenderemos el resultado. Hemos trabajado las dos y lo hemos hecho para ganar.
- ¿Has pensado cómo celebrarías convertirte en medallista olímpica en caso de lograrlo?
Tengo la suerte de que mis primeros JJ. OO. son en París y van a ir muchas personas de mi entorno, mucha familia y amigos, y lo celebraría con ellos, porque son los que me han estado apoyando y animando y han formado parte del momento. Así que, esa medalla la disfrutaría con ellos.
- Ambas aseguráis que tenéis la medalla de oro en la cabeza y que no firmaríais el bronce, pero si te pusiera la plata aquí, ¿la cogerías?
Tampoco cogería la medalla de plata. Sabemos que siendo nuestra mejor versión haciendo nuestra carrera somos medalla de oro y quiero buscar poder dar mi 100% para conseguirla.
- ¿Cuál es el objeto de mayor valor que viajará contigo a París?
Creo que no tengo ningún objeto con especial valor que me lleve a París, pero lo que sí que me llevo es a toda esa gente que durante todos estos años me ha estado apoyando, que cada día me han hecho ser quien soy, que me han dado esa fuerza y esa energía, ese punto de disfrutar y su felicidad por lo que estoy consiguiendo. Me llevo a todos ellos conmigo y sé que me van a empujar y me van a dar la fuerza en esos últimos metros donde ni yo voy a poder tenerla para continuar.
- ¿Cuál es el valor más especial que te ha aportado el piragüismo?
El trabajo en equipo y ayudar a los demás. Hay muchos, pero también destacaría el esfuerzo, el sacrificio, el ser trabajadora y que nadie te regala nada en esta vida. O te mueves tú o ya te puedes quedar sentado esperando.
- ¿Es fácil conciliar siendo una número uno?
Sí, por supuesto que es fácil, de hecho, a mí no me gusta que me traten diferente a nadie, siento que soy tan normal como cualquier otro. No me siento para nada superior ni que necesite un trato diferente… Quizá soy incluso más trabajadora que otras personas que he conocido, pero porque soy así, esa es mi esencia y me gusta que no me den las cosas hechas.
- ¿Cómo te ves en diez años? ¿Qué metas te gustaría alcanzar a nivel profesional y personal?
En 10 años ya me veo retirada del piragüismo de forma profesional, me veo con mi familia y siendo madre. Seguiré vinculada al deporte, eso siempre, y a la salud, siempre tratando educar un poquito a la sociedad y de enseñar hábitos saludables. Quiero transmitir la pasión que siento por el deporte, cómo lo vivo, no a estos niveles, pero sí haciendo que puedan disfrutarlo y que se lo lleven al día a día como algo necesario. También me encantaría hacer esto con niños, educarles en este sentido, ya sea en mi propio club de piragüismo o en cualquier otro club.