Se cumplen dos décadas de la muerte de Carmen Ordóñez, heredera de dos de las dinastías taurinas más importantes de nuestro país -los Ordóñez y los Dominguín-. Muchos recordarán aquella mañana del 23 de julio de 2004 cuando la noticia de su muerte conmocionó a todo un país. Eran pasadas las doce del mediodía cuando una amiga encontró su cuerpo inerte en la bañera de su casa, ubicada en el número 9 de la calle Esteban Palacios del barrio de Hortaleza de Madrid. Nada se pudo hacer para salvar su vida. Su luz se apagaba para siempre con solo 49 años y España lloraba. Carmen siempre dijo que no llegaría a los 50 y lamentablemente su presagio se cumplió.
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Se machó dejando un vacío inmenso en el corazón de los que la querían, sobre todo en sus tres hijos Francisco y Cayetano Rivera, de su matrimonio con el torero Paquirri y que entonces tenían 30 y 27 años, y Julián Contreras Jr, que acababa de cumplir 18 años y nació de su unión con el cantante Julián Contreras. Ellos fueron fruto de dos de las historias de amor más conocidas de la hija del torero Antonio Ordóñez y Carmen Dominguín -hermana del diestro Luis Miguel Dominguín, padre de Miguel Bosé-. Pero también hubo otras, menos conocidas tal vez, pero igual de relevantes que detallaremos a continuación, y alguna de ellas secreta.
Amores de juventud
Ya lo contaba su hermana Belén Ordoñez en su libro Recuerdos. "Carmen y yo nos empezamos a enamorar cuando teníamos trece años. El primer amor fue común, nos enamoramos del mismo. Era Manolito Lapique, hijo de Manolo y Cary, íntimos amigos de nuestros padres. Nos robó el corazón a las dos. Pero estábamos tan unidas y nos llevábamos tan bien, que nos parecía estupendo que nos gustara el mismo", contaba Belén, que falleció el 3 de agosto de 2012, apenas ocho años después que su hermana. Hubo otros amores de Carmen como un guapo rondeño que se llamaba Carlos López, pero su primer gran amor fue el torero Francisco Rivera Paquirri.
Paquirri, su primer gran amor
Se conocieron en uno de los festivales taurinos que organizaba su padre el maestro Antonio Ordóñez en Tarifa para construir una barriada. Toreaba Antonio Ordóñez y Paquirri, que tras concluir su faena se dirigió a Carmen para darle un clavel. No hablaron, sólo se miraron y el flechazo fue instantáneo. Entonces Carmen era muy joven, pero no tardaron en casarse -el 16 de febrero del año 1973-, cuando ella tenía 17 años y él 25, en una boda celebrada en la basílica madrileña de San Francisco el Grande ante 2000 invitados. Tuvo su primer hijo con 18 años, Francisco Rivera, y a Cayetano, con 21. Pero seis años después de su unión, en 1979 la pareja decidió emprender caminos separados y consiguieron la nulidad eclesiástica en enero de 1983, tan solo un año después Paquirri moría tras la cogida de un toro en la plaza de Pozoblanco.
Antonio Arribas
Después de separase de Paquirri, Carmen comenzó a salir con el especialista de cine Antonio Arribas, ex de Lolita y animador de las fiestas de la ‘jet set’ marbellí. Tenía 10 años más que ella y formaba parte de 'Los Choris’: cuatro empresarios muy conocidos en la época dorada de Marbella por sus fiestas a las que asistían grandes personalidades procedentes de todos los lugares del mundo. "Fue una persona que me ayudó muchísimo cuando yo me separé. Encontré una tabla de salvación. Era muy buena persona y se portó muy bien conmigo", fueron las palabras de Carmen Ordóñez cuando se enteró de su muerte.
Julián Contreras
Después de Arribas, la estabilidad volvió a su vida con el cantante Julián Contreras. Se casaron por lo civil en Miami en 1984, tuvieron un hijo en común, Julián, que nació el 14 de enero de 1986. Su primera boda no fue suficiente y cuatro años después decidieron casarse de nuevo, esta vez por la iglesia con su hijo Francisco Rivera y su amiga Lolita como padrinos y Julián, el hijo en común de la pareja. como testigo. Con el tiempo la pareja eligió Marruecos como segunda patria e instalaron su residencia en 1990. Su historia de amor duró solo una década. En 1994 obtuvo el divorcio de Julián Contreras y regresó a Sevilla.
Ernesto Neyra
Su tercer y último marido fue el bailarín Ernesto Neyra. La pareja se conoció en El Rocío en mayo de 1997 y, unos meses después, se casaron por lo civil en el cortijo Águila Real de Guillena, en Sevilla. Su relación apenas duró dos años, pero estuvo marcada por el maltrato físico y psicológico que Carmen sufría por parte de Ernesto. Dos años antes de su fallecimiento le denunció y contó que el momento más duro se produjo el día su hijo Julián siendo un niño se enfrentó a Ernesto Neyra: “Cuando mi hijo, con doce años, se tuvo que tirar a su espalda, suplicándole: ‘No mates a mi madre’. Fue el día que menos daño físico, me hizo pero sí mucho daño moral”. Carmen afirmó haber sufrido malos tratos por parte de Neyra, una acusación que él siempre negó y la demanda fue desestimada por el juez.
Pepe, 'el Marismeño'
Uno de los últimos noviazgos de Carmen fue el que mantuvo con Pepe el Marismeño, veinte años menor que ella y al que conoció haciendo el camino de El Rocío en julio del año 2000. Era un artista de éxito, formó parte del grupo Los Marismeños, pero él y Carmina mantuvieron una relación marcada por los excesos y las drogas que duró solo un año. Él pudo superar sus adicciones, se rehabilitó y comenzó el año 2006 su labor social en la ayuda contra la drogadicción y a día de hoy dirige varios centro de rehabilitación en España.
A la lista de conquistas se puede añadir los nombres del rejoneador Pedro Pablo Peralta, el empresario Pepe Cabrera, Eduardo Bermejo y quién sabe si el diestro José Mari Manzanares fue su gran amor secreto, como muchos señalaron, y el detonante en la ruptura de su matrimonio con Francisco Rivera, Paquirri, algo que ella negó rotundamente. "José Mari es un torero que ha estado muy vinculado a toda mi familia", dijo Carmen en televisión. "Niego que sea él mi amor imposible y no me preguntéis más, porque a todo voy a decir que no. Jamás he sido infiel a ninguno de mis tres maridos mientras he estado casada. Después he hecho, hago y haré lo que me dé la gana", sentenció.