hubertus de hohenlohe© Cortesía

Hubertus de Hohenlohe nos cuenta sus ‘noches peligrosas’, sus fiestas con Andy Warhol en el Studio 54 y su amistad con David Bowie

Con motivo de su regreso a la música, el hijo de Ira de Fürstenberg nos descubre alguno de los episodios más sorprendentes de su vida. Además, recuerda la figura de su madre, fallecida en febrero


21 de julio de 2024 - 10:00 CEST

A sus sesenta y cinco años, Hubertus de Hohenlohe cuenta con una vida de lo más apasionante. Tanto como la de sus padres, Ira de Fürstenberg, la princesa que falleció el pasado mes de febrero, y Alfonso de Hohenlohe, el príncipe que hizo de Marbella el place to be en los años 80 y 90. Además de participar en varias Olimpiadas como esquiador alpino, Hubertus canta. Acaba de sacar el single Noche peligrosa, con el que retoma una carrera discográfica que inició hace cuatro décadas. 

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Aprovechando su retorno a la música, charlamos con el aristócrata, quien relata a ¡HOLA! sus noches de fiesta en el mítico Studio 54, de Nueva York, junto a Andy Warhol y cómo vio crear a David Bowie algunas de sus canciones más emblemáticas. Además, Hubertus nos habla de su mujer, con la que acaba de celebrar cinco año de casados, y de su madre, con quien compartió varias de sus noches peligrosas.

© Getty Images

En esta imagen de archivo, con su madre, Ira Füstenberg

—Hubertus, háblanos de este nuevo single

—Después de la Lomana, Noche peligrosa es un nuevo single del álbum que estoy acabando. 

—¿Cuál es la idea de la canción?

—Todos queremos sentirnos libres, de vez en cuando, y salir de nuestro día a día para acabar con algo, digamos, peligroso. La tentación básicamente, siempre está. Pero el amor puede ser mucho más grande que la tentación.

—Muchos no conocerán tu faceta de cantante

—Canto desde que era muy pequeño, aunque lo dejé aparcado bastante tiempo porque estaba esquiando y haciendo cosas de arte y diseño. En realidad, todavía sigo con cosas de fotografía, pero siempre me he dedicado a escribir canciones, para otra gente y para mí mismo. Durante la pandemia, hace dos o tres años, estuve en mi casa en Ronda con lo mejor del flamenco, como El Cigala y Farruquito. Ahí me vino la idea de grabar otra vez.

—¿Cuándo tienes previsto publicar el nuevo álbum?

—Lo que se hace ahora es sacar singles hasta que uno pegue fuerte. Pero tengo todo el disco hecho. Tiene unas doce canciones grabadas. Si alguna pega, pues saldría el álbum en septiembre u octubre.

© @hubertushohenlohe

En la presentación de 'Noches peligrosas', con su mujer, Simona Gandolfi

© @hubertushohenlohe

Con Inés Sastre

—¿Todas las canciones tienen este estilo tan bailongo?

—Algunas. También hay dos o tres como más intelectuales y románticas. Pero hay muchas que se bailan y que son divertidas. Siempre tienen una ironía, un toque de humor. 

—¿Habrá alguna colaboración que nos pueda sorprender?

—En el videoclip aparece Diana Swarovski, una prima mía. Quería que lo haciera Brigitte Nielsen, pero tuvo a su hijo mal en Italia y no pudo. También sale Marta, la mujer de Jaime Martínez Bordiú. Como ahora trabaja en Starlight, ella dijo que quería salir contando dólares (ríe). También hay guitarristas y gente del flamenco. Por ejemplo, Juan Farina, un cantaor con el que he hecho una canción sobre Ronda muy bonita. Después, está el pianista de El Cigala.

—¿Y cómo te sientes dando el cante?

—Es muy cool, muy divertido. Cantar es como una religión. Te liberas, te sientes. Como dicen en el budismo, el changing es una cosa muy liberadora. Si tienes algo ahí dentro metido que no consigues sacar, lo consigues con el cante. La voz refleja mucho el alma que tenemos y refleja lo que hemos vivido muy intensamente y honestamente.

—Has ofrecido actuaciones. Te hemos visto cantando en una boda. ¿Tienes más fechas a la vista?

—Sí. Estamos tratando hacer unas noches peligrosas con Starlite, en Marbella. Voy a hacer algunas canciones con un poco del tema burlesque. En Marbella, las noches son bastante peligrosa y es el sitio ideal para cantar.

—¿Sigues viviendo noches peligrosas?

—(Ríe). De vez en cuando, me escapo. En Viena y Madrid, tengo amigos que se quiere escapa. Lo que cuento en Noches peligrosas es una historia verdadera. Mi mujer se fue a Seychelles y me dejó solo, así que dije: "Si tú te vas, voy a tener una noche peligrosa, sin horarios, sin esposa".

—A lo largo de tu vida, habrás vivido noches muy, muy peligrosas.

—En Nueva York, París… Lo canto en el single.

—¿Alguna noche mítica que recuerdes?

—En Studio 54, de Nueva York, con Carmen D’Alessio, Andy Warhol, Grace Jones, mi hermano… Acabé en el backstage con los propietarios, con Steve Rubell, y toda la gente más loca de Nueva York. Ya el cómo acabó la noche… No se puede decir (ríe). Pero esas noches eran peligrosas, no era una leyenda (echa una carcajada). En el álbum, también tengo una canción sobre Andy Warhol… No sé si llamar el disco De Ronda a la Factory, porque básicamente es el viaje que hice: de estar con mi padre en Ronda a acabar en las noches peligrosas de Nueva York y Marbella.

© @hubertushohenlohe

Hubertus con la actriz Brigitte Nielsen y Gunilla Von Bismark

—¿Cómo era Andy Warhol en las distancias cortas?

—Estaba fascinado por los aristócratas y la gente guapa, que fuimos a Studio 54 mi madre, mi hermano y yo. Él estaba bastante entusiasmado de que hubiera príncipes en la ciudad y me sacó muchas fotos para [la revista] Interview. Como siempre me fascinaban los artistas, fui mucho a la Factory a comer con él. Así, vi cómo creaba Andy, que es algo que me fascinaba. Él no contaba mucho, pero siempre se mostraba muy fascinado por tu vida, por quién eras y de dónde venías. A mí me llamaba siempre 'The eurotrash prince'. En América, siempre dicen que la aristocracia decadente de Europa es eurotrash y me dijo que era un eurotrash prince. Era muy simpático.

—Entonces, no conociste a Warhol una sola vez

—No, fueron muchas veces. Incluso, él quiso convencer a mi madre para pintarla, pero, como hacía muchísimas copias de sus obras en la Factory, mi madre no pensaba que fue a valer mucho dinero… En aquella época, sus portraits ya valían entre 25 mil y 50 mil euros. Además, cuando te convertías en famoso, los portraits eran mucho más caros. Como mi madre era famosa, imagínate… Mi tía sí lo hizo, pero porque vivía en Nueva York y era más fácil, pero mi madre no y se arrepintió mucho.

—¿Qué tía tuya?

Diane von Fustenberg. Le hizo cuatro portraits y ahora los tiene en sus casas: en Nueva York, Venecia… Entonces, yo era pequeño como para que me hiciera uno, pero un portrait de mi madre hubiera sido perfecto (ríe).

—Además de Warhol, conociste a David Bowie. ¿Fue también en esa época?

—Sí, en los años 70. También estaba mucho en Marbella y justo yo había sacado un disco… Creo que fue en 1982 o 1983, cuando salió la canción Tears of Love que hice con Fernando Arbex, que fue un éxito. David Bowie se enteró de que el hijo del dueño del Marbella Club que era cantante y me quiso conocer. Y ahí pasamos mucho tiempo en Pepe Moreno y esos sitios… Vi cómo él escribía canciones y cosas. Justo coincidimos cuando estaba componiendo todo el álbum de Heroes. Es curioso, porque la canción Heroes me pareció normalita. Luego, cuando la escuché ya producida, me quedé flipado por cómo de una cosa tan simple pudo hacer ese hit mundial…

—También llegaste a trabajar con Shirley Bassey

—Shirley es amiga y siempre decía de grabar algo extravagante y especial. Por eso, Yello, que es un grupo de amigos que tengo en Suiza, y yo le escribimos una canción que se llama The Divine. Fue también un hit mundial. Además, grabé con ella un cover de All Myself, que era de Eric Carmen –que también versionó Céline Dion–. Creo que tendríamos que rehacerla porque no salió muy bien. Con la voz tan maravillosa que tiene, sería bonito hacerla otra vez. 

"Recuerdo una noche mítica en Studio 54, de Nueva York, con Carmen D’Alessio, Andy Warhol, Grace Jones, mi hermano… Acabé en el backstage con los propietarios, con Steve Rubell, y toda la gente más loca de Nueva York. Ya el cómo acabó la noche… No se puede decir (ríe)"

—Volviendo al tema de las noches peligrosas, tuviste que vivir unas cuantas en los años dorados de Marbella

—Sí, demasiadas noches (ríe). Me salvó mi naturaleza deportiva y también que yo estaba high, muy divertido y atrevido, ya sin tomar nada. Nunca tomaba ni alcohol ni nada. Como Gunilla. Yo siempre de Coca-Cola Zero o Coca-Cola. Por eso, me he salvado por eso, porque era muy, muy complicado de salvarse de esas noches peligrosas de Marbella.

—¿Podrías decirme algún buen compañero de fiesta de noche de aquella época?

—Había muchos, muchos.

—¿Alguien que pudiéramos conocer?

—Los hijos de todas las divas italianas, como los de Gina Lollobrigida o el de Audrey Hepburn y Mel Ferrer. También los hijos de los Alba, también Eugenia y Fernando. Luego, los hermanos Ricky y Ramsés Trujillo, los dos hijos de Lita

—Eres una auténtica caja de sorpresas. Has sido cantante, seis veces esquilador olímpico, fotógrafo. Te ha quedado poco por experimentar.

—Soy bastante ecléctico, sí. La verdad es que me he atrevido con todo. Yo me atrevo, aunque me pegues hostias. Ahora estoy haciendo haciendo el cartel de la plaza de toros de Marbella, que la han reactivado El Litri y Fermín Bohórquez, entre otra gente de Sevilla. He hecho el cartel para la corrida del del 9 de agosto, con Morante de la Puebla, Talavante, Enrique Ponce y Ortega. Mi padre era muy buen diseñador gráfico, que que hacía todos los diseños del Marbella Club a mano. Yo he heredado esa vena, pero la mía es un poco más moderna.

© Gtres

Hubertus junto a su esposa, en la gala Starlite

—No puedes parar de crear

—Expuse el año pasado en Sevilla, en la Fundación Cajasol, y me preguntaron si me gustaría hacer un cartel. Yo siempre he dicho que quiero hacer el cartel de la Maestranza de Sevilla, pero ahí siempre escogen a Botero y gente así. Pero seguro que haría un cartel muy bonito, como el que he hecho para la plaza de Marbella. Voy a ser el Roy Lichtenstein de la Costa del Sol (echa una carcajada). Le puse Hola en el cartel, porque creo que Marbella es muy Hola, pero me dijeron que era muy publicitario. 

—Han pasado unos cuantos meses de la pérdida de tu madre. ¿La grabación de tu nuevo disco ha sido terapéutica para ti o te ha sacado la sonrisa tras esa pérdida inesperada?

—La verdad es que ya lo tenía grabado, pero he preferido esperar unos meses, al estar del luto y tristeza, antes de sacar el single. Es un disco muy alegre y la vida tiene que seguir con alegrías. Ya es complicado pensar en lo triste. 

—¿Qué es lo que más echas de menos de ella?

—Su simpatía, su forma de ser tan rápida… Siempre tenía planes positivos, con ganas de vivir. Echo de menos eso, su presencia y las llamadas de teléfono, aunque nos peleábamos (ríe)

"La verdad es que el nuevo disco ya lo tenía grabado, pero he preferido esperar unos meses, al estar del luto y tristeza por la muerte de mi madre, antes de sacar el single. Es un disco muy alegre y la vida tiene que seguir con alegrías. Ya es complicado pensar en lo triste"

—Tu madre era la primera que apoyaba tu carrera de cantante. De hecho, aparece en el videoclip de la canción que sacaste hace un año

—Cuando le pedí que saliera, le dije: "Tienes que dar dinero por la mañana". Ella me contestó: "¿Por qué? ¿Otra vez dinero?". (Ríe) Pensaba que iba a coger un préstamo familiar o algo (ríe). Le pedí que saliera en el vídeo porque estas son las cosas que quedan para siempre. Ahora tengo ese recuerdo tan bonito con ella, que además está guapísima. A mi madre le gustaban mis canciones. Ella pensaba que tenía su punto lo que yo estaba contando, esas cosas de la sociedad y del mundo al que yo tengo más acceso.

—Cumples ahora cinco años de casado con Simona Gandolfi, aunque lleváis treinta juntos

—Sí, exacto (ríe). Toda una vida. Hay dos tipos de relaciones, las que se unen más con el tiempo y las que se desunen. Nosotros tenemos la suerte de que somos el primer tipo, que nuestro amor es cada vez más fuerte. A lo mejor, tiene que ver con que no nos casamos rápidamente, al principio, sino que hemos probado si realmente estamos hechos el uno para el otro. Hemos crecido juntos y eso es lo bonito. Seguramente, mi madre no ha ayudado a que me hubiera casado antes porque mi madre nunca estuvo muy de acuerdo. 

© Gtresonline

—¿Y eso?

—Creo que lo hubiera dicho de cualquier mujer con la que estuviera.

—¿Porque eras su hijo y tu madre no quería perderte?

—Un poquito, sí. Por eso, yo no me casé. No quería problemas.

—Has hecho de todo, pero no has tenido hijos. ¿Alguna razón?

—No, pero los hijos de Simona son como los míos. Así es como han venido las cosas.

—Por último, ya has cumplido sesenta y cinco años. ¿Cómo te sientes?

—Horrible, horrible.

—¿Cómo que horrible? ¡Si eres combustible!

—Es verdad (ríe). Me parece un número muy alto. Cuando era joven y veía a personas de 65 años, me parecían todos viejos.