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Hay fotografías inesperadas que, sin embargo, se convierten en icónicas. Kyle Goetsch había viajado hasta el desierto del Namib, al suroeste de Namibia, para fotografiar la salida de la Luna sobre las dunas. Sin embargo, dos jirafas le ofrecieron la imagen de su vida cuando aparecieron en escena. Sin duda, la vida se ve muy distinga con un cuello de 2,4 metros de longitud, y las jirafas parecían tocar, literalmente, con sus cuernos la Luna. Como curiosidad, un reciente estudio ha demostrado que estos fascinantes mamíferos solo se 'hablan' de noche, pero su sonido apenas es perceptible para los humanos.
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'Espejito, espejito… ¿Quién es la ardilla más guapa del condado?'
Si el punto flaco de muchos humanos es el chocolate, para las ardillas su debilidad son las nueces. Bajo estas líneas, una ardilla se asoma con curiosidad al objetivo de una cámara. En realidad, no tenía interés por su reflejo, sino por capturar las nueces que el fotógrafo situó en el parasol del objetivo. Abajo, dos ardillas en un lago de Holanda a la busca y captura de su manjar.
'Un beso y una flor' para roedores enamorados
No sabemos si era un aniversario especial, pero el caso es que el fotógrafo Mike Seuters descubrió a esta pareja de simpáticos roedores intercambiándose flores y besos, mientras disfrutaban de su «relación» en una romántica cita en los campos de Dorset (Inglaterra). Como curiosidad, reseñar que los topillos de las praderas han sido profusamente estudiados por ser monógamos y conservar su pareja para toda la vida.
'¡A comer!': cuando los osos se convierten en 'casi humanos'
Si uno se desespera haciendo cola en un bufé, esa desesperación se multiplica por cinco cuando quien aguarda a llevarse algo a la boca —un salmón, concretamente— es una manada de osos. La escena que reproducimos sobre estas líneas la captó el fotógrafo Taylor Thomas Albright, en el Parque Nacional de Katmai (Alaska). A la derecha, el momento 'casi humano' de unos osos pandas, en un zoo de China, durante la celebración de su cumpleaños. Pacíficamente, se sentaron en sus butacas, dispuestas alrededor de una mesa, oportunamente decorada con bambú, y disfrutaron de su fiesta. Ver para creer.
