La noche londinense es joven. Y Madonna, a los 65 años, tiene la energía de una treintañera. Buena prueba de lo anterior es su última salida por Londres, hasta las tres de la madrugada, con su buen amigo Jeremy O. Harris, el dramaturgo de Slave Play. A la salida de Maison Estelle, se retrató a la 'reina del pop' con su 'cita' de altura, y es que el escritor, nominado a varios Tony (los Oscar del teatro), mide nada más y nada menos que 1,96, a los que habría que añadir los centímetros de más por su peinado afro. La pareja de amigos no estaba sola, porque se unió a la fiesta FKA Twigs —la cantante y ex de Robert Pattinson—.
Cabe recordar que, el pasado mayo, se supo que Madonna y el boxeador Josh Popper, 35 años más joven que la cantante, habían puesto fin a su relación por 'incompatibilidad de agendas'. Más bien, porque la ajetreada agenda de la 'reina del pop' le impedía mantener una relación sentimental con el exprofesor de boxeo de uno de sus hijos. Por eso, no resulta extraño ver a Madonna disfrutando con amigos cercanos de su poco tiempo de ocio entre multitudinarios conciertos, como el histórico que protagonizó en mayo, en Río de Janeiro, frente a un millón y medio de espectadores.