Florencia y Constanza Amundson Teves, Flor y Coti para todos, son dos hermanas mellizas nacidas en Boadilla del Monte, Madrid, y forman una de las patas fundamentales de nuestra selección nacional de hockey hierba. Una desde Valencia y otra desde Madrid, las jugadoras nos atienden con una sonrisa que traspasa el hilo telefónico. Con 26 años nos hablan de sus inicios, cuando Coti vio jugar al hockey sobre hierba en televisión en los Juegos de Atenas 2004 y, gracias al empeño de su abuela, se convirtió en la jugadora que es hoy. Flor, la hermana mayor por dos minutos, que siguió el camino de su hermana, nos relata cómo gestiona el haberse quedado a las puertas de París por una lesión de ligamento cruzado y menisco. Dos hermanas, dos historias en paralelo, dos ejemplos de constancia, ilusión y éxito.
- ¿Qué significa para vosotras representar a España jugando en la selección de hockey sobre hierba?
Coti: Es una ilusión increíble que te llamen y te diga que el seleccionador cuenta contigo. Todo deportista lucha por por representar a su país, por poder conseguir logros para su país. La primera llamada cuando teníamos 14 años, fue una emoción enorme. Nos llamaron a las dos a la vez, eso también para nosotras era algo superimportante, poder compartirlo juntas, vivir la experiencia juntas... Todo el trabajo que has hecho durante tantos años se ve recompensado.
- ¿Qué significa teneros la una a la otra?
Coti: Nosotras tenemos mucha suerte al poder haber jugado juntas desde que teníamos siete años, haber compartido los mismos objetivos... es un premio extra y todo un orgullo. Siempre nos hemos apoyado cuando una ha estado peor, siempre hemos tenido a la otra. Obviamente tenemos a los psicólogos y al resto del equipo pero que tu hermana, que es la que te conoce al 100%, esté ahí, hace que sigas hacia adelante, que nunca mires atrás. En ese sentido, hemos tenido la suerte de cogernos de la mano y poder caminar juntas.
- Flor, ¿Cómo has gestionado la lesión que te ha dejado a las puertas de los Juegos Olímpicos de París?
Flor: En el deporte no todo es bonito y las lesiones forman parte de ello. Ha sido el golpe más duro que hasta el día de hoy he recibido en mis 26 años. Pero he tenido el apoyo de mi familia, del servicio médico y estoy orgullosa de lo que he logrado. El deporte tiene su parte menos buena que son las lesiones y que a veces te dejan a las puertas de un sueño tan grande que es jugar unos Juegos Olímpicos. Pero miro hacia atrás y estoy orgullosa de lo que he hecho y con eso me quedo para poder seguir trabajando y dentro de cuatro años poder estar allí.
- Coti, ¿Qué te llevas en la maleta para la Villa Olímpica?
Coti: Me llevo la cafetera y la ilusión 100%. Unos juegos es lo máximo para todo deportista, es la recompensa de todo el trabajo realizado durante tantos años. Me llevo muchas ganas de poder vivirlo, de disfrutar la Villa, de los partidos, del equipo... Nuestro objetivo marcado como equipo es poder hacerlo lo mejor que podamos para tener el cruce más beneficioso en cuartos.
- ¿Cuáles son las rivales más difíciles?
Para mí sin duda la selección más peligrosa es Holanda, que al final es ranking uno del mundo.
- ¿Y después de los Juegos?
Flor: Desde que me dijeron que no iba ya estoy trabajando para lo que viene. Obviamente estoy de vacaciones pero mi objetivo lo tengo claro, poder estar ahí otra vez. Hay un momento en el que haces un reset de la mente para poder enfrentar esta nueva nueva etapa. He tenido un año muy difícil así que las ganas que tengo de poder volver a pisar el campo y volver a competir, de poder volver a sentirme bien, son inmensas. Si la pretemporada empezase mañana, ahí estaría, la verdad.
- ¿A quién le dedicáis vuestros resultados?
Coti: Nuestra abuela ya no está con nosotros: hace unos años que falleció, pero está con nosotras, viene con nosotras, esté donde esté. Siempre está, nos cuida y seguro que está superorgullosa de las dos por todo lo que hemos conseguido.