¡HOLA! + 4175 Leonor y Sofia en Paris Juegos Olimpicos© CASA DE SM EL REY

El evento deportivo, que comenzó el 26 de julio, termina el 11 de agosto

Locura real por los Juegos Olímpicos: Reyes y príncipes viven en París una ceremonia apoteósica, con Rafa Nadal de protagonista

'Deseo que viváis esta experiencia de la mejor manera posible, que disfrutéis de la ilusión que es llegar, que ya es un éxito. Mucho ánimo y a por todas', dijo Felipe VI a los deportistas 


31 de julio de 2024 - 7:08 CEST

París ha marcado un antes y un después en la historia de los Juegos Olímpicos con una ceremonia de inauguración fascinante. Cuatro horas de celebraciones, que siguieron millones de espectadores en todo el mundo, y un final apoteósico con el Sena y la ciudad como telón de fondo.

Ilusión, euforia, emoción y orgullo: los Reyes, con chubasqueros bajo la lluvia, animaron a la delegación española en su desfile olímpico 

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Los Reyes recibiendo a los deportistas con ilusión y aplausos durante la ceremonia inaugural de los Juegos de la XXXIII Olimpiada, que se celebran bajo el eslogan 'Juegos abiertos de par en par'

Francia había prometido un espectáculo olímpico no visto hasta ahora y consiguieron una inauguración épica y llena de sorpresas. Todo fue una incógnita hasta el último momento —guardaron bajo llave los detalles más impactantes del programa— y, aunque la lluvia estuvo presente durante la ceremonia, nada pudo detener el fascinante espectáculo. En un evento deportivo colosal, Francia celebró la libertad, la igualdad, la fraternidad, encumbró a los deportistas y el espíritu olímpico, y también generó una polémica con alguna de las propuestas de la ceremonia inaugural, dirigidas por el actor y director de teatro Thomas Jolly. 

Los Juegos arrancaron el viernes con un espectacular desfile de 85 barcos que llevaron a las 205 delegaciones deportivas —10.500 atletas— aguas abajo por el Sena, entre los puentes de Austerlitz y Jena. Unos seis kilómetros de recorrido que siguieron 600.000 espectadores desde las orillas, las gradas alzadas sobre el río y desde las ventanas y balcones de los edificios. 

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Los atletas españoles durante el trayecto en barco por el río Sena, vistiendo los uniformes oficiales: americana roja, camisa o polo blanco, pantalón beis y falda 'midi' con los colores de la bandera degradados. Es la delegación más numerosa desde los Juegos de Barcelona 92 y la primera que cuenta con más mujeres que hombres.

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Rafa Nadal con Mery Perelló y su hijo, de casi dos años, disfrutando de la celebración.

Grecia, el país donde nacieron los Juegos, y el equipo olímpico de refugiados abrieron el desfile a las 19:39, dando paso al resto de delegaciones, que cerró Francia como país anfitrión. España salió en la posición 62, en el barco 25 y con 383 deportistas. Es la delegación más numerosa desde los Juegos de Barcelona 92, y la primera que cuenta con más mujeres que hombres, representando a 48 millones de españoles que aspiran a superar las 22 medallas logradas entonces, la cumbre del deporte nacional.

¡España!

Eran las 20:36 cuando los olímpicos españoles, que compartieron barco con Estonia, aparecieron en escena, vistiendo los uniformes oficiales creados por Joma e inspirados en los claveles. Los deportistas ondeaban la bandera, saludaban y sacaban sus móviles para inmortalizar una vivencia extraordinaria, al igual que los abanderados en la proa del barco. La regatista Tamara Echegoyen, una leyenda de la vela española, y el piragüista Marcus Cooper, que suma tres oros, cuatro platas y un bronce mundiales, dos oros y una plata europeos y un oro en Juegos Europeos. Los dos, con el mejor currículum olímpico, poniendo el foco en los dos deportes que más medallas han dado a España en la historia de los Juegos.

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Vista aérea del espectacular desfile de 85 barcos que llevaron a las 205 delegaciones deportivas —10.500 atletas— aguas abajo por el Sena entre los puentes de Austerlitz y Jena.

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Lady Gaga, vestida por Dior Alta Costura, abrió la ceremonia con una actuación muy parisina al estilo cabaré cantando 'Mon Truc en Plumes', de Zizi Jeanmaire. La artista, de 38 años, estaría planeando una boda secreta con su novio, el empresario Michael Polansky.

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Espectáculo de láser iluminando el cielo, en la Torre Eiffel.

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El izado de la bandera olímpica.

Caía un diluvio sobre París, pero nada podía aguarles la fiesta y fue uno de los momentazos del día. Ondeando sobre las gradas los banderines rojos y amarillos, los Reyes de España, que fueron de los primeros en llegar a la capital francesa, en la tarde del jueves, para animar a la delegación española, se levantaron de un salto al ver el barco. Ya habían deseado suerte a los atletas en el encuentro que tuvieron la víspera en la embajada de España en París, pero querían aplaudirlos con ganas y animarlos a lo grande —decirles que estaban ahí— y buscaron la manera de sacar los brazos de sus chubasqueros transparentes bajo la lluvia. Una adversidad que aguantaron estoicamente y con gran sentido del humor, protagonizando simpáticas imágenes. 

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Los Reyes de los belgas, Matilde y Felipe

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Los Reyes de los Países Bajos, Guillermo y Máxima

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La Reina Letizia, que no tuvo miedo al frío ni a la lluvia y eligió un vestido de tirantes de Carolina Herrera.

Diez Reyes europeos siguieron el desfile de las delegaciones y las actuaciones desde la plaza de Trocadero, frente a la Torre Eiffel, donde se instalaron las tribunas presidenciales y pantallas XL

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Los Reyes de Dinamarca, Federico y Mary.

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Los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco con chubasqueros

La Reina, que levantó el puño en señal de fuerza, pasó por alto la predicción del tiempo y eligió para la ceremonia un vestido de Carolina Herrera de tirantes y estampado floral. Y no dejó de llamar la atención porque todas sus homólogas iban más protegidas, sabiendo que no había cobijo. Doña Letizia, que, en contra de lo previsto en agenda, no acompañó al Rey a la reunión con el Presidente Macron, en el palacio del Elíseo, había llegado con un gran paraguas sin contar con que estaban "prohibidos", pero aguantó todo con una sonrisa y el Rey dejó testimonio del gran momento que vivieron haciéndose selfis. 

Lo mismo que sus vecinos, Reyes y príncipes. Amigos "enfrentados" en París por su sueño olímpico: todos quieren el podio. Los Reyes de los Países Bajos; Matilde y Felipe de los belgas, que contaron que sus cuatro hijos cogerían el relevo, y Mary y Federico de Dinamarca. Sin olvidar a los soberanos de Mónaco, que compartieron experiencia con sus mellizos, el príncipe heredero Jacques y la princesa Gabriella; los grandes duques de Luxemburgo, que viajaron con algunos de sus hijos y nietos; el emir Tamim de Qatar y su hermana, la jequesa Hind… Y a la espera de las Casas Reales sueca y noruega, que viajarán a París la última semana de los Juegos Olímpicos.

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El exfutbolista Zinedine Zidane abraza a Rafa Nadal y le pasa la antorcha olímpica.

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Locura Real por los Juegos. Y euforia, emoción y orgullo bajo la lluvia, mientras seguían la ceremonia desde la plaza de Trocadero, donde se instalaron las tribunas presidenciales y las pantallas XL. En total, 80 para seguir el mayor espectáculo deportivo del planeta, que se celebra cada cuatro años.

Cumbre real en las gradas

La realeza europea viajó en masa a París para apoyar a sus países. Y fue difícil seguirles la pista. El mismo jueves 25 de julio, todos desfilaron sobre la alfombra roja del Museo del Louvre para asistir a la cena de gala ofrecida por el Comité Olímpico Internacional (COI), con Alain Ducasse, el chef de las 20 estrellas Michelin, al frente de la cocina. Una noche para la que doña Letizia quiso hacer un guiño especial a Francia eligiendo —se la declaró ganadora del duelo de estilo en los Juegos— un conjunto de top y falda de alta costura cedido por Dior, con el que acudió también al encuentro con los deportistas españoles. Una cita en la que Felipe VI dejó constancia de su orgullo por el equipo, "de la ilusión que tenemos todos por lograr veros triunfar". "Llevar la bandera, llevar el símbolo de nuestro país a lo más alto, es, sin duda, una enorme alegría y, bueno, parte de la meta", dijo señalando su experiencia en Barcelona 92. "Tengo un recuerdo muy muy especial de aquello". "Deseo que viváis esta experiencia de la mejor manera posible, que disfrutéis de la ilusión que es llegar, porque el esfuerzo que habéis tenido que hacer ya es un éxito. Mucho ánimo y a por todas".

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El tenista, campeón olímpico en 2008, en individual, y en 2016, en dobles, fue uno de los últimos relevistas en llevar la antorcha junto a otros históricos del deporte, como Serena Williams, Carl Lewis y la gimnasta Nadia Comaneci. La llama fue pasando de campeón a campeón hasta el exciclista Charles Coste, que cumplió 100 años en febrero. Él fue el encargado de dar el último relevo a la exatleta Marie-Jose Perec y el judoca Teddy Riner. Por primera vez en la historia olímpica, la ceremonia inaugural de los Juegos (la XXXIII Olimpiada) no se celebró en un estadio

Homenaje de París al rey de Roland Garros: Nadal recibió la antorcha olímpica de Zidane, avanzó hasta el pebetero por el río Sena en una barquita y disfrutó de su histórico día junto a su mujer, Mery Perelló, y su hijo, Rafa

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Un espectáculo colosal

Acompañando a los atletas desde los lugares de mayor referencia fueron sucediéndose las intervenciones de 3.000 artistas entre bailarines y músicos y grandes estrellas de la música, como Lady Gaga. Al paso de los barcos, vestida de negro y rosa y con plumas y pompones, la artista pop, de 38 años, abrió la ceremonia (19:49) con una actuación muy parisina al estilo cabaré cantando en un perfecto francés Mon Truc en Plumes, de Zizi Jeanmaire. 

Céline Dion cantó desde la Torre Eiffel e hizo un regreso triunfal a los escenarios tras varios años retirada, mientras el pebetero olímpico se elevaba en globo sobre el cielo de París

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Con el Sena siempre en el centro y con todas las puestas en escena cuidada hasta el más mínimo detalle, vimos la actuación de la cantante francófona más escuchada, Aya Nakamura, que apareció como una diosa envuelta en plumas de oro, tras un espectáculo de pirotecnia, y a 80 artistas del emblemático Moulin Rouge interpretando su baile de cancán, con unos espectaculares trajes rosas diseñados para este evento. También se escuchó a Juliette Armanet interpretar Imagine, de John Lennon, mientras viajaba en una balsa por el Sena con un piano ardiendo. Y resultó emocionante el baile de artistas —ataviados con trajes de construcción— en los andamios de Notre Dame, que reabrirá el 8 de diciembre, cinco años después del incendio devastador; así como el reconocimiento a diez mujeres ilustres de la historia francesa con diez estatuas. Y ver, por supuesto, a la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel cantar La marsellesa, desde el tejado del imponente Grand Palais.

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Sobre estas líneas, Céline Dion cantando 'Hymne l’amour' ('Oda al amor'), con un brillante vestido de Dior, bordado con lentejuelas en flecos salpicados de miles de perlas plateadas.

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Las alas proyectadas para difundir el espíritu olímpico, las banderas de todas las delegaciones y la Torre Eiffel vestida con los anillos olímpicos

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El pebetero olímpico elevándose sobre el cielo de París, frente a la pirámide de cristal del Museo de Louvre y con la Torre Eiffel de fondo proyectando rayos de luz. Durante el día está situado en el Jardín de las Tullerías y contiene una llama sin combustible, hecha de agua y luz.

La polémica

Los Juegos Olímpicos han vuelto al país después de cien años y Francia quiso repasar su historia y su cultura abarcando cine, literatura, arte, moda, música… y una defensa de los ideales y de la diversidad en todas sus formas. Y todo fueron aplausos por la originalidad y el dinamismo de las celebraciones, aunque también se creó una gran polémica con "Festividad". Una de las escenas protagonizada por un artista, un icono LGBTQ+, y un grupo de drag queens que recordó a La última cena, de Leonardo da Vinci. De hecho, los organizadores de los Juegos se disculparon después explicando a la cadena de televisión BFMTV que no pretendieron faltar al respeto a ningún grupo religioso y que "la idea era más bien hacer un gran festival pagano conectado con los dioses del Olimpo... Olympus... Olimpismo". Y tampoco se pasó por alto el "sangriento" homenaje a la Revolución Francesa, con música del grupo de metal francés Gojira y una actriz interpretando a María Antonieta con su propia cabeza decapitada en la mano. 

Asimismo, también fue muy impactante el momento en el que Floriane Issert, suboficial de la Gendarmería Nacional, cabalgó a lomos de un caballo metálico por el río con la bandera de los Juegos Olímpicos. La jinete llegó a la plaza de Trocadero, después de que los voluntarios reunieran las banderas de todas las delegaciones, y se izó entonces la bandera, mientras sonaba el himno olímpico. 

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Tony Parker, exmarido Eva Longoria y exjugador de la NBA, portando la antorcha.

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Teddy Riner y Marie-Jose Perec encendiendo el pebetero

La versión más hermosa de la Humanidad

Se acercaban las once de la noche cuando tomaron la palabra el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, y el presidente del comité organizador, Tony Estanguet, quien dijo que "durante los próximos 16 días seréis la versión más hermosa de la humanidad. Nos recordarán que las emociones del deporte son un lenguaje universal que todos compartimos…". Segundos después, el Presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, declara inaugurados los Juegos Olímpicos de París 2024. Ya solo quedaba encender el pebetero

La llama olímpica y el rey de Roland Garros

La antorcha olímpica que vimos en la mano de Zidane al inicio de la ceremonia y haciendo un recorrido espectacular por París —cruzando el Sena en una tirolina, iluminando lo alto de la catedral de Notre-Dame y dando vida a los cuadros del Museo del Louvre—, siendo portada por un misterioso personaje con la cara enmas­carada, llegó después de cuatro horas al escenario de Trocadero. Allí, frente a la Torre Eiffel, la volvió a recoger la leyenda del fútbol y, en otro momento apoteósico, se la entregó a Nadal, que ha ganado 14 Roland Garros y es uno de los mejores deportistas de la historia. Fue, sin duda, el gran homenaje de París a la mayor leyenda de la raqueta en tierra batida, quien viajó Francia con su hijo, Rafael, de casi dos años; su esposa Mery Perelló, y sus padres, Ana María y Sebastián.

Tras recibir la llama olímpica, el tenista avanzó hasta el pebetero por el río Sena en una barquita. Allí le esperaban otras tres estrellas olímpicas inolvidables, la tenista Serena Williams, el atleta Carl Lewis y la gimnasta Nadia Comaneci. Y fue pasando la llama de campeón a campeón hasta Charles Coste. El exciclista francés, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de 1948, que cumplió 100 años en febrero, fue el encargado de dar el último relevo de la llama olímpica a la exatleta Marie-Jose Perec y el judoca Teddy Riner. Los dos deportistas encendieron el pebetero con forma de globo aerostático, que se elevó desde el Jardín de las Tullerías al cielo parisino. Momento en el que Céline Dion, bajo los aros olímpicos en la Torre Eiffel, y con un brillante vestido de Dior, empezó a cantar Hymne l’amour (Oda al amor). La cantante hizo un regreso triunfal a los escenarios tras varios años retirada de la vida pública debido al Síndrome de la Persona Rígida que sufre y desató la locura con su aparición estelar al final de la ceremonia. Una canción inolvidable, un monumento de leyenda y un momento apoteósico en un día para la historia que empezó con malas noticias por un gran sabotaje a los trenes de Francia y terminó de manera espectacular. Francia lo había prometido y cumplió. 

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La princesa Leonor y la infanta Sofía a los pies de la Torre Eiffel, en las canchas de vóley playa, donde apoyaron al equipo español.

Es habitual verlas apoyando al deporte español dentro y fuera de nuestras fronteras y celebrando con nuestros deportistas sus victorias desde que eran pequeñas —la última de ellas, la de la selección española de fútbol en la Eurocopa, a mediados de julio—, pero, ahora, la princesa de Asturias y la infanta Sofía han vivido una experiencia muy diferente e inolvidable: han estado por primera vez en unos Juegos Olímpicos.

Tomaron el relevo de los Reyes y asistieron a las primeras competiciones de tenis, hockey, bádminton, waterpolo, esgrima y vóley playa 

Un día después de la espectacular ceremonia inaugural que fascinó al mundo y tuvo como escenario el corazón de París, dieron comienzo las primeras competiciones y tomaron el relevo de sus padres en la capital francesa, animando a los deportistas españoles y continuando así con la tradición de la Familia Real de estar siempre al lado de los olímpicos.  

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Las hijas de los Reyes inmortalizaron el momento con sus móviles, se hicieron selfis y fotos con los espectadores que se acercaron a saludarlas

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Su debut en las gradas ha sido inolvidable, siendo testigos de un partido para la historia, el primero de dobles de Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, dos gigantes del tenis mano a mano en la emblemática pista Philippe Chatrier, donde el manacorí ha levantado en 14 ocasiones la Copa de los Mosqueteros y el murciano lo hizo en la última edición. Una leyenda del tenis y una joven promesa que ya ha sido número 1 y bate récords, a los que ya llaman con cariño 'Nadalcaraz' y unidos defienden los colores de la bandera.

Como dos aficionadas más, las hijas de los Reyes siguieron con emoción cada punto, aplaudieron y se animaron a ponerse de pie con las manos en alto para hacer "la ola" junto al resto de los asistentes. Al finalizar el partido, que concluyó con la victoria de España ante la pareja argentina formada por Máximo González y Andrés Molteni, se acercaron a saludar a los protagonistas, en un encuentro marcado por la espontaneidad. Felicitaron a los tenistas, se hicieron fotos con ellos y, después, Casa Real compartió en su cuenta de Instagram imágenes del momento y también de los instantes del partido que grabó Leonor desde la grada, con selfi de hermanas incluido, porque una ocasión así no quisieron perder la oportunidad de inmortalizarla con sus teléfonos móviles.

La princesa y la infanta se han mostrado muy cómplices y coordinaron sus looks llevando todos los días los polos de la delegación española

Con el rojo España por bandera

En cada una de sus apariciones, la princesa y la infanta no solo han querido llevar los colores de la bandera, sino que han lucido parte de la equipación oficial de la delegación española. En esta primera cita, llevaron el polo, Leonor en rojo con pantalón blanco y Sofía en blanco con pantalón vaquero, y una chaqueta roja con el escudo bordado.

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Sobre estas líneas, Leonor en las gradas.

Al día siguiente, comenzaron la jornada del domingo acudiendo al Centro Acuático de Saint-Denis, para ver el partido de la selección masculina de waterpolo contra Australia. En esta ocasión, Leonor apostó por un polo rojo con pantalón vaquero y Sofía por otro azul marino, que combinó con pantalón blanco. Una vez más, fueron testigos de una victoria, y es que parece que en estos primeros días de competiciones han dado suerte a nuestros deportistas. Después se acercaron a felicitar a los jugadores, se fotografiaron con ellos y aprovecharon que estaban en las piscinas para saludar a parte del equipo de natación y a la nadadora Jessica Vall, que ese día compitió en 100 metros braza, y ver las pruebas eliminatorias.

Al mediodía, tocaba el turno de apoyar al equipo femenino de hockey de España, que terminó ganando a Inglaterra, y más tarde presenciaron el primer partido en estos juegos de Carolina Marín, la gran campeona de bádminton, que se alzó con la medalla de oro en los Juegos de Brasil de 2016 y llega a París con muchas ganas y mucha energía, tras no haber podido competir en los pasados juegos de Tokio por una lesión. Mal encaminada no va: en su primer encuentro consiguió imponerse a la jugadora suiza y recibió las felicitaciones de la princesa y la infanta, quienes se fotografiaron con ella. Carolina les estuvo preguntando si era la primera vez que veían un partido de bádminton en las gradas y si les había impresionado, a lo que ambas respondieron que sí. 

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Leonor y Sofía han tenido la oportunidad de saludar a muchos deportistas a los que admiran, desde la jugadora de bádminton Carolina Marín hasta la leyenda del baloncesto Pau Gasol

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Sobre estas líneas, junto a su hermana y Carolina Marín.

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Las dos posan con el equipo femenino de 'hockey' tras su victoria

El lunes, las hijas de los Reyes arrancaron el día a los pies de la Torre Eiffel para presenciar el torneo de vóley playa masculino en el que se enfrentaban los españoles Pablo Herrera y Adrián Gavira contra la pareja de los Países Bajos. El voleibol es una disciplina que le gusta mucho a Leonor y en la que compitió hace unos meses en el Campeonato Deportivo de Academias Militares para Oficiales, así que disfrutó mucho al poder ver de cerca a grandes profesionales de este deporte. De nuevo, para este día volvieron a intercambiar el color de los polos de España, esta vez Leonor llevó el azul y Sofía el blanco, y juntas animaron desde la grada, se hicieron selfis para el recuerdo y también fotos con varios espectadores que se acercaron a saludarlas

Más tarde, estuvieron en las competiciones de esgrima brindando su apoyo Lucía Martín-Portugués y Carlos Llavador. Este es otro deporte que practica la heredera, y este año obtuvo una medalla de plata junto a su equipo de la Academia Militar de Zaragoza. 

En su primera jornada, siguieron el partido de dobles de Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, y la princesa de Asturias se animó a hacer «la ola» en las gradas

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La princesa de Asturias se pone de pie para hacer 'la ola' en el partido de dobles de Rafa Nadal y Carlos Alcaraz.

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Tras el partido se fotografiaron con los tenistas. Abajo, con Pau Gasol y su mujer, Catherine McDonnell.

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A mediodía, pusieron rumbo a la Villa Olímpica para poder conocer de primera mano dónde se alojan los deportistas que representarán a España y que esperan regresar con muchas medallas. La primera de ellas la ha logrado Fran Garrigós en judo. Y por la tarde no se perdieron el debut del equipo de balonmano, que se enfrentaba a Suecia.

Hermanas y cómplices en París

Una vez más, la complicidad entre las hermanas ha quedado reflejada estos días en París. Las dos se complementan, comparten su afición por el deporte y de la mano han podido vivir por primera vez la experiencia de conocer unos Juegos Olímpicos. Mientras sus padres preparaban en España la recepción anual de Mallorca y su madre acudía a su cita como madrina del Atlàntida Mallorca Film Fest, ellas daban continuidad al compromiso de la Familia Real con el deporte español, animando a los participantes en diferentes categorías, mostrándose cercanas y disfrutando de estos días juntas. Y es que en unas semanas volverán a separarse, ya que la princesa ingresará en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra) para comenzar su formación dentro de la Armada, y la infanta volverá a Gales para terminar sus estudios de bachillerato en el mismo centro en el que lo hizo su hermana, el UWC Atlantic College. 

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En el partido de Carolina Marín. Derecha,

En estos días en solitario en París, la princesa y la infanta han dado muestra de la continuidad del compromiso de la Familia Real con el deporte español

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Leonor y Sofía posan junto a los aros olímpicos en la Villa Olímpica, donde saludaron a la delegación española.

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El deportista Fran Garrigós ha sido quien ha inaugurado el medallero de España con su bronce en judo